La Junta de Gobierno del Banco de México acordó este jueves bajar la tasa interbancaria a un día en 50 puntos base para dejarla en 5.5 por ciento, un nivel que no tenían desde noviembre de 2016 y muy lejos de su escala más alta de 8.30 por ciento que alcanzó hace justamente un año.

La decisión de la Junta fue por unanimidad y consideró los dos caminos que puede tomar la inflación en el corto plazo, a la baja por la fuerte caída del PIB y de los precios del crudo, o al alza por la depreciación del peso y las posibles disrupciones en las cadenas de producción y distribución de algunos bienes y servicios. “El balance de riesgos para la inflación se mantiene incierto”, indicó el banco.

Entre marzo y abril la inflación general anual disminuyó de 3.25 a 2.15 por ciento, como resultado de una disminución del componente no subyacente de 2.19 por ciento, a -1.96 por ciento y del subyacente de 3.60 a 3.50 por ciento en el mismo periodo, en lo cual influyó la reducción de los precios de los energéticos, en particular las gasolinas. “Las expectativas para la inflación general de corto plazo han disminuido, mientras que las de mediano y largo plazos se han mantenido relativamente estables, si bien en niveles superiores a la meta de 3 por ciento”, agregó Banxico, de acuerdo a Aristegui Noticias.

Los funcionarios del instituto central también tomaron en cuenta la posibilidad de que en el segundo trimestre las afectaciones ocasionadas por la pandemia se profundicen y den lugar a contracciones importantes en el empleo, así como el sesgo “significativamente a la baja” en el balance de riesgos para el crecimiento de la economía.