Alimentación en el encierro: Consejos en medio de antojos, ansiedad y asaltos al refrigerador

comida

Hoy que estamos por cumplir un mes con movilidad limitada y que en muchos hogares se vive una rutina distinta con niños y jóvenes tomando clases en línea y adultos realizando labores administrativas mediante conexión VPN, la alimentación saludable puede verse trastocada.

Conforme el encierro avanza la incertidumbre crece, ésta aumenta la ansiedad y por ella las ganas insaciables de comer y beber alimentos divertidos para el paladar se fortalecen en nuestra mente, convirtiendo a la acción, a fuerza de repeticiones, en un hábito involuntario.

Nadie quiere habituarse a rendirse a los antojos, a picar aquí y allá, pero evitarlo depende mucho de nosotros si la razón, la consciencia alimenticia y la salud propia son uno de nuestros intereses.

Realizar un plan de alimentación familiar puede ser complicado; los gustos de unos y de otros, las intolerancias y los horarios juegan un papel importante. En el encierro esta complicación se vuelve grave: el refrigerador, la estufa y la alacena están a unos pasos de distancia; quesadillas, cereales con leche o comidas instantáneas están a dos, tres minutos. No hay horarios, solo impulsos.

Recomendaciones para el encierro

Algunas recomendaciones de la división de Salud de Harvard respecto a cómo y qué elegir en cuestión de alimentos en cuarentena son las siguientes:

  • Haz plan diario de alimentación: planear las comidas ayuda en dos frentes: elección de alimentos y las idas al supermercado. Un buen plan prevé les necesidades de alimentación y evita que cocinemos como reacción al hambre, además, genera una buena lista de compras que evitará que nos expongamos más de la cuenta yendo y viniendo del exterior.
  • Utiliza las aplicaciones para mantenerte conectado en torno a las comidas: utilizar conexiones remotas con familiares o amigos puede ayudar a mitigar la ansiedad y depresión del encierro. Comparte recetas, fotos de tus comidas o incluso cocina simultáneamente con tus seres queridos.
  • Plan de compras de alimentos: saca de tus listas de compras todo lo altamente procesado, alto en sal, azúcares y grasas nocivas, el no tenerlo dentro de tu casa hará más fácil la tarea de evitarlo.
  • Consume alimentos íntegros: frutas, vegetales, grasas saludables, huevos y carnes son ejemplos de alimentos íntegros, es decir, aquellos que no han sido procesados. Inclúyelos en el día a día.
  • Incluye una comida confortable en la semana: no se trata de comernos todos los antojos en un solo día, pero no está de más disfrutar de uno ocasionalmente. Si no te sientes apto para cocinarlo por ti mismo, pide a domicilio u ordena y recoge a un negocio local, de paso ayudarás a la economía de un par de familias en tu ciudad.
  • Cuida tu ambiente: que tu casa no sea un ambiente obesogénico, recuerda que, si no hay chatarra cerca, no puedes comerla. Si eres el adulto de la casa, restringe las inocentes idas a la tienda y evita comer con refresco. Es buen momento de desaprender a comer y reeducarnos.

En tiempos estrés es común que depresión y angustia se presenten, esto promueve un déficit en el sistema inmune. Por fortuna, la buena alimentación durante la cuarentena puede ayudar a reforzar el sistema inmune, así como a reducir la ansiedad, madre de todos nuestros vicios.

Algunos de los alimentos mayormente recomendados para el sistema inmunológico son los cítricos y pimientos rojos. También, ingredientes antioxidantes como el jengibre, ajo, cúrcuma, capsaicina (chiles picantes) y cebolla, recomendados también por la UNAM, en su dieta alta en antioxidantes para adultos mayores.

Los alimentos ricos en zinc también son altamente recomendados, estos pueden ser ostiones, almejas, mejillones, nueces de la india, hígado, res y yema de huevo. El zinc se relaciona con efectos antivirales.

El magnesio es un tranquilizante natural, además ayuda a reforzar la inmunidad. Algunos alimentos ricos en este mineral son las legumbres, nueces, semillas y vegetales de hoja verde como espinaca, acelga, kale y arúgula, entre otros.

La pandemia está siendo un tramo complicado de recorrer. La ansiedad, el estrés y la depresión están ahí, también la mala alimentación. Pero depende de nosotros interpretar y accionar a favor o en contra de la desafortunada situación, hagamos de nuestros hogares desiertos de chatarra, sembremos la semilla para que cuando esto acabe hayamos adoptado mejores hábitos.

Artículo publicado el 03 de mayo de 2020 en la edición 901 del semanario Ríodoce.

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