El estadio de Los Tomateros, un millonario negocio por 25 años

estadio inauguracion


La noche del 2 de octubre de 2015, se inauguró formalmente la nueva casa de los Tomateros de Culiacán. Construido con recursos públicos, el estadio, antes llamado General Ángel Flores, no paga impuestos al Ayuntamiento de Culiacán. Y así seguirá hasta el último día de febrero de 2037.

Con fecha del 2 de julio de 2013, el convenio celebrado entre la Promotora de Deportes y Espectáculos SA de CV con el Ayuntamiento de Culiacán, estipula las condiciones del contrato en 20 cláusulas que amparan el uso comercial del estadio, el mantenimiento y los impuestos.

Durante años, el contrato fue negado a la opinión pública, y mediante una solicitud de transparencia por parte del Colectivo para la Defensa del Patrimonio Público, se dio a conocer.

El mismo colectivo se opuso desde un inicio a la construcción del nuevo estadio y demolición del Ángel Flores, sin embargo, después de meses de litigios, el estadio se edificó y el monto de recursos públicos erogados en el mismo fue superior a los 500 millones de pesos.

A partir de ahí, la obra contratada con Viguetas y Bovedillas SA de CV se pausaría hasta un año y medio, y en octubre de 2015 finalmente se logró inaugurar el estadio, mismo que según la Secretaría de Obras Públicas generó un sobrepago.

En la cláusula primera del convenio de compensación, se ampara a la empresa el uso del inmueble para la presentación tanto del beisbol profesional como de eventos deportivos, cívicos, artísticos, culturales, sociales o de cualquier otra índole.

Y a partir de ahí, en los incisos siguientes, se acuerdan conceptos relativos al usufructo y al pago de derechos y de impuestos. Es ahí en donde el Ayuntamiento no salió muy bien librado, según explicó desde el inicio de su administración el alcalde Jesús Estrada Ferreiro, quien lo catalogó como “leonino”.

Durante una declaración vertida el 20 de noviembre pasado, el alcalde dijo que buscarían que la empresa en concesión del inmueble pague un impuesto del 8 por ciento del boletaje vendido, pero esta medida aún no se logra.

El diablo está en los detalles

En su cláusula tercera, el documento “obliga” a invertir 75 millones de pesos para el estadio, mediante un compromiso signado con el estado, referido en el anexo C del convenio. Dicha inversión sería destinada al equipamiento del nuevo estadio, y como compensación por ello, en su cláusula quinta, exime a la empresa de cualquier pago de impuestos.

“Como compensación por el equipamiento y mantenimiento del estadio que realizará ‘La Empresa’ las partes pactan que durante la vigencia de este convenio ‘La Empresa’ no cubrirá a ‘El Ayuntamiento’ derechos, impuestos, contribución o contraprestación alguna por los actos realizados al amparo del presente convenio, que enunciativa mas no limitativamente son: la realización de obras de mantenimiento, el uso del inmueble, la comercialización de áreas del estadio, la realización de actividades comerciales, de espectáculos públicos, publicitarios, etcétera, que sean aplicables conforme a la Ley de Hacienda Municipal del Estado de Sinaloa y las Leyes de Ingresos vigentes para el Municipio de Culiacán”.

Además, en la cláusula sexta, la empresa se “obliga” a pagar el 8 por ciento de los ingresos que reciba (sin considerar el IVA) por el uso del estacionamiento del inmueble cuando no sea usado con motivo de los espectáculos de béisbol profesional, durante el periodo de vigencia del convenio. El monto recaudado entre enero de 2013 y diciembre de 2018, según la Dirección de Ingresos del Ayuntamiento de Culiacán, es por 340 mil 393 pesos.

Entre los pagos que la empresa sí está obligada a pagar se encuentran el del uso de energía eléctrica, el consumo de agua y cualquier otro servicio relacionado con el funcionamiento del inmueble, así como la responsabilidad por los daños y perjuicios que se causen al inmueble por su dolo, culpa o negligencia.

Otra cláusula que deja en clara ventaja a la empresa es la décimo quinta, en donde el Ayuntamiento autoriza a comercializar cualquiera de las áreas que componen el inmueble para sí o en favor de terceros, sin que por ello se deba cubrir ningún tipo de derecho, impuesto, contribución o contraprestación alguna.

Es decir, la empresa es libre de rentar establecimientos al interior del inmueble. Según datos de comerciantes, para la pasada temporada se implementó un pago del 30 por ciento de las ganancias netas por las ventas a comercios al interior del estadio.

Y por si fuera poco, la empresa está facultada para cambiar o designar el nombre libremente del estadio. Es decir, tienen el derecho de vender el nombre. El antecedente es en octubre de 2015, cuando un banco realizó oferta por 300 millones de pesos a la empresa por nombrar al estadio durante un periodo no establecido. Eventualmente no se concretó.

 

Las odiosas comparaciones

Durante la Serie del Caribe que se celebró en Culiacán en 2017, la renta a negocios fue de 90 mil pesos para una semana de actividades, y en esa temporada (2016-2017), empresarios pagaron alrededor de 120 mil pesos por puesto.

Al final de esa temporada, Tomateros impuso marca de asistencia en su estadio de 554 mil 737 personas solamente para el calendario regular, y se colocaron como la organización que más aficionados reunió en la Liga Mexicana del Pacífico.

Según una publicación de El Economista, la empresa tuvo estimaciones por 68 millones de pesos al finalizar el 2017. Además, el rango de edad de sus aficionados está entre los 25 y los 50 años, quienes en promedio gastan en una visita al estadio entre 200 y 500 pesos.

Con capacidad para más de 20 mil aficionados, el Estadio Tomateros tuvo durante su juego inaugural el 12 de octubre de 2018 a 19 mil 210 aficionados contabilizados, según el reporte de las Ligas Mayores de Beisbol (MLB por sus siglas en inglés).

La primera serie jugada en la recién concluida temporada, Tomateros se midieron a Cañeros de Los Mochis del martes 16 al jueves 18 de octubre. El primer juego registró 12 mil 319 aficionados, el segundo 13 mil 155 y el tercero y último de la serie 16 mil 546 asistentes. Según los datos de MLB, la asistencia fue en ascenso.

En total, durante los tres días se logró asistencia de 42 mil 020 aficionados. Y si bien no se conoce el porcentaje de boletos vendidos, haciendo una media donde cada boleto cuesta 150 pesos, la mitad de esos aficionados habrían dejado derrama de 3 millones 151 mil 500 pesos en taquilla.

El vecino estado de Sonora construyó también un estadio nuevo para Ciudad Obregón. El inmueble fue concesionado al Club Yaquis de Obregón durante sesión de Cabildo celebrada a finales de diciembre de 2016.

Derivado del convenio, el Ayuntamiento recibirá 5 millones de pesos al año, distribuidos en 3 millones en efectivo, uno en boletos y uno más en publicidad, en un contrato con duración de 30 años.

Según datos de medios sonorenses, en una temporada normal y con la asistencia promedio que tuvo el estadio durante la temporada 2015-2016, se obtuvo un promedio de 3 millones de pesos con la taquilla del juego inaugural, y dos o tres series de la primera vuelta.

Tomando en cuenta la estimación de El Economista para Culiacán, durante el juego inaugural de la recién concluida temporada, los aficionados asistentes al Estadio Tomateros se habrían gastado 6 millones 828 mil 500 pesos.

Artículo publicado el 10 de febrero de 2019 en la edición 837 del semanario Ríodoce.

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