Una cárcel en los Estados Unidos o una tumba en México, ese es el destino de Rafael Caro Quintero, dijo el Departamento de Justicia

El gobierno de Estados Unidos ubicó nuevamente a Rafael Caro Quintero como su principal objetivo, girando órdenes inmediatas para que sus principales agencias, incluyendo FBI, DEA, ICE, ATF, Interpol y Homeland Security a que no escatimen esfuerzos para atrapar a quien, aseguran, es el asesino intelectual de Enrique Kiki Camarena y uno de los actuales líderes del Cártel de Sinaloa.

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Esa medida habría intensificado una serie de acciones que tienen años ocurriendo, incluyendo el arresto de por lo menos seis homónimos del narcotraficante, que tras probar que no eran el Rafael Caro Quintero que buscan, debieron dejar en libertad, según se muestra en archivos judiciales del Departamento de Justicia de ese país.

La determinación de Estados Unidos por atrapar a Caro Quintero no habría parado ahí, pues según una moción judicial desclasificada un año antes, el gobierno de Donald Trump se encuentra en proceso para asegurar ocho propiedades que el capo adquirió en Jalisco una vez que salió de prisión, en 2013.

“Nuestro gobierno tiene meses en proceso de asegurarle una serie de propiedades que Caro Quintero compró con dinero que hizo producto de sus actividades del narcotráfico, en otro esfuerzo más de nuestra parte para que se haga justicia”, dijo Richard P. Donoghue, fiscal del Distrito Este de Nueva York designado para recabar pruebas en contra del capo de Badiraguato.

Ya antes, en abril de 2018, legisladores estadounidenses aprobaron una moción para incrementar una recompensa por hasta 20 millones de dólares a quien proporcione información que conduzca al arresto de Caro Quintero, y desde entonces inició una cacería silenciosa por atraparlo, aunque hasta el momento ninguna agencia estadounidense ha tenido éxito. En tanto el capo ha afirmado durante todo este tiempo estar retirado del negocio de las drogas, aunque fuentes extraoficiales de Ríodoce afirmaron recientemente que el capo “ha regresado” a reclamar el puesto que según a él le corresponde.

En avionetas privadas

A mediados de mayo pasado, Caro Quintero habría viajado ex profeso a Caborca, posteriormente a San Luis Río Colorado, y finalmente a Tijuana para verse con capos del narcotráfico que operan en esa zona, según afirmaron personas que tuvieron contacto con él.

La meta, se explicó, era restablecer rutas del narcotráfico, adquisición y forma de traslado de armamento de la frontera con Estados Unidos a Sinaloa, así como droga a Estados Unidos, aunque el viaje también obedecía destrabar “conflictos” que existían entre su gente con la de otros capos que operan en Baja California y al norte de Sonora.

“Muy inteligente el viejo; dijo que nadie ganaba nada con una guerra, y que lo mejor era mantener la fiesta en paz pues la meta no era matarse a lo pendejo, sino hacer negocios y ganar dinero”, dijo una persona que estuvo enterada de varios de los acuerdos que se hicieron.

De acuerdo a la fuente consultada, ese habría sido el mensaje dado a los que operan en esa zona: Rodrigo Páez Quintero el R, primo de Rafael Caro Quintero y quien coordina esa región para el Mayo Zambada, y para José Crispín Salazar Zamorano, uno de los líderes de Los Salazar, que aparentemente están asociados con Los Chapitos en las municipalidades de Altar, Caborca y Santa Anna.

Caro Quintero se habría movilizado en avionetas privadas, desde los alrededores de Badiraguato hasta Sonora y Baja California, haciendo el mismo recorrido de regreso a Sinaloa, según confirmó la misma fuente.

“El viejo está de vuelta y viene a trabajar, y viene bien protegido”, dijo la fuente.

