Por lo menos en las últimas tres semanas, el arribo de turistas nacionales al puerto de Mazatlán ha reactivado la economía, pero también el riesgo de contagios por coronavirus, situación que alertó a las autoridades estatales y municipales.
Mientras se mantiene fija la intención de reactivar la economía en el principal destino turístico de Sinaloa, el semáforo epidemiológico lo mantiene en naranja.
Desde un principio, se fue observando que al perder el temor de estar en espacios públicos, la gente gradualmente fue relajándose, por lo que la presencia de personal de Protección Civil y las policías Municipal y Turística, fue más notoria.
Al día de hoy, los turistas se han volcado al puerto y a pocos les importan los protocolos como el uso correcto de cubrebocas, desinfectantes y la sana distancia.
A raíz de esta situación, las autoridades refuerzan sus estrategias.
El alcalde Luis Guillermo Benítez Torres fue a Los Mochis el viernes pasado para promocionar entre agremiados de la Canaco a Mazatlán, a quienes ofreció “un Mazatlán a donde vas a ir a divertirte, pero no vas a tener tan alto el riesgo de contagiarte”.
Alto o bajo, el riesgo es latente, tan es así, que a esa expresión le antecedió un par de reuniones entre los responsables de Salud, Riesgos Sanitarios y Protección Civil estatal y municipal.
Eloy Ruíz Gastélum, coordinador municipal de Protección Civil, informó que se acordó reforzar los operativos preventivos.
Junto con la Dirección de Alcoholes, Protección Civil Estatal y la Comisión Estatal contra Riesgos Sanitarios, visitarán negocios que han generado problemas.
“Vamos a hacer operativos en conjunto donde vamos a hacer supervisiones a los giros o a los antros, o a los restaurantes bares que nos han generado un poquito de problemas”, indicó.
Mientras que el compromiso con los empresarios de esos establecimientos es que ellos van a esforzarse aun más todavía, “van a disponer de personal en número suficiente para poder tener control sobre sus clientes en la parte externa de los negocios”.
Hace como tres semanas cerca de las cero horas se suspendieron las actividades de dos restaurantes-bar “porque sí tenían mucho más gente de la permitida, tanto al interior como al exterior”.
Después de que se habló con ellos cumplieron con los requerimientos en el interior, pero el conflicto era afuera porque aunque el encargado del negocio indica que ya no hay cupo, la gente opta por quedarse afuera en las banquetas.
“El esperar no está prohibido, si hay una fila de 10, 20, 30, 40 ó 50 gentes no está prohibido, siempre y cuando tengas la sana distancia entre una persona y otra”, indicó.
La petición para los encargados es que mantengan el orden afuera de sus negocios con distancia.
Pero hay otro problema, y es que al paso de las horas, luego de que las personas consumieron alcohol, la labor de convencimiento es titánica porque no hay quien les haga entrar en razón.
“Ya entrada la noche la persona no va a entender y entró un operativo en conjunto con Seguridad Pública, Alcoholes, Protección Civil del Estado, nosotros y Oficialía Mayor donde se van a estar haciendo este tipo verificaciones nocturnas para ayudarle al restaurantero”, explicó.
También se ayudan con la aplicación Mzt Tourist App, dijo, a la que se le agregó una herramienta que es el semáforo de la vida nocturna en el puerto, siendo esta la segunda semana que está funcionando.
Consiste en lo mismo que se hace con playas; bares y restaurantes le aparecerán al usuario en verde si todavía hay cupo, amarillo si está por cumplir con su capacidad y rojo si ya lo hizo.
Los gerentes y encargados de los negocios alimentan el sistema, explicó, y es verificado por Oficialía Mayor.
La gente llega de Chihuahua, Coahuila, Durango, Jalisco, Aguascalientes y Zacatecas, además de los regionales.
“Los últimos tres fines de semana es cuando mayor cantidad de turismo hemos recibido y a eso le suma el ciudadano local, o de la región que viene a pasar el fin de semana, gente que viene de Culiacán, Rosario y Escuinapa, hemos tenido bastante gente”, explicó.
A través del operativo Redes se entregaron hace tres fines de semana casi 5 mil cubrebocas en un operativo que cubrió desde el escudo en Olas Altas, hasta las letras de Mazatlán, “lo que habla de la cantidad de gente que tenemos”.
Aunque no todos salen sin cubrebocas, muchos sí lo traen consigo, pero no lo usan, lo traen guardado.
Al principio los que mostraron poca cooperación eran los adultos de entre 35 y 45 años, pero al paso del tiempo que se dieron cuenta que son vulnerables, empezaron a usarlos.
Restauranteros, el llamado de atención
Rigoberto Becerra, presidente de Canirac, sostuvo que entre los 110 agremiados que integran esta cámara se ha insistido en el cumplimiento de las medidas sanitarias tanto dentro como afuera.
Reconoció que son los restaurantes que se ubican a pie de playa, los que concentran más clientes y a quienes se les estaría dificultando su cumplimiento.
Ya han recibido conversaciones de las autoridades, dijo, en el sentido de que “habrá consecuencias” si no acatan las indicaciones y se detectan aglomeraciones.
-¿Les han dicho qué va a pasar con los reincidentes, de qué manera los van a penalizar?
-Nada más nos han dicho que va a haber consecuencias para los que no acaten (…) que se van a tomar medidas, ¿qué medidas? No nos lo dijeron.
Artículo publicado el 30 de agosto de 2020 en la edición 918 del semanario Ríodoce.