Covid-19, el duelo que no termina en Mazatlán

dia de muertos

Los mazatlecos, expuestos a la gente que viene del norte

 

Apenas han trascurrido seis meses desde que una de las familias mazatlecas perdió a dos de sus integrantes a causa de coronavirus. Y entre preparativos por el Día de Muertos y el altar para honrar su memoria, surgen brotes del virus en el entorno de esta familia, cuyos integrantes han dado positivo a las pruebas.

Hace apenas unos días llegó al fraccionamiento Mar de Cortez en Mazatlán, una familia procedente de Ciudad Juárez, Chihuahua, la única entidad federativa que en estos momentos tiene el semáforo epidemiológico en rojo.

La familia que prefiere omitir su identidad reveló que sus vecinos, ubicados a tres cuadras de su domicilio, recibieron a los visitantes de Ciudad Juárez, quienes prácticamente huyeron de la ciudad debido a que los habitantes de la colonia donde viven, resultaron contagiados y muchos estaban muriendo.

Fuero recibidos por una familia mazatleca, que más tardó en darse cuenta que uno de los visitantes llegó contagiado, que en ceder el espacio completo a los recién llegados.

Ahora, desde el confinamiento de una casa ubicada en la zona rural, al norte del puerto, se enteran que todos los integrantes se contagiaron y están en confinamiento.

“Son casos que no salen en las noticias, porque nadie le da seguimiento a una familia que un día decide viajar a Mazatlán, y al llegar se da cuenta que uno de sus integrantes está contagiado”, comentó “Leticia”.

Cree además que se trata de casos que no quedan registrados en las estadísticas porque los hacen ver como “sospechosos” de coronavirus, “porque algunas personas mueren por Covid-19, pero solo quedan en el registro como sospechosos”.

Tal es el caso de María Luisa, de 56 años de edad, relató, que luego de hacerle unas radiografías de tórax, éstas indicaron que presentaba daño pulmonar como el de los pacientes Covid.

Un jueves ingresó al hospital sin que la familia considerara que era de gravedad, pues siempre padeció angina de pecho y cuadros de neumonía, y creyeron que era lo mismo, pero al cabo de dos días murió.

Después se supo que una semana antes tuvo síntomas “como de gripa”, y hasta que se agravó su condición decidió hacerse estudios y acudir al médico.

María Luisa no salió a la calle a exponerse a un contagio, su madre tampoco, ambas contrajeron el virus a través de un joven familiar que entraba y salía de su casa.

Por cuestiones de trabajo y de diversión, el joven en algún momento de su convivencia con amigos y compañeros de trabajo enfermó y contagió a las mujeres.

“El médico me dijo el sábado que ella iba a fallecer, que la habían intubado, pero su cuerpo colapsó… en vez de mejorar, terminó por colapsar, sus pulmones estaban muy dañados, no se veía un espacio sin daño, fue muy rápido”, relató.

De los análisis químicos, no se supo el resultado hasta una semana después de su muerte.

Hipertensa, obesidad mórbida, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)…con esa condición de salud ingresó.

La nieta, una joven de apenas 19 años que la acompañó en cada momento que le fue posible, no pudo despedirse.

Al día de hoy, recuerda la última vez que la vio, y los días transcurren entre un 10 de mayo que no pudo celebrar, el mes de junio cuando solo vio pasar la fecha de cumpleaños, y ahora la coloca en el altar para el Día de Muertos.

Esta joven estudiante recibe terapia sicológica a través de consultas virtuales que le ayuden a entender el proceso por el que atraviesa, pues también se contagió de coronavirus, junto con su abuela materna y su tío de 38 años que estuvo al borde de la muerte con más de 90 por ciento de los pulmones dañados.

En los últimos días de nueva cuenta empezó con síntomas que indicaban que ha contraído dengue. Los análisis que le han hecho apuntan a que sí es.

“Esperamos que tenga la fortaleza física para evitar que se agrave”, comentó “Leticia”, la mayor de tres hermanos que también lidió con su hermano menor consiguiendo tanques de oxígeno y un médico que fuera a atenderlo en su casa, tomar la decisión de llevarlo al IMSS luego de ver como al mínimo esfuerzo le faltaba el oxígeno.

Encima de todo, agregó, el coronavirus es una enfermedad cara, que si la gente no tiene dinero, se muere. Si no reaccionas y vas a hacerte unos estudios que te indiquen a tiempo si están contagiados o no, dejas pasar tiempo valioso.

“Uno se queda en shock de lo rápido que ocurren las cosas, no asimilas la ausencia de las personas… me pasó por la cabeza llamarle a María Alicia para contarle como está mi hija ahora con lo del dengue… y de pronto caes en cuenta de que ya no está”.

Artículo publicado el 01 de noviembre de 2020 en la edición 927 del semanario Ríodoce.

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