También confirmó que la DEA tiene años diciendo: que Rafael Caro Quintero el R, o don Rafa, tiene años que retomó su negocio de traficar con drogas ilegales, aunque contrario a lo que algunas agencias estadounidenses han dicho, no se encuentra en guerra ni con Ismael Zambada, ni con Los Chapitos, ni con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), sino que regresó para encargarse de su propia facción y, sólo cuando es absolutamente necesario, aprovecha la situación para traficar droga que le pertenece en el mismo cargamento que otros capos envían a los Estados Unidos o a otras partes del mundo.

Una prisión americana o una tumba mexicana

Que esté al frente de una organización criminal es uno de los motivos por el cual la DEA lo busca, aunque la principal razón es por el homicidio de Kiki Camarena, considerado como uno de elementos más emblemáticos de la DEA.

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“Nunca vamos a olvidar que Caro Quintero es el responsable de la muerte de Camarena, y sólo por eso no descansaremos hasta que enfrente los dos únicos finales que le quedan: ¡una prisión americana, o una tumba mexicana! Le está llegando la hora para que decida”, dijo Donoghue en un comunicado que el Departamento de Justicia de los Estados Unido hizo público el 23 de octubre de 2019.

No conforme con el señalamiento anterior, Donoghue agregó sentir orgullo de mostrar al mundo, que la DEA está determinada a atrapar a Caro Quintero, pues nunca olvidarán la muerte de Camarena pero, sobre todo, “nunca cederemos”.

Es tan fuerte el monitoreo que la DEA tiene contra Caro Quintero que el pasado 7 de julio, un hijastro del capo identificado como Bryant Espinoza, fue sancionado por el gobierno de Estados Unidos por realizar “negocios” con su padrastro.

Bryant Espinoza, hijo de Diana Espinoza Aguilar, es ciudadano estadounidense, pero se habría prestado para “comprar” y poner a su nombre algunas propiedades que el capo tenía en Manhattan, Nueva York, aunque no pasaron tres meses cuando la DEA detectó la operación e inmediatamente procedió a incautar las propiedades y sancionar al hijastro.

Caro Quintero enfrenta cargos por tráfico de drogas, secuestro, asesinato en primer grado, y empresa criminal continua, tanto en el Distrito Central de California como en el Distrito Este de Nueva York, en Brooklyn.

Durante los últimos tres años la DEA habría señalado a los narcotraficantes Nemesio Oseguera el Mencho y al Mayo, como sus principales objetivos, aunque las cosas parecen haber cambiado, pues una vez que Estados Unidos retiró los cargos al general Salvador Cienfuegos Zepeda, arrestado por supuestos nexos con el narcotráfico, el Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ), anunció que Caro Quintero era su nuevo objetivo.

Ya anteriormente había dado muestras de ir tras de él, inclusive, la Armada de México, dirigida por agentes de la DEA, lo habrían estado cazando en las zonas de Babunica, La Noria y Tameapa, y en mayo de 2018 habrían estado a punto de capturarlo, pero el capo logró escapar al salir corriendo y perderse entre el monte.

Desde entonces, el capo ha estado a salto de mata, moviéndose a todo lo largo y ancho de Badiraguato y nunca durmiendo en el mismo sitio, según afirman quienes han tenido contacto con él. Sólo volvió a saberse de él hasta el viaje que hizo a la frontera con Estados Unidos, a principios de julio.

La DEA en Culiacán

Y mientras la búsqueda continúa, gente allegada a las distintas facciones del Cártel de Sinaloa afirma que varios agentes de la DEA han llegado y se han instalado en Culiacán, pues vienen “por uno de los grandes”.

“No se sabe por quién vienen, pero la gente está preparada porque dicen que van a desactivar los sistemas de comunicación, como hicieron cuando atraparon al Chapo en Los Mochis, para luego arreciar con todo en cualquier madrugada, y por eso la gente está asustada, viendo quien llega y quien sale”, dijo otra de las fuentes consultadas en Culiacán.

La DEA por su parte se ha reservado comentar sobre su presencia en Culiacán, sólo limitándose a decir que se encuentran trabajando con las autoridades mexicanas para detener a los grupos criminales que operan en la región.