Mapastepec, Chiapas._ Es mediodía, el sol es intenso, la temperatura alcanza los 42 grados, el estadio deportivo que alberga a casi mil inmigrantes centroamericanos y cubanos se ha convertido en un espacio infernal.
Las altas temperaturas que registra esta zona fronteriza con Guatemala está provocando estragos en niños y en mujeres embarazadas que no han recibido el mínimo apoyo en alimentos, agua, y ningún tipo de víveres para sobrevivir.
El dinero se ha acabado después de cinco día de peregrinar por estas tierras y no hay dinero para comer, los niños lloran y exigen agua, pero en Mapastepec el servicio público de agua potable está suspendido.
“No tenemos agua, ni comida, no tenemos nada”, dice Marilú, una madre hondureña que viaja en la caravana con sus tres hijos pequeños.
En este segundo día de agonía en el campo deportivo no hay forma alguna de mitigar el calor, días atrás las tuberías de agua que brotaban de uno y otro lado del campo, ahora están apagadas.
Los pocos arboles que hay en este espacio están abarrotados de familias que se cubren del intenso sol y aquí la situación se torna desesperante. Hay enfermedades de la piel, respiratorias, y las víctimas más lamentables de esta crisis humanitaria son los niños que a pesar de estar en situación de emergencia de salud, los hospitales locales se niegan a canalizarlos porque no tienen órdenes superiores.