Debieron ser muy evidentes las pruebas acreditadas ante el Tribunal Estatal Electoral (TEE) para que la mayoría de los magistrados resolvieran que el alcalde de Mazatlán pida una disculpa pública en la primera sesión del cabildo porteño por violencia de género y obstrucción de sus funciones de ley a Elsa Bojórquez, la Síndica Procuradora del Gobierno Municipal de Mazatlán, que ha dicho una y muchas veces que ella está ahí por convicción y porque cree en el proyecto de cambio que abandera López Obrador.
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Y, digo, que debieron ser evidentes porque el TEE en tiempo no electoral es un organismo con poco beneficio para la política sinaloense y, aún así, hay una discusión jurídica, sobre si tiene o no competencias para resolver una petición de un cargo electo en funciones de gobierno. No obstante, se agradece el llamado y, cuando menos, quita la sensación de que en esta materia no hay impunidad y que sirve para algo en tiempos de asueto electoral.
Ahora veremos qué decide el alcalde con sus asesores jurídicos, porque es conocido que no sabe de las cortesías y lo suyo es la confrontación. Quizá por eso tiene tantos expedientes abiertos no sólo entre los morenistas a los que ha calificado de todo, sino con actores económicos y sociales del puerto.
Si el alcalde decide dar la disculpa pública como mero trámite habrá cumplido con el llamado, pero sería incompleta si no da luz verde para que el equipo de Bojórquez haga su trabajo de auditoría y revele el estado que guarda la administración municipal.
Así que, si no pasa del protocolo dejará la sensación de que no ha cambiado nada y no va a cambiar su relación con la Síndica Procuradora a la que, recordemos, alguna vez le pidió públicamente que si ya en funciones él se desviaba del proyecto, “fuera contra mí” y, esta buena recomendación, la funcionaria pública la tomó al pie de la letra y desde el primer día actuó en consecuencia exigiendo transparencia en los asuntos municipales y reclamó al alcalde que no transfiriera sus competencias de Ley al órgano de control interno.
No sucedió así y para el alcalde no ha habido mejor “síndico” que el responsable de está unidad que está bajo su batuta, por cierto, una herencia inexplicable del gobierno del priista Fernando Pucheta.
Elsa Bojórquez ha asumido que la resolución de la mayoría del TEE le da luz verde para hacer su trabajo sin ningún tipo de limitación, ver realizada su función de transparentar las acciones de gobierno de su partido y eso, cómo bien lo dice, no le causa alegría, sino cierta frustración porque no es lo que ofertaron en la campaña electoral.
Y con la resolución en mano, ha dicho que volverá a las dependencias y exigirá hacer las auditorías que han sido señaladas por opacidad y falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Esta semana para ir no muy lejos se hizo pública una información periodística sobre los invitados del alcalde que asistieron con gastos pagados a la Feria Internacional de Turismo celebrada en Madrid. Son 87 personas lo que, de ser así, da cuenta de un gasto desmesurado que se hizo irresponsablemente con cargo a los contribuyentes porteños.
O sea, si a la Síndica Procuradora le permiten hacer su trabajo, seguramente exhibiría de cuerpo entero a un gobierno que no se caracteriza por su austeridad, y eso significaría un verdadero traspié al proyecto político del alcalde que se ve como candidato de Morena al Gobierno del Estado.
Y eso caería en el peor momento político cuando Yeidckol Polevnsky está enfrentando acusaciones graves de los nuevos dirigentes de partido que han puesto una denuncia de hechos presuntamente corruptos ante la Fiscalía General de República, contra la ex presidenta del CEN de Morena.
Entonces, los enemigos del alcalde mazatleco van a querer aprovechar –de hecho, ya lo vienen haciendo en redes sociales– para minar sus aspiraciones políticas y evitar que vuelva a ser postulado a un cargo de elección popular.
Sin embargo, para que esto suceda primero habrá que ver el alcance de la resolución del Tribunal y su misma voluntad para que su administración sea investigada, si tiene o no competencias, o simplemente es una resolución sin efectos vinculantes; y si es así, la ceremonia de la disculpa será un ritual que se cumplirá sin mayor aspaviento.
Al tiempo.
Artículo publicado el 21 de junio de 2020 en la edición 908 del semanario Ríodoce.