La Comisión Nacional de Pesca y Acuacultura (Conapesca) a través de la Secretaría de Agricultura, espera que la Secretaría de Relaciones Exteriores envíe un comunicado a los países orientales donde se comercializa la totoaba capturada en aguas mexicanas.
Cesar Julio Sauceda Barrón, director general de Ordenamiento Pesquero de la Conapesca, declaró que existe un grupo interinstitucional que trabaja para inhibir la pesca de totoaba y el daño que su captura provoca a la vaquita marina.
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En el grupo interinstitucional que encabeza la Marina, se encuentran además de Conapesca, instituciones como la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP), Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y gobiernos estatales, dijo.
—Si hay captura ilegal y venta es porque hay un mercado ¿se hará ese llamado al gobierno de China?
—Sí, es a través de Relaciones Exteriores en cuanto a lo que es el tráfico, por los acuerdos que hay entre las naciones.
Conapesca informa que a través de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, se encabezaría esa petición.
Sauceda Barrón detalló que se está trabajando en ese llamado que se hará a ese país, donde el buche de totoaba es cotizado en miles de dólares por supuestas propiedades afrodisiacas.
A seis meses de haber iniciado la actual administración federal, dijo que es un tema complejo que sí está siendo atendido, que ha ameritado reuniones de carácter internacional para proteger a la vaquita marina.
“En el alto Golfo hay acciones que desde la anterior administración se trabaja en un polígono en el que tiene presencia la vaquita marina, hay una presión internacional, sobre todo de Estados Unidos, muy fuerte de protección y de cuidado, no obstante todos los esfuerzos que se han realizado por el gobierno anterior, muchos de esos esfuerzos mal canalizados, puesto que las compensaciones que se realizaron para que no hubiera pesca ahí y mantener tranquila a la vaquita marina, se dieron a gente que ni pescador era”, señaló.
Otro factor a considerar, dijo, es que se trata de gente que siempre ha pescado en esa zona, de Santa Clara, San Felipe y de las regiones indígenas de Cucapá que han utilizado durante mucho tiempo las artes de pesca para la captura de escama.
“También en el sexenio pasado se amplió el polígono de restricción, prácticamente hacia la playa en el caso de San Felipe, quitándole ya áreas de pesca”, observó, “pero es un problema que ha tenido varias vertientes, una es la ambiental, que es la que estamos conscientes que hay que seguir apoyando, y la segunda es el impacto social que es irles imponiendo áreas de pesca de acuerdo a sus necesidades, su manutención y desarrollo de sus familias”.
Otro componente que se incluyó en los últimos años es la recuperación de la totoaba, una especie catalogada en peligro, dentro de la Norma Oficial 059, agregó.
“Esta especie se ha convertido en atractivo económico importante, sobre todo el buche para su venta en países asiáticos, esta situación viene a complicar la situación en el Alto Golfo y como es una especie muy apreciada por su valor comercial, se ha incluido en la pesca ilegal en ese sentido”, dijo.
Como institución, la responsable en todo lo que tiene que ver en Alto Golfo en protección de la vaquita marina y la totoaba, es la Semarnat.
“Nosotros como Conapesca somos coadyuvantes sobre todo en lo que tiene que ver el tipo de artes de pesca que se usan, restricciones, embarcaciones y mecanismo que podemos contribuir a que se proteja la vaquita marina”, explicó.
Estimó que son poco más de 2 mil pescadores que cuentan con permiso de pesca de escama, como curvina y otras de camarón, pero hay más pescadores furtivos que han llegado de otras ciudades atraídos por la fiebre de la totoaba.
“Serán alrededor de unos 200, sumados a los pescadores que ya cuentan con permisos”, dijo, “más o menos fluctúa entre 2 mil 500, 2 mil 800 pescadores, no es posible dar una cifra exacta de los ilegales”.
Descartó que entre los pescadores que tienen permiso para capturar especies legalmente, existan quienes estén saqueando la totoaba.
Explicó que cada embarcación con permiso es monitoreada por Conapesca y a través de un dispositivo se registran las rutas que sigue al salir a pescar, incluso es posible identificar con esos movimientos, qué especie van a capturar.
Dijo que la presencia de las autoridades de Conapesca en el Alto Golfo es permanente y se mantiene un diálogo con las federaciones pesqueras para emprender acciones que pudieran perfilarse más efectivas.
“Porque ya a más de 12 años con acciones de esta naturaleza no se ha reflejado en el aumento de las poblaciones de especies, sí se ha atendido”, sostuvo.
Artículo publicado el 26 de mayo de 2019 en la edición 852 del semanario Ríodoce.
