Tiende salud cerco sanitario en Ahome; Chapman fracasa en detener el Conti

El viernes 13 de marzo corrió como reguero de pólvora la noticia de que un joven de 25 años había resultado positivo para Covid-19, en esta ciudad.

El caso se hizo público al día siguiente, cuando el muchacho que retornaba a la ciudad desde el estado de California, en Estados Unidos, ingresó al hospital general “Jesús Kumate”, por el área de urgencias.

Su padre, que lo acompañó en el viaje carretero, no presentó mayores dolencias, pero fue mantenido en aislamiento por los primeros epidemiólogos que se movilizaron desde el hospital privado en donde inicialmente fue atendido el paciente.

Han transcurrido ocho días desde el 13 de marzo, y no se han reportado casos asociados al paciente con covid-19.

Primero, porque los epidemiólogos identificaron los contactos del paciente, los aislaron y sometieron a monitoreo constante. Ninguno, al momento, acusa síntomas de fiebre, dolor de cabeza, estornudos, dificultad para respirar, tos o malestar general. Nadie se contagió.

El muchacho convalece en casa.

Sin embargo, los epidemiólogos locales no cantan victoria. Y hay una causa, el coronavirus no tiene un comportamiento definido y se desarrolla distinto en cada cuerpo, por eso deben esperar otra semana más para descartar o declarar negativos los casos sospechosos, y poder establecer si con el paciente se rompió la cadena de transmisión y se evitaron los temidos brotes asociados.

Para ello, el sector salud ha impuesto algunos puntos de observación, iniciando en la caseta fitosanitaria en los límites del estado Sinaloa-Sonora, continuando en la caseta de peaje y extendiéndose hacia el aeropuerto, puerto de Topolobampo y estación de ferrocarriles.

En ellos se pone atención especial a las personas que proceden de los estados de California, Washington y New York, y de los estados nacionales con brotes importantes, explicó Omar González Corral, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 001.

Aseguró que todos los trabajos van encaminados a romper la cadena de transmisión del covid-19, pero se ha encontrado resistencia de los civiles para participar en las campañas pues algunos ni atención prestar a las indicaciones, y otros proporcionan información falsa.

González Corral pidió a la población sumarse a las campañas.

Ante el llamado, la Dirección de Salud desplegó en Ahome el obsequio de botellas con desinfectante y dípticos informativos; sin embargo, esta la adornó utilizando patrullas y policías municipales disfrazados con monos desechables, mascarillas y lentes de seguridad, todo barato.

La campaña asustó a las personas, primero, y después, los actores, fueron ridiculizados en redes sociales.

El alcalde, Manuel Guillermo Chapman Moreno, se sumó a la estrategia y aprobó que todas las madres burócratas se les dispensara la jornada laboral por cuidados maternos, además de que ofreció la entrega de despensas a familias de bajos recursos económicos que tendrán que aislarse en sus domicilios.

Sin embargo, la suma pocos resultados obtuvo, porque no logró suspender ni pausar las fiestas tradicionales de Semana Santa que se realizan en los centros ceremoniales yoremes.

Este viernes, el alcalde fracasó en la enramada de San Miguel Zapotitlán, en donde los fiesteros, chicoteros, Poncio Pilatos y demás autoridades ancestrales condicionaron un receso en la reunión semanal (conti) de fariseos, al cierre de los expendios cerveceros.

Chapman no emitió compromiso.

Sin embargo, lanzó a los indígenas su habitual discurso plagado de autoelogios que versaron desde la naturaleza del hombre, espiritualidad, criticas al presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, y evolucionó a pitoniso y adivino, que finalmente no obtuvo ni aprobación o rechazo.

En un arranque acostumbrado, el alcalde se retiró de la enramada, dejando con un palmo de narices a los fiesteros.

El Conti se realizó.

Artículo publicado el 22 de marzo de 2020 en la edición 895 del semanario Ríodoce.