El inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador registra la tasa de homicidios dolosos con armas de fuego más alta que la alcanzada durante el gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
La agencia Apro informó que mientras Felipe Calderón inició con 471 asesinatos y Enrique Peña Nieto con mil 652, el nuevo gobierno inició con 3 mil 538, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pese a las reuniones que el presidente mantiene todos los días con el equipo de seguridad.
Ello ocurre en ciudades controladas por bandas delictivas herederas de los Beltrán Leyva o los Arellano Félix, en otras que se disputan los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Sinaloa y en aquellas donde el gobierno federal lanzó su ofensiva contra el robo de combustible.
Datos del SESNSP indican que durante diciembre de 2018 y enero de este año, los homicidios en los 50 municipios más peligrosos prácticamente se mantuvieron sin cambios significativos respecto al último año de gobierno de Enrique Peña Nieto: en ellos se concentran la mitad (52 por ciento) de los homicidios dolosos con armas de fuego en todo el país.
Con una excepción: Guanajuato registró mil 959 asesinatos en sólo dos meses, casi la mitad de los que ocurrieron en todo el país en ese periodo.
Focalizada a nivel municipal, Tijuana, Baja California, se mantuvo como la capital nacional del homicidio doloso con arma de fuego: casi 5 asesinatos por día. Seguida por Ciudad Juárez, Chihuahua (con 2); Acapulco, Guerrero (con 1.46); Guadalajara, Jalisco (1.19); Irapuato, Guanajuato (0.98). Estas cinco ciudades sumaron 656 episodios violentos donde personas perdieron la vida con armas de fuego, lo que representan el 18.54 por ciento a nivel nacional.
Dentro de la lista destaca la aparición de Guadalajara e Irapuato, quienes desplazaron a Benito Juárez en Quintana Roo y Culiacán, Sinaloa, al ocupar el cuarto y quinto lugar en ciudades con más homicidios a nivel nacional.
“Sí, ya no hay guerra, oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz y vamos a conseguirla”, se comprometió el presidente López Obrador el pasado 31 de enero, durante su conferencia de prensa matutina.
“Lo que me importa es bajar el número de homicidios”, dijo.
Durante el 2018, Guanajuato registró 2 mil 135 homicidios con arma de fuego.
Considerado ya como uno de los estados más peligroso del país, ese año tuvo un promedio 178 homicidios mensuales según los datos del SESNSP.
No obstante, al lanzarse la estrategia contra el huachicol esta cifra prácticamente se multiplicó por 10 el primer mes de este año.
Ocupada la refinería de Salamaca por las Fuerzas Armadas, así como la vigilancia a la red de infraestructura de Petróleos Mexicanos (Pemex), Guanajuato reportó 1 mil 758 homicidios dolosos con arma de fuego en enero de 2019.
El pasado 7 de febrero, Alfonso Durazo, secretario de Seguridad Pública y Participación Ciudadana, ofreció los pormenores sobre la fallida orden de captura contra José Antonio Yépez el Marro, líder del grupo el Cártel de Santa Rosa de Lima.
Tras amenazas de muerte al presidente López Obrador, el Marro fue señalado por el gobierno del federal y estatal como el principal impulsor del robo de combustible en el proceso de refinación y ductos en Salamanca, Guanajuato. Pero al tratar de hacerse efectiva la orden de captura, Yépez escapó.
“Están perfectamente ubicados, es cosa de avanzar en el operativo. Nosotros no trabajamos por la persecución de objetivos. La estrategia del gobierno es actuar en contra de aquellos criminales que más lastiman a la sociedad, y en los delitos que más afectan a los ciudadanos”, añadió Durazo en conferencia de prensa.
La zona de influencia en que las autoridades federales intentaron hacer efectiva la orden de captura, abarca a siete de los 50 municipios más violentos del país. De hecho, las ciudades de Irapuato y Salamanca destacan en las posiciones cuatro y once, respectivamente, en homicidios con arma de fuego durante los primeros dos meses de este gobierno.
Junto con los municipios de León, Pénjamo, Celaya, Salvatierra y Yuriria, donde en 2016 Pemex reportó tomas clandestinas o actividades relacionadas con el tráfico de combustible, en los territorios que controla el Marro se cometieron 435 crímenes con arma de fuego entre diciembre y enero del 2019.
Dichos lugares, según informes oficiales y mantas dejadas en los lugares, el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima se disputan la extracción ilegal de combustibles. En los hechos han dejado muertes incluso entre personal de Pemex.
Con la excepción del municipio de Cortázar, Guanajuato, y Coatzacoalcos Veracruz, las ciudades más peligrosas del país son las mismas que ya se encontraban en el listado de 2018.
Ahora destaca la inclusión de Huimanguillo, Tabasco, a sólo 85 kilómetros del municipio donde nació el presidente de la república. Ahí entre diciembre y enero fueron asesinadas al menos 15 personas según el SESNSP, y ocupa la posición 47 del listado.
Al norte y occidente del país, los homicidios dolosos con arma de fuego en los territorios antes controlados por el Cártel de los Beltrán Leyva, Zetas, Sinaloa y el Cártel de Juárez se sostienen entre los lugares más violentos del país.
En Jalisco –cuna del CJNG– los municipios de Guadalajara, San Pedro Tlaquepaque, Tlajomulco, Zapopan, El Salto y Tonalá, registraron 333 asesinatos en dos meses. Mientras que en Ciudad Juárez y Chihuahua, controladas por bandas y pandillas escindidas por el Cártel de Juárez, se reportaron 145 homicidios dolosos con armas de fuego.
Sucede igual en municipios controlados por bandas delictivas o zonas estratégicas para el cruce de drogas hacia Estados Unidos. Entre las que destaca Tijuana, Mexicali, Ensenada y Playas del Rosarito, en Baja California; Culiacán, Sinaloa; Hermosillo y Cajeme, Sonora; Ciudad Victoria, Tamaulipas; Juárez y Monterrey, Nuevo León; así como el puerto de Manzanillo en Colima.