Venezuela rechazó las sanciones que le impuso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras las elecciones realizadas el 20 de mayo en las que fue reelecto como jefe de Estado Nicolás Maduro.

Venezuela “repudia y condena enérgicamente la promulgación de una nueva Orden Ejecutiva (…) que pretende extender nuevas medidas coercitivas unilaterales y arbitrarias, que recrudecen el criminal bloqueo financiero y económico”, señala una nota de la cancillería venezolana.

A través de un despacho informativo, la agencia EFE refiere que Trump limitó desde el lunes al Ejecutivo de Nicolás Maduro la venta de deuda y activos públicos en territorio estadounidense.

Estados Unidos calificó como una “farsa” los comicios en los que Maduro fue reelecto con más de 6 millones de votos, en una elección marcada con un nivel de abstención cercano al 54 por ciento.

En el mismo sentido, la cancillería venezolana condena “la sistemática campaña de agresiones y hostilidades del régimen estadounidense, que procura castigar al pueblo venezolano por ejercer su sagrado y legítimo derecho al voto”.

Añade que “estas medidas arbitrarias y unilaterales configuran un delito de lesa humanidad e impiden al derecho al desarrollo de Venezuela y obstaculizan el acceso a bienes esenciales de la población”, prosigue la declaración en la que acusan a Estados Unidos de querer el “derrocamiento” de Maduro.

A decir de Venezuela, “el régimen supremacista, racista e intervencionista que hoy gobierna en Washington, inspirado en los nefastos postulados del Ku Klux Klan”.

La reelección de Maduro también provocó la reacción del Grupo de Lima, que integra a 14 países de América, así como de Estados Unidos, España y Reino Unido; en contraparte países como China, Bolivia, Rusia e Irán, pidieron reconocer los resultados de la elección venezolana.