La vocera del Concejo del Gobierno comunitario de Chilón, que agrupa a unas 600 comunidades de la etnia tseltal, denunció que hasta el momento ninguna autoridad sanitaria ha acudido a sus comunidades.
“No ha dicho que hacer o nos han dado los protocolos a seguir si alguien en las comunidades enferma”, denunció Pascuala Vázquez Aguilar.
El portal Simembargo publicó no existe información en las lenguas de los pueblos originarios, que permitan prevenir los contagios por Covid-19 para saber cómo atender a la población que enferme. Tampoco tienen servicios médicos y medicamento suficiente.
Vázquez Aguilar explicó que de manera independiente, algunas comunidades consiguieron termómetros, “y a unos, muy pocos, paracetamol. No tenemos recursos. Se están tomando medidas desde sus medicinas tradicionales, pero necesitamos y exigimos que las autoridades nos volteen a ver para salvaguardar la vida de nuestros hermandas y hermanas más vulnerables”.
Fue a través de un video que hicieron llegar a periodistas, la manera que encontraron para dar a conocer la situación que enfrentan ante la pandemia, explicó que se les ha pedido que se queden en casa.
“Realmente nadie nos ha volteado a ver, ni siquiera las autoridades han visto si en las comunidades contamos con servicios de salud. De las 600 comunidades que estamos defendiendo nuestros derechos a la libre determianción como pueblos originarios, no nos han puesto su mirada en nosotros”, expuso.
Trabajadores de salud no han informado respecto a las acciones que deben de realizar, ni han dado los protocolos a seguir.
“Y más lamentable si nos llega a pegar ese virus, creo que ninguna autoridad nos va a voltear a ver y nos moriremos en silencio”, mencionó.
El peligro de contagio que hay en sus comunidades viene de los migrantes que estaban trabajando en zonas turísticas como Playas del Carmen, Cancún; y también en las zonas agricolas como Sonora y Tijuana, expuso la vocera.
Se trata quede personas que se fueron a trabajar para traer dinero a sus familias, agregó, y ya se están regresando y entrando a sus comunidades, poniendo en riesgo la vida de sus familias, y sobre todo, a toda la comunidad.
También refirió que una cantidad importante de hombres y mujeres indígenas tienen que viajar a las ciudades para vender su productos, y este es otro factor de riesgo.
Ante esto, pidieron a las autoridades sanitarias que atiendan la situación de las comunidades indígenas, porque esta es diferente a la situación de las personas que viven en zonas urbanas.
Como evidencia del riesgo que corren estas comunidades, se cuenta con el registro de la muerte de una de las 33 personas que oficialmente han enfermado de Covid-19 en Chiapas.
Se trata de un inmigrante que estuvo trabajando en Tijiana, Baja California. A finales de marzo regresó a su comunidad en el municipio La Independencia, y murió a consecuencia del virus, el pasado 6 de abril.
De acuerdo a organizaciones no gubernamentales, no existe un monitoreo para los migrantes que no se les está permitiendo regresar a sus comunidades de origen en Chiapas, y tampoco tienen medios suficientes de susbsistencia.