La orden de asesinar a Javier Valdez vino del clan Dámaso

JAVIER VALDEZ.

Pasó casi un año para que se empezara a ver luz en el túnel. Se cumplieron 11 meses y las fiscalías no habían dicho una sola palabra sobre las investigaciones. “Hay sospechosos”, “tenemos pistas”, “seguimos investigando”. El lunes pasado detuvieron a un joven de 26 años en Tijuana, Heriberto “N”. Junto con al menos dos sicarios más, habría dado muerte a Javier Valdez aquel 15 de mayo. Es un proceso que inicia apenas; una prueba de fuego para las fiscalías y una esperanza para los miles en el país que desean se haga justicia.

Los presuntos asesinos materiales de Javier Valdez están plenamente identificados. Uno fue detenido la semana pasada, otro fue asesinado en 2017 y el tercero detenido en Mexicali el año pasado con armas de fuego.

De acuerdo con la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos Contra la Libertad de Expresión (Feadle), los responsables son Heriberto Barraza Picos, el Koala, detenido el martes pasado; Luis Idelfonso Sánchez Romero, el Diablo, asesinado en Sonora en septiembre de 2017; y Juan Francisco Picos Barrueto, el Quillo, detenido en Baja California con un lote de armas.

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Según las investigaciones de la Feadle, el fundador de Ríodoce fue asesinado por unas publicaciones que a la “gente de Eldorado” no le gustó.

A cambio de cometer el crimen, los asesinos recibieron como pago una pistola plateada con cachas blancas con la imagen de Dámaso y su hijo el Mini Lic.

Los testimonios recabados por la Feadle, ubican al Koala, al Quillo y al Diablo, como miembros del grupo de Dámaso López Núñez, el Licenciado; y de su hijo Dámaso López Serrano, el Mini Lic.

El Quillo es señalado como líder de un grupo que estuvo involucrado en enfrentamientos y asesinatos.

HERIBERTO BARRAZA. El ‘Koala’.

El ‘Koala’ ante el Juez

Heriberto Barraza Picos, el Koala, fue detenido el lunes pasado en la ciudad de Tijuana y puesto a disposición del Juez del Control en el Centro de Justicia Penal Federal en Culiacán.

En la audiencia inicial, Heriberto se mantuvo con los codos recargados sobre el escritorio y las manos sobre las mejillas.

Constantemente bostezaba y se tallaba los ojos.

Entre los asistentes se encontraban dos familiares, pero el Koala evitó voltear y solo observaba la pantalla del circuito cerrado en la que podía ver la imagen de sus parientes y el resto de las personas que se encontraban como público.

De parte de la Fiscalía acudieron cinco ministerios públicos y del acusado cuatro defensores de oficio.

En la audiencia los fiscales dieron a conocer el contenido de llamadas telefónicas intervenidas y declaraciones de testigos que integran el expediente.

La Feadle lo acusó del delito de homicidio con premeditación y ventaja.

Los investigadores determinaron que Javier fue asesinado por su actividad periodística.
En las indagatorias realizaron un análisis de sus publicaciones en el semanario Ríodoce, el diario La Jornada y sus libros.

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La audiencia inicial empezó a las 19:00 horas del martes presidida por el Juez de Control, Guillermo Torres Hernández, y concluyó a las 12:30 horas del miércoles.

Al inicio, la defensa dijo que no contaba con copia del expediente por lo que la Fiscalía se la entregó en ese momento.

Los defensores solicitaron un receso de dos horas para revisar los documentos y después pidieron una hora más, por lo que la audiencia se reanudó a las 22:00 horas.

De acuerdo con la Fiscalía en la formulación de la imputación, el 15 de mayo de 2017, en un Versa gris, el Koala, el Quillo y el Diablo siguieron a Javier desde que salió de las instalaciones de Ríodoce en su automóvil Toyota Corolla, por la calle Teófilo Noris.

Cuando circulaba por la avenida Vicente Riva Palacio, le cerraron el paso y descendieron dos de ellos.

Uno de los sicarios gritó “bájate a la verga” y obligaron a Javier a salir de su vehículo y le dispararon con una pistola calibre 9 milímetros y una calibre .380.

En la reconstrucción del crimen, los peritos determinaron que el primer disparo fue en el lateral derecho del abdomen con el arma pegada al cuerpo, y después le dispararon en dos ocasiones en la misma zona.

Después de los tres disparos Javier alzó el brazo y recibió dos impactos en el antebrazo lo que ocasionó que se flexionara hacia el frente.

En ese momento uno de los disparos dio en la región frontal y recibió otro en la cara lateral derecha del muslo y empezó a caer hacia el frente.

Ya en el suelo, boca abajo, hubo tres disparos simultáneos al glúteo derecho, luego otro en la espalda y uno más en la región occipital.

Según los fiscales, tras la agresión, el Diablo abordó el automóvil de Javier y se dio a la fuga junto con el Koala y el Quillo que circulaban en el Versa.

En la avenida Aquiles Serdán, entre el bulevar Francisco I. Madero y Cristóbal Colón, el Diablo chocó el vehículo y descendió de él para subir al Versa.

En una de las cámaras de vigilancia de un negocio, quedó registrado el momento en el que el Diablo bajó del automóvil y se quitó los guantes que traía puestos, según el Fiscal, para no dejar huellas.

Uno de los fiscales señaló que el asesinato no fue improvisado sino planeado, ya que en las cámaras de vigilancia quedó registrado que el Versa seguía a Javier y además uno de los sicarios traía guantes para no dejar huellas.

El Koala se reservó su derecho a declarar y durante la audiencia solo respondía con “sí” o “no” a las preguntas del Juez.

Solo habló hasta el final para decir: “que me den seguridad en el penal para que no me hagan daño”.

Sus abogados dijeron que por la relevancia del caso temen que el imputado sufra alguna agresión.

El Juez ordenó internarlo esa noche en el Centro Penitenciario Aguaruto, y que en las próximas horas lo trasladaran al Centro Federal de Readaptación Social de Guasave, para mayor seguridad.

JUAN FRANCISCO PICOS. El ‘Quillo’, detenido con armas.

Una pistola, el pago por el asesinato

Un familiar del Koala se convirtió en testigo después de que fue amenazado de muerte.

En su comparecencia en la Feadle, narró que a inicios de junio de 2017, estaba en su casa cuando el Quillo y el Koala lo invitaron a tomar y se fueron en el Versa gris a la zona conocida como La Lomita, en la comunidad de San Javier, en San Ignacio.

Cuando fue a la cajuela a agarrar una cerveza escuchó que el Quillo le dijo al Heri “pues nos tuvimos que aventar un jale”, cuando preguntó qué jale el Quillo contestó “no pues tuvimos que matar al periodista de Culiacán” y que había sido porque a la gente de Eldorado no le había gustado una publicación.

Entonces el Quillo mostró la pistola con la que le habían pagado. El arma, detalló el testigo, es color plata con las cachas blancas con una imagen de Dámaso y su hijo el Mini Lic.

Semanas después, el Versa gris lo quemaron en la sindicatura de Eldorado.

Como parte de las investigaciones, la Feadle intervino llamadas telefónicas del Koala con sus familiares y amigos.

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De las comunicaciones, dijo un fiscal en la audiencia inicial, se desprende que el Koala tenía miedo a ser detenido y omitía dar datos de su ubicación.

En una de las llamadas intervenidas a la esposa, la mujer habla con otra persona a la que cuenta que el Koala había sido detenido en un retén y creía que “había valido madres” porque le saldría la orden de aprehensión, pero no tenía.

De acuerdo con la Feadle, el Koala fue detenido por faltas en tres ocasiones en Tijuana, pero todavía no tenía orden de aprehensión.

En otra llamada interceptada, con duración de 25 minutos, habló con su mamá, su hermana y un amigo de él identificado como Ruso.

Al Ruso le dijo que tenía tres días amanecido y que andaba bien loco con puro polvo y que cuando andaba así le daba por matar.

En otra llamada el Koala habla con uno de sus amigos, y éste le dice que uno de sus primos lo “puso” y que los policías le habían sacado toda la “sopa” sobre el asesinato de Javier.

EL KOALA. Traslado al penal de Guasave.

 

Larga historia criminal

Los tres imputados tienen una carrera criminal, según el expediente de la Feadle.

El año pasado participaron en diversos enfrentamientos con elementos del Ejército y policías federales.

El 24 de agosto, Juan Francisco Picos, el Quillo fue detenido por elementos de la Policía Federal y la Marina, en Mexicali.

De acuerdo con los agentes, el Quillo se pasó un alto a exceso de velocidad por lo que le marcaron el alto.

En la revisión del vehículo, hallaron una pistola Ruger 985, dos armas calibre 9 milímetros, una calibre 45 milímetros y una caja con 35 cartuchos.

El Quillo fue acusado de los delitos de portación de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea.

El testigo narró que el Quillo, el Diablo y el Koala, levantaron y mataron a un hombre de nombre Filiberto Gómez Tostado, alías el Chito porque trabajaba para el Ingeniero, quien es compadre de Ismael el Mayo Zambada y primo hermano de Rafael Caro Quintero; y que también asesinaron a su novia.

EL QUILLO. Afuera del Xtasis.

La pareja fue enterrada con todo y vehículo.

Con el pleito entre Dámaso López y los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán, en junio del año pasado un sicario de los Chapitos le dijo al Quillo que tenía la orden de asesinarlo, pero como eran amigos le dio un plazo de 24 horas para que se fuera de la sindicatura de Eldorado.

Tras la amenaza, el Quillo reclutó gente y formó un convoy de cinco vehículos y aproximadamente cinco personas en cada unidad, entre ellas un Jetta blanco con blindaje nivel 7, para abandonar la sindicatura y llevarse sus armas.

El convoy se dirigió hacia Mazatlán y al llegar al motel Xtasis arribaron también patrullas de la policía estatal, pero el Quillo alcanzó a huir y los agentes detuvieron a cinco delincuentes y aseguraron armas, entre ellas una pistola semejante a la que recibió como pago por el asesinato de Javier.

De acuerdo con el testigo, en abril fueron a Elota a “reventar” una casa de un contrario conocido como Leova, quien trabajaba para los Chapos, en un convoy de 17 vehículos, pero observaron militares y se dieron a la fuga. Cuando los militares los alcanzaban, Luis Idelfonso, el Diablo, les empezó a disparar y lesionó al soldado que llevaba el fusil Barret y al piloto.

Los delincuentes abandonaron los vehículos y huyeron a pie hasta la playa, donde los recogió una lancha que los llevó