Un racimo de globos blancos y azules, cuatro cartulinas con mensajes amorosos, ocho veladoras, dos ramos de flores de papel y naipes de baraja francesa fueron los ofrendas que este domingo colocaron deudos y amigos en el cenotafio al niño “Tito”, quien un año atrás murió ahogado en aguas residuales al caer a socavón ignorado por el gobierno municipal del alcalde de la “Cuarta Transformación”, Manuel Guillermo Chapman Moreno.

En el lugar también hay una cruz, con una fotografía del niño de 9 años encerrada en una caja metálica cubierta con un cristal transparente. Bajo esta, fue rotulado con pintura de color negro el nombre del niño, cuya vida cobró la negligencia del incipiente gobierno de izquierda.

Los deudos participaron también en una misa en la parroquia de Cristo Rey a las 13:00 horas de este domingo, en recuerdo de Roberto Emiliano, “Tito” el infante que la noche del 8 de diciembre del 2018 murió ahogado en aguas negras al caer a un socavón que el gobierno municipal no señalizó debidamente.

El niño falleció cuando vendía arrayanes.

Aquí en el cruce del boulevar Zacatecas con la calle Puebla, en la colonia Alfonso G. Calderón, el Presidente Municipal es la persona más repudiada de la comunidad por mentiroso, pichicato y mezquino.

Y es que Chapman Moreno no ha indemnizado a la familia, pese a que ya fue sentenciado, vía amparo, a hacerlo.

El lugar es también un recordatorio a la ineficiencia de los servicios municipales, pues es el único tramo del boulevar que no ha sido pavimentado. Allí está el pozo de visita, la base para el concreto y hule negro tendido.

Maneli, ex compañera de Roberto Emiliano en la escuela “Benito Juárez” y Edy de Jesús, amigo de barrio, recordaron que “Tito” era un buen niño, compañero de escuela y amigo de barrio.

Servicial, trabajador, estudioso y respetuoso en los juegos.

Ambos aseguraron que sus vidas las cambió el accidente fatal, pues cada vez que pasan por el crucero recuerdan la tragedia y les revive en la memoria los momentos que los tres pasaron juntos.

Mientras que Roberto Gastélum Parra, padre de Tito, comentó que a un año del accidente en donde falleció su hijo, el caso permanece estático, y el ayuntamiento se ha negado a cubrir la indemnización por su negligencia en señalizar y reparar el socavón.

“Las cosas están igual. El Presidente Municipal no se ha parado con la familia. No hay contacto. Dejaremos que las autoridades hagan lo que tengan qué hacer. Que la demanda continúe su vida legal”, dijo.

Aquí el recuerdo de “Tito” se palpa a los cuatro vientos con olor a caño.