Por un cuarto periodo consecutivo, Héctor David Alarid Rodríguez buscaba estar al frente del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Culiacán (STASAC), sin embargo la elección fue saboteada y declarada en incertidumbre.
Se lo impidió un grupo de trabajadores que desde diciembre del año pasado comenzaron trabajos para malograr su reelección. Encabezados por Julio Duarte, la planilla amarilla tomó por la fuerza el salón de eventos del STASAC, sitio donde la base acudiría a emitir sus votos.
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Poco después de las 8:00 horas del pasado viernes, delegados del sindicato comenzaron a disponer del salón para instalar urnas y mesas de recepción, todo supervisado por el notario público 198, Jorge Julián Chávez Murillo.
Sin embargo, minutos más tarde, al destapar lo que serían las boletas, representantes del candidato de la planilla amarilla, Julio Duarte, tomaron por asalto las urnas. El argumento fue que junto a su candidato aparece inscrito como planilla dorada Julio César Tokunaga Sekisaka.
Antes de las 9:00 de la mañana una valla de personas ataviadas con camisetas amarillas acordonó todo el salón. Frente a ellos el candidato Julio Duarte. “Es el colmo lo que quieren hacer”, critica mientras en su mano sostiene una de las boletas, “esto puede confundir a electores que no saben leer y escribir correctamente”.
El candidato argumentó que no solamente el color es simple de confundir sino el nombre. Ambos candidatos llevan como primer nombre Julio. Horas más tarde, poco antes del mediodía, los simpatizantes de la planilla roja liderada por David Alarid hicieron acto de presencia. A punta de gritos y empujones demandaban votar.
El choque se dio aunque sin consecuencias graves. Empujones, insultos y amagos de ambas partes. El lodazal por todos lados. El actual dirigente del sindicato no acudió al evento. Se mantuvo al margen. Argumentó que fue por prudencia y evitar un conflicto más álgido.
No pudo ser contactado sino hasta minutos después de concluida la jornada, la cual debió iniciar a las 9:00 horas con los votos de jubilados para posteriormente dar paso de 10:00 a 11:00 horas al voto de los 18 candidatos, y después con límite a las 18:00 horas el sufragio de la base activa.
Turbio de inicio a fin
El artículo cuarto de los estatutos del STASAC señala que la duración en la dirigencia es por tiempo indefinido, y sólo podrá cancelarse su registro por voluntad expresa y mediante acuerdo tomado en asamblea con votación de dos terceras partes.
Y a este artículo apeló David Alarid para buscar su cuarto periodo al frente del sindicato con más de 5 mil agremiados, el más grande de los 18 municipios de Sinaloa.
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Los comicios debieron llevarse a cabo el viernes 21 en un proceso que se adelantó por lo menos un mes. Según trabajadores las elecciones se realizan entre marzo y abril. En el más reciente proceso se celebró el viernes 10 de marzo de 2017.
Aún no se abrían formalmente los registros para el relevo y la guerra sucia entre aspirantes a dirigir el STASAC ya había dado comienzo. Videos circulando en redes sociales y páginas de Facebook dedicadas a desprestigiarse entre ellos.
Videos circulando en whatsapp y en páginas de Facebook ponían en evidencia a ambos candidatos. A David Alarid, de maltratar a la base y pedir moches e incluso favores sexuales en llamadas telefónicas grabadas. La respuesta fueron fotografías del candidato Julio Duarte abrazado del artista Carlos Bardelli, reconocido por imitar más de mil voces.
También, las acusaciones de enriquecimiento ilícito que recaen en Alarid Rodríguez, a quien le adjudican al menos seis propiedades en la ciudad y una red de nepotismo en el sindicato con salarios superiores a los de la base. Además, una denuncia ante el Órgano Interno de Control por favorecer a su esposa con salario de más de 50 mil pesos.
Y a Julio Duarte las acusaciones de dar dobles y hasta triple becas a su grupo cercano de colaboradores. El candidato por la planilla amarilla fue secretario de educación y cultura del STASAC en la misma administración de Alarid, pero algo se rompió.
“A lo mejor ya no eres el mismo que eras en un tiempo determinado, lo hemos estado viviendo, hemos visto perder muchos beneficios, vemos opacidad dentro del secretario actual, no vemos la verdadera defensa del trabajador, al contrario, siempre vemos a un secretario que está buscando beneficiarse de las negociaciones para él y un pequeño grupo”, explico en una entrevista a este semanario en donde hacía pública su aspiración a la dirigencia.
Y la guerra inició. Al final terminaron registradas 18 planillas de las cuales acusan que 16 de ellas fueron satélites para “mayoritear” en los acuerdos tomados en la mesa. Tanto Alarid como Duarte acusan que no son suyas, pero de algún lado salieron. Y en el salón de eventos solamente dos colores.
Los rojos, de Alarid, predominaron entre los “organizadores” de la elección. Incluso Leticia Tolosa Loaiza, integrante del actual comité directivo se inscribió por la planilla violeta. Pero ningún color violeta el día de la elección.
Y al cierre de esta edición, ni el actual líder sindical David Alarid así como el notario público Jorge Julián Chávez tienen respuesta del curso oficial del proceso y el relevo de la dirigencia del STASAC queda en el limbo, o en un lodazal. Votación no hubo.
Artículo publicado el 23 de febrero de 2019 en la edición 891 del semanario Ríodoce.
