A casi cuatro años de que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negó al Ayuntamiento de Mazatlán llevar a cabo el proyecto denominado “Construcción de Obras de Control de Inundaciones Miravalles”, el gobernador Quirino Ordaz Coppel dio el banderazo de inicio de una parte de esa obra.
Esto, a pesar de que no hay un dictamen favorable de Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA), porque según declaró Jorge Abel López Sánchez, delegado de la Semarnat, “el revestimiento de los primeros 580 metros lineales del arroyo Jabalines requerirá una exención de ese requisito, pero que todavía no se había ingresado, a días de haber dado el ‘banderazo’ de inicio”.
Aunque López Sánchez dijo que en el tramo donde inició la obra no hay mangle, a la altura de la calle Bugambilias, del fraccionamiento Jacarandas, donde encabezó el evento Ordaz Coppel, sí existe este tipo de vegetación.
Eleviel Zamora Arellano, director de Infraestructura y Estudios de Factibilidad de la Secretaría de Obras Públicas del Gobierno del Estado, informó que esta obra forma parte de un proyecto integral que llegará hasta el Estero El Infiernillo y que tiene como finalidad evitar inundaciones y ampliar la boca donde se ubica el Puente Juárez para contribuir también con de desahogo vehicular de la avenida Gabriel Leyva.
“El proyecto integral es trabajarlo hasta el Estero El Infiernillo, nada más que ésta es una primera etapa, en función de la disposición de los recursos”, informó.
—¿Cómo van a resolver el tema del Manifiesto de Impacto Ambiental (MIA) si ese proyecto ya fue rechazado en 2014?
—Bueno, ese tema lo trae el consultor ante Semarnat (…) está trabajándose…
Según el calendario de ejecución proporcionado por la Dirección de Infraestructura y Estudios de Factibilidad, la fecha de inicio era el 5 de julio y se proyecta sea concluida el 31 de diciembre de este año.
El Implan, sin conocimiento del proyecto
Israel Victoria Lona, director general del Instituto Municipal de Planeación (Implan) dijo que este es un tema técnico que debe generar certeza.
“Tiene que ponerse sobre la mesa y tiene que definirse cuál es el proyecto hidrológico que se va a impulsar, porque así como hay unas voces que hablan de ampliar una boca del estero, hay otros técnicos especialistas que hablan de generar exclusas, y es muchísimo más barato”, indicó.
Este mecanismo, que es similar al utilizado en los muros o cortinas de las presas, permitiría manipularlas de acuerdo a los niveles que alcancen las mareas, explicó.
Israel Victoria dijo que desde su punto de vista —técnico— si bien se trata de un espacio con cierto valor ambiental, también hay que tomar en cuenta que esa no es su principal función.
“Tiene una función urbana de captación de lluvia y hace mucho tiempo se decidió que eso fuera, entonces, esa función urbana no la está cumpliendo eficientemente, y si no lo hace se convierte en un factor de riesgo como lo tenemos en este momento”, indicó.
El Implan documentó estos riesgos y puso a disposición de las autoridades la información para que se llegara a una propuesta de solución, sin embargo hasta la fecha desconoce el proyecto que se pretende llevar a cabo en el arroyo Jabalines y Estero El Infiernillo.
La negativa de la Semarnat en 2014
El espacio que fue calificado por Ordaz Coppel como un lugar “verdaderamente horroroso, pantanoso y que contamina y afecta la salud, forma parte del inventario de humedales que alberga mangle, una de las razones por las cuales Semarnat negó la autorización del MIA en 2014.
Ríodoce documentó en noviembre de ese año, y con base al dictamen emitido, los argumentos para hacerlo.
La Semarnat argumentó su negativa en el incumplimiento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) al proyecto ejecutivo que el entonces alcalde Carlos Felton González, declarara con un valor 16 millones de pesos.
Pero en el dictamen número SGPA/DGIRA/DG 05545, dirigido al alcalde y que fue recibido en su despacho el 18 de julio del 2014, la SEMARNAT resolvió negar la autorización solicitada para el proyecto.
Los argumentos del municipio son en el sentido de que las obras se enfocan a la protección de la integridad social, económica y habitacional de la comunidad de Mazatlán, y que se permitirá la rehabilitación y recuperación natural del ecosistema (y población de mangle), mientras que la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la SEMARNAT considera que el proyecto no cumplió con acciones de protección, restauración, investigación y conservación de las áreas de manglar.
En la descripción del proyecto se detalla la sustitución de los Puentes Juárez y Espuela del Ferrocarril; la ampliación de los Puentes Piaxtla y Ciudad Deportiva Grijalva; el desazolve del arroyo Jabalines a 100 metros en algunos tramos, así como en ensanchamiento de boca de salida en el estero El Infiernillo hacia el estero de Urías a 100 metros.
El proyecto incluye retirar viviendas de la colonia 12 de Mayo para poder ampliar la salida del caudal del Infiernillo, para lo que se estimó, en 2013, indemnizar a los propietarios de lotes y edificaciones que serán desplazados con 11 millones 699 mil 276.13 pesos.
El mangle, se dijo, sería retirado en aproximadamente 600 metros lineales ubicado en márgenes e islotes de azolve donde se ha desarrollado y obstruye la corriente.
El desmonte pretendido para la ejecución de las obras de dragado, planteado en el proyecto rechazado, es de 71 mil 628.86 metros cuadrados, y el número de ejemplares de mangle hasta 2013 era de 13 mil 058.
Artículo publicado el 12 de agosto de 2018 en el edición 811 del semanario Ríodoce.
