‘El STASE es de todos’… y de unos cuantos

‘El STASE es de todos’… y de unos cuantos

En medio de una contienda llena de jaloneos, se impone Teresa Ochoa

 

 

La fotografía retrata el momento. Una mujer y un hombre con cubre bocas posan para la lente. Nadie más alrededor. La mujer recibe un documento de manos del hombre. Ella es Teresita Ochoa, lideresa sindical electa para los próximos tres años.

Lejos del relajo y el festejo, el momento tuvo que ser a puerta cerrada. En lo íntimo, sin multitudes. Solamente la ganadora y el titular de la comisión electoral, Raúl Amézquita. Pero eso no fue producto de la contingencia sanitaria por el Covid-19. No. Fue debido a los encontronazos entre grupos rivales del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado, el STASE. Todos peleaban el cargo.

La elección la disputaron siete planillas y aunque la pelea terminó siendo entre dos de ellas, la división significó al menos cuatro fuerzas enfrentadas entre sí. Las acusaciones de todas las manos metidas. Desde las del mismo gobernador Quirino Ordaz Coppel a las de Gerardo Vargas Landeros.

En Mazatlán, la efervescencia escaló a los niveles de la agresión. La base sindical, los de abajo, enfrentados defendiendo el coto político de sus patrones. Fue la mañana del martes 25. La elección en el puerto tuvo que ser diferida días atrás por la misma causa sólo que ahora hubo intervención directa de la Policía Estatal.

El sindicato se vio dividido durante la pandemia. Para sus agremiados, no solamente sus elecciones fueron postergadas por el virus sino sus derechos. Trámites suspendidos, fondos desaparecidos y todos los señalamientos al líder saliente Gabriel Ballardo Valdez.

Al respecto, el líder saliente señaló que todo se realizó en apego a la Ley y desestimó las acusaciones de compra de votos. Sobre su futuro, señaló que regresaría a su base en la Secretaría de Administración y Finanzas y esperaría el llamado de su partido, el PRI, para una posible candidatura.

“Tengo mi plaza en gobierno del estado que voy a activar de nueva cuenta… me voy a poner a trabajar y ya que vengan los tiempos, si hay alguien que quiera que lo ayude yo con mucho gusto lo ayudo”, explicó.

Ballardo Valdez tiene una vida dentro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y por ese organismo político sería que, en caso de ser requerido, tomaría parte del proceso en 2021.

“Yo soy honesto, sería por mi partido, por el PRI, no voy a echar mentiras, para qué, vale más hablar con la verdad y no echar mentiras entonces yo, afiliado a mi partido y pues esperar las cosas, siempre hay alguien que te valora o te dice vente a trabajar pero esperaría los tiempos”.

La elección se acordó en tres zonas: centro norte, el miércoles 19; centro, el jueves 20; y centro sur, el viernes 22. Al final el resultado, inclinado a la planilla roja, dejó resultado del 40.3 por ciento de los votos. El padrón fue de 7 mil 390 trabajadores agremiados al STASE y terminaron votando 5 mil 583 de ellos.

Para el norte la zona dispuesta para el proceso fue en Los Mochis y ahí la candidata por la planilla blanca, Irene Hidalgo, declinó públicamente de su candidatura debido a la presunta compra de votos por parte de la planilla roja.

Grabó un video que se hizo circular en redes sociales y anunció además su adhesión al equipo de Juan Gabriel Chinchillas, candidato de la planilla amarilla. El resultado en el norte dejaría tendencia irreversible en favor de la roja y la promesa de un proceso accidentado.

Al día siguiente en Culiacán un empate técnico entre rojos y amarillos. La elección sería decidida en Mazatlán con un padrón de 520 trabajadores pero una ventaja de 420 votos para el equipo de Teresita Ochoa.

Disturbios desde temprana hora evitaron que el proceso se realizara y este tuvo que ser postergado para el sábado siguiente pero tampoco hubo condiciones y en una tercera elección el martes 25 dejó agresiones y disturbios que derivaron incluso en una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos en contra del comité directivo saliente, encabezado por Ballardo Valdez.

Un día antes, la mañana del lunes 24, Chinchillas se hizo acompañar de Herlinda Orozco e Irene Hidalgo, titulares de las planillas azul y blanca de manera respectiva, para anunciar que impugnarían la elección por presuntas irregularidades en el proceso y crearían un frente contra Ballardo y la planilla ganadora.

Primero ante la comisión electoral y su titular, Raúl Amézquita por presuntamente operar en favor de Ballardo Valdez y al ser desestimada esta medida acudieron el 26 de agosto al Tribunal Contencioso Administrativo a solicitar se abstenga de la toma de nota a la entrante administración del comité ejecutivo que presidirá Teresita Ochoa.

Pero el proceso se reanuda este martes primero de septiembre. Ahí, según explicó el mismo Gabriel Ballardo, hará entrega de la secretaría general del STASE a Teresita Ochoa.

De lado quedan los adeudos al Instituto Sinaloense de Pensiones (IPES) con adeudo estimado en más de 2 mil 600 millones de pesos así como el pago del seguro mutual. La herencia, además de los millones, es un sindicato fragmentado.

El STASE es de todos. Eso responde Teresita Ochoa, ahora secretaria general del sindicato. Explica que no habrá represalias con los grupos rivales. El llamado es a la unidad.

“Yo sé que siempre habrá grupos que no pensamos iguales pero siempre he respetado, y pues yo invito a eso, a la unidad”.

El manoteo cesó por el momento pero la sospecha de un sector sigue siendo la misma: la elección la ganaron desde dentro. Un sindicato sometido a los intereses de unos cuantos.

Artículo publicado el 30 de agosto de 2020 en la edición 918 del semanario Ríodoce.

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