El número de muertes por Covid-19, tiene más de una semana rebasando —por mucho— las muertes violentas en Culiacán. Se estima que por cada ejecución que ocurre en este municipio, hay tres o cuatro decesos por coronavirus, según un sondeo realizado en días pasados con trabajadores de distintas casas funerarias de esta ciudad.
Me atrevería a decir que por cada ejecutado, o alguien que fue encontrado muerto con rastros de violencia, ofrecemos hasta 10 ó 15 servicios a personas fallecidas por Covid o por lo que llaman neumonía atípica, dijo un empleado de una funeraria local, quien pidió el anonimato.
Al empleado no le pareció exagerada la comparación, y aseguró que desgraciadamente los números han empezado a dispararse, y que para ellos es evidente que la violencia ya fue rebasada por el coronavirus.
“Hace unos meses estábamos atentos a llamadas de contactos que tenemos en la policía para que nos avisaran de un ejecutado, y entonces ir a la escena del crimen para contactar a la familia y ofrecer el servicio (funerario), pero ya casi no estamos atendiendo eso, sino que estamos de base en los hospitales porque es donde están muriendo los infectados de coronavirus”, dijo otro empleado de una funeraria distinta.
Como los números no cuadraban, se contactaron a más empleados de otras funerarias para ver si la comparación de un ejecutado contra 15 muertos por coronavirus, cuadraba, pero el resultado siguió siendo alto comparado con las cifras del estado:
“Nosotros por cada cuatro reportes de muerte por violencia que atendemos, vendemos 15 servicios, y sobre todo en la última semana, que es cuando más se han disparado los casos de Covid”, mencionó un tercer trabajador funerario entrevistado.
El consenso de los trabajadores funerarios, quizá la única industria que no ha sido golpeada por la crisis, es que el trabajo se va a incrementar en los próximos días, pues los reportes que reciben de enfermeros, camilleros y doctores, tanto de hospitales públicos como privados, es que los nosocomios empiezan a llenarse.
“Se está llenando el hospital”, confirmó un enfermero de la clínica Culiacán. “Apenas el lunes de esta semana (pasada) teníamos 30 camas para enfermos de Covid, y ahora (viernes), nos quedan 12; esto va a colapsar”, indicó el empleado.
La información proporcionada por los trabajadores de las funerarias y los enfermeros consultados vendría a contradecir las estadísticas reveladas por la Secretaría de Salud del Estado, que apenas el jueves de la semana pasada reportó nueve fallecidos por Covid-19 en todo el estado, cuando al menos cuatro funerarias consultadas señalaban que ellos recogían en promedio de cinco a seis muertos por coronavirus al día.
“Lo que decimos es con base a los certificados de defunción que recibimos, y ahí no estamos incluyendo fallecimientos por enfermedades respiratorias, sólo casos certificados de Covid, o bien probables casos de fallecimiento por Covid”, explicó otro de los empleados funerarios consultados para este sondeo.
Lucrar con la muerte
Otro de las constantes que notaron algunos enfermeros contactados fue que, a partir de la semana pasada, empezaron a darse casos en donde familiares de personas fallecidas por Covid han corrompido a médicos de hospitales públicos y privados para que alteren los certificados de defunción, y señalen que el familiar fallecido no murió por coronavirus, sino por cualquier otra causa ajena a esa enfermedad.
La meta es permitir que la familia pueda velar al difunto, de otro modo no existe manera para hacerlo pues la ley no permite que los fallecidos por Covid sean velados, ni en funerarias ni en casas particulares, por temor a que la familia se contagie.
“Te ofrecen dinero o si no te amenazan, y ahí no se puede hacer mucho porque uno ya sabe como está la situación aquí en Culiacán”, comentó un doctor de un hospital privado del municipio, que al igual que el resto de las personas contactadas, pidió no se revelara su identidad.
La Procuraduría del Estado de Sinaloa dijo por su parte que ellos no han tenido conocimiento de casos en donde se haya amenazado a doctores de nosocomios públicos o privados, como tampoco agresiones en contra de personal médico.
Un enfermero de la sala de urgencias de la clínica 35 del IMSS dijo que con ellos sería imposible que se den ese tipo de amenazas, porque el familiar tendría que tener acceso con los médicos, y no existe tal contacto porque los pacientes de Covid-19 están en zonas restringidas, y la información que se da es por teléfono.
“Para que ocurra, el familiar tendría que meterse a esa área para solicitar el acceso al médico, y si le dan el acceso, que es muy difícil, hablar con el médico a cargo y sobornarlo para que diga que no murió de Covid; pero cómo va a decir eso si el paciente esta en esa área por algo; debería involucrar a muchos otros empleados: enfermeros, otros doctores, personal administrativo; es complicado en el IMSS; en todo caso sería más fácil que eso ocurra en hospitales pequeños”, explicó el enfermero.
Apenas el 20 de abril, el Secretario de Economía, Javier Lizárraga Mercado, anunció que en el estado comprarían uno o más hornos crematorios para atender la demanda por parte de personas que fallecen por Covid, pero hasta el cierre de la edición no se había concretado nada.
A pesar de las indicaciones del gobierno federal y del estado para el manejo de cadáveres, el trabajador funerario confirmó que ellos siguen sepultando a muertos por Covid-19, aunque lo hacen en lo inmediato, es decir, sin permitir que la familia le realice servicio funeral al fallecido.
“¿Cómo se sepulta? Pues se nos da el reporte que la persona falleció por Covid, y entonces se recoge el cuerpo, y le damos una o dos horas para que la familia adquiera un terreno en un panteón, y cuando tiene la gaveta, llevamos la caja para que se sepulte”, explicó, aclarando que no hay ninguna autoridad sanitaria que vigile o que regule el sepelio.
Artículo publicado el 03 de mayo de 2020 en la edición 901 del semanario Ríodoce.