La disputa entre dos células delictivas en Concordia se reactivó la semana pasada.
El grupo liderado por un sujeto identificado como el Pekín y Los Valvuleños, se enfrentaron en dos ocasiones.

El año pasado el pleito entre las células, dejó al menos 30 personas asesinadas y tres militares y un policía muertos en Concordia.

La ola de violencia obligó a mil 810 personas a huir de sus poblados.

El miércoles de la semana pasada los grupos delincuenciales de nueva cuenta sostuvieron un tiroteo en las inmediaciones de Pánuco.

El saldo fue de cuatro sicarios muertos, quienes portaban uniformes tipo militar y viajaban en una camioneta Frontier.

Los fallecidos presuntamente trabajaban para un sicario identificado como Frank, quien forma parte del grupo del Pekín.
El viernes en la mañana otra vez se enfrentaron a balazos, pero en la comunidad de Potrerillos.

Elementos de las corporaciones policiales acudieron al sitio y localizaron un campamento de sicarios.

En el lugar detuvieron a un adolescente de 17 años que portaba un fusil AK47 y localizaron a dos hombres con heridas de bala.

Extraoficialmente se dio a conocer que se trató de un tiroteo entre hombres del Pekín y Los Valvuleños.

Según la Secretaría de Seguridad Pública, Los Valvuleños o Los Válvulas son una célula originaria de la comunidad La Válvula, encabezada por un hombre apodado el Chepe.

El grupo rival es liderado por el Pekín, quien quedó al frente de la célula tras el asesinato de José Ángel Ibargüen Campos, el Angelillo, el año pasado.

Ambos grupos se disputan el control para el trasiego de drogas, la extorsión, robos y cobro de piso a mineras, ganaderos y agricultores.

Presencia policial ineficiente

Desde el año pasado, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado mantiene destacamentos policiales en la zona donde operan las células delictivas.

La presencia policial no ha inhibido los asesinatos y enfrentamientos y tampoco han logrado la detención de los miembros de los grupos delincuenciales.

El subsecretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda Camarillo, justificó que las condiciones de la sierra facilitan a los delincuentes la huida y a los agentes movilizarse.

“Mantenemos el despliegue permanente, el tema principal que nos afecta son las distancias, si bien las distancias no son tan grande, los tiempos que tardamos en realizar los recorridos nos llegan a afectar”, dijo.

“Es difícil porque el área serrana es sumamente cerrada, las distancias entre pueblo y pueblo muchas veces son dos, tres kilómetros pero haces hasta tres horas”.

Mencionó que cuando los agentes detectan gente armada, los delincuentes se internan en el monte y escapan.

Los destacamentos, indicó, están en los poblados La Petaca y Chirimoyos.

Señaló que con los hechos violentos de la semana pasada, los habitantes de esas comunidades no se han visto afectadas porque no ocurrieron dentro de los poblados.

“Por parte de seguridad pública lo que estamos haciendo es reforzar la presencia, mantenerla en el lugar y obviamente tratar de recabar mayor información, se han hecho operativos conjuntos con el Ejército, con personal de Marina es un trabajo en conjunto”, indicó.

“Tenemos diferentes destacamentos, estos hechos se han realizado en la zona serrana no es directamente en poblados; en el primer evento de las cuatro personas que fallecieron, no hay indicios de que hayan sido mineros, llevaban ropa táctica, en algunos casos alguna funda de arma de fuego.

Castañeda Camarillo dijo que en el hecho del viernes, las autoridades no han confirmado si se trató de un enfrentamiento.

Mediante una llamada anónima, detalló, fueron informados de un tiroteo en Potrerillos.

Al llegar los agentes encontraron el campamento, al menor armado y a los dos hombres heridos.

Abundó que los lesionados fueron llevados a un hospital en calidad de víctimas, hasta que la Fiscalía General del Estado determine si tienen alguna responsabilidad.

“Estaban en un campamento, pudieron haberse disparado ellos mismos, hay un sin fin de hipótesis que nosotros preferimos esperar el resultado de la investigación, no tenemos evidencia como tal que haya habido un enfrentamiento”.

“No tenemos ningún indicio que nos permita señalar que hubo alguien que haya perdido la vida, tenemos dos elementos heridos, ya la Fiscalía tendría que realizar las indagatorias para ver como resultaron heridos y las consecuencias”, dijo.

Disputa sangrienta

Durante el año pasado, el pleito entre grupos delincuenciales en Concordia mantuvo en vilo a sus habitantes.

La violencia recrudeció tras el asesinato de José Ángel Ibargüen Campos, el Angelillo, quien lideraba un grupo que operaba desde la comunidad de El Palmito.

Autoridades federales relacionan al Angelillo con el hermano del Chapo Guzmán, Aureliano Guzmán Loera, el Guano.

El Angelillo fue asesinado el 8 de febrero, en el túnel Las Ventanas, en la carretera Mazatlán-Durango. Tras su muerte, el liderazgo del grupo fue asumido por un individuo identificado como el Pekín.

El otro grupo, Los Valvuleños o Los Válvulas, es liderado por el Chepe y las autoridades ubican su centro de operación en la comunidad La Válvula.

A esta célula, le atribuyen el asesinato de cuatro maestros en la comunidad El Cuatantal, el 5 de mayo del año pasado.

También los señalan de atacar a un grupo de militares el 7 de agosto sin que hubiera lesionados; y el día 17 emboscaron a otro convoy de militares.

En la última agresión uno de los soldados resultó herido y murió cuando recibía atención médica.

Artículo publicado el 27 de mayo de 2018 en la edición 800 del semanario Ríodoce.