La instalación de la planta para producir amoniaco que intenta operar la empresa Gas y Petroquímica de Occidente en Topolobampo sí es viable y con muchos mayores beneficios para la región y el estado, siempre y cuando se comprometan a aplicar tecnología avanzada para reducir al máximo el impacto al medio ambiente, sostiene el experto en geoquímica ambiental, Doctor Federico Páez Osuna.
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En un análisis donde privilegia la opinión técnico académica y al margen de intereses económico-políticos, el investigador de la Unidad Académica del Centro de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, que ha dedicado casi cuatro décadas al estudio de los metales pesados y su impacto en la contaminación de los cuerpos de agua, avaló la instalación de la Planta de Amoniaco en Topolobampo, bajo un compromiso mutuo de responsabilidad entre inversionistas y pobladores de la zona de influencia, para dar cumplimiento y seguimiento a un plan estricto de conservación del ecosistema.
Entrevistado sobre el tema, Páez Osuna, uno de los especialistas más reconocidos en México sobre contaminación de sustancias tóxicas en los cuerpos de agua del litoral mexicano, sostuvo que las tecnologías avanzadas y un manejo responsable de la operación de la planta le aportarían a Sinaloa y al país mayores beneficios, con todo y lo perjudicial o extremadamente corrosivo que se pinta a este compuesto químico.
Y explica: el amoniaco es muy útil para muchas cosas, pero sobre todo para la producción de fertilizantes y tiene un costo ambiental echar a andar una planta con características como la de Topolobampo.
Lo que sí se puede hacer e insistiré en ello, dijo, es que hay muchas medidas que se tendrían que implementar en caso de instalarse, como comprometer a quienes harán uso de ese predio para que se rehabilite cuando menos el mismo número de hectáreas de manglar.
“Las descargas de agua sobrecalentada se tienen que sacar en un punto apropiado para que cause el menor impacto posible y es viable si se aplica la tecnología avanzada.
“El agua que se va a utilizar en el proceso se extraerá de la bahía de Ohuira y ese volumen de agua también lleva larva de crustáceos y todo eso impacta, pero ya hay tecnología para excluidores de fauna de acompañamiento que las granjas acuícolas ya están utilizando.
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“Todas estas acciones ayudarían a que el impacto fuera mínimo. La Planta de Amoniaco sí se puede instalar en Topolobampo pero tiene que haber acuerdos entre todos. Como académicos tenemos que vigilar que se cumplan estas medidas para proteger el ambiente y ahí están las medidas y las herramientas tecnológicas”, consideró el investigador originario de El Fuerte.
Aquí el asunto es que se necesitan fertilizantes para la agricultura y se importa alrededor del 70 por ciento de estos insumos y si el país aspira a ser autosuficiente en alimentos tienen que producir al menos el 70 por ciento de estos fertilizantes.
—¿Y el lugar es el indicado? porque es un ecosistema muy frágil que los mismos organismos internacionales sugieren no operar este tipo de industrias en zonas de manglares… —se le pregunta.
“Lo ideal es ponerla en otro sitio, —responde— pero la planta ocupa estar en un puerto de altura para mover el amoniaco al resto del país, y de Topo y Mazatlán, el que reúne condiciones es Topo”.
“Más que en un corredor industrial la planta tiene que estar en un sitio donde haya instalaciones para conectar el gasoducto. Está llegando también a Mazatlán, pero este último no tiene condiciones para recibir esa planta porque su estero de Urías está más pequeño y más cerrado que Ohuira y el impacto sería mayor”.
“Lo ideal es hacer un nuevo puerto en zonas que no son sitios Ramsar como Ceuta, pero el costo es muy alto. Topo es lo menos peor que pudo decidirse. Ensenada del Pabellón y Altata son sitios Ramsar. Y el mayor problema es que no hay instalaciones portuarias, por eso la opción más inmediata, si no la mejor, es Topo”.
—Pero en el 2010 la Agencia Europea del Medio Ambiente recomendó restringir al máximo el uso de amoniaco por el impacto que tiene en la vida humana y ambiental ¿Qué dice de esto?
—No, eso es una manipulación de lo que ocurre porque el operar una planta así no significa que estará contaminando con amoniaco. El impacto real tiene que ver con el agua hipersalina que va a usar y soltar; porque va a succionar larvas o porque va a ocupar un espacio que hace 30 ó 40 años era un humedal; pero en sí el amoniaco que produce se convierte en granos, maíz, en trigo, ganado y todo lo que comemos los humanos y cuando ese amoniaco se convierte en excremento sí contamina, como cualquier otro desecho que altera el ecosistema del planeta.
“Si el amoniaco lo manejas directamente no solo contaminas, sino que también mata. Pero la planta lo que hace es procesar el amoniaco para producir urea que es utilizada como fertilizante para las plantas”.
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—¿Cuál es su recomendación en este conflicto? Que se instale o no la Planta de Amoniaco en Topo…
—Voy más a que se instale pero logrando que impacte lo menos posible. Hay ecologistas radicales que se oponen a todo lo que contamine. Hay otra corriente que piensa que tenemos que comer y cubrir necesidades, pero buscando que el impacto sea lo menos posible.
Artículo publicado el 14 de julio de 2019 en la edición 859 del semanario Ríodoce.
