La construcción del nuevo hospital General de Culiacán fue a marchas forzadas. La pandemia de Covid-19 empujó a los más de 400 trabajadores a apresurarse para que estuviera lista el área que será para la atención de pacientes con coronavirus.
Las jornadas de trabajo se extendieron hasta altas horas de la noche para concluir el hospital programado inicialmente para concluirse el 30 de mayo, pero que fue entregado ayer lunes por el gobernador Quirino Ordaz Coppel a la Sedena.
El 24 de marzo pasado el mandatario anunció que estaría terminado para el 29 de abril.
Por la emergencia será operado por la Secretaría de la Defensa Nacional, cuyos elementos desde la semana pasada ya se encuentran resguardando la entrada principal del inmueble.
El supervisor interno, Cristóbal Parra, explicó que en la obra trabajaron 300 personas y tuvieron que emplear a 100 más para terminarla.
Además cambiaron el modelo de trabajo pues un hospital una vez que se construye el inmueble, el trabajo interno se empieza a hacer del último piso hacia abajo; en este fue al revés, de la planta baja hacia arriba.
La razón de empezar en la última planta, detalló, es que una vez que se terminan las obras esa área se cierra para que ya no haya circulación de trabajadores por ahí y luego siguen con el piso inferior y también se sella, hasta llegar a la planta baja.
En este iniciaron de abajo hacia arriba porque la planta baja y el primer piso son las áreas más urgentes. Ahí es donde serán atendidos los pacientes con Covid-19.
En el proyecto original, esa parte del hospital estaba destinada para urgencias, pero durante la pandemia tendrá otro uso.
En esa zona, según la Secretaría de Salud del Estado esta semana operarán 30 camas de hospitalización, y además se contará con 20 de terapia intensiva para pacientes con Covid-19; en las siguientes semanas habrá 53 camas más.
En el área que será destinada para atender pacientes con coronavirus, los empleados realizaron de último momento los trabajos finales. Colocaron los muebles sanitarios, lámparas, dieron los últimos acabados a pisos y paredes e instalaciones eléctricas e instalaron las mangueras para gases medicinales y enchufes en la cabecera de cada cama.
En los consultorios y habitaciones de la planta baja y el primer nivel se colocaron puertas, señalización, cristales y numeración de camas. Dos de los cuartos de hospitalización hasta el viernes estaban completamente terminados, y solo faltaba el mobiliario. Las habitaciones tienen capacidad para seis pacientes y cada una cuenta con un baño.
Hace algunas semanas personal de la Sedena acudió a verificar el lugar y dio el visto bueno.
Para entrar a la construcción, hay que desinfectarse, un hombre con una bomba fumigadora rocía con líquido sanitizante a toda persona que ingresa, por el frente, por la espalda y los zapatos; y una que otra pone también las manos.
Los vehículos son rociados en las llantas, orillas de las puertas, las manijas y los estribos.
A un costado de la puerta, arman un túnel sanitizante por el que pasarán todas las personas que entren a la construcción y serán rociadas de cuerpo entero.
Durante los últimos días previos a la entrega del inmueble, los trabajadores instalaron lámparas, y en áreas que ya estaban terminadas barrieron y trapearos, en la entrada de urgencias varios hombres desempaquetaron los sanitarios.
De acuerdo con Cristóbal Parra, las personas que trabajaron ahí desde albañiles y electricistas, son “especialistas en hospitales” pues trabajan para la empresa Ingeniería y Control de Proyectos, especializada en construcción de hospitales.
Detalló que el hospital tiene una planta baja y tres niveles y se divide en tres cuerpos en 25 mil metros cuadrados.
El primer cuerpo, es de consulta externa, el segundo el de hospitalización y el tercero el de servicios generales.
El área de espera de urgencias está dentro del edificio, a diferencia del actual que se encuentra afuera. El estacionamiento es para mil 60 cajones.
El nuevo hospital tendrá 120 camas, 52 consultorios, nueve quirófanos, dos salas de trasplantes, tres de cirugía ambulatoria, inhaloterapia, sala para obesidad y tabaquismo, un auditorio y un aula para enseñanza.
El edificio fue habilitado con una planta tratadora, en la que se aprovechará una parte del agua tratada para los jardines y el resto se irá al drenaje sanitario.
La inversión del Gobierno Estatal es de mil 236 millones de pesos.
El nuevo hospital es uno de los 31 que serán operados por la Secretaría de la Defensa Nacional como parte de un plan emergente para atender la pandemia de Covid-19.
La Sedena tiene un presupuesto de 4 mil 272 millones de pesos para la operación de los hospitales.
Una vez que termine la pandemia el hospital será entregado al gobierno del estado y operado por personal civil y atenderá a pacientes en general, no solo por Covid-19.
Artículo publicado el 03 de mayo de 2020 en la edición 901 del semanario Ríodoce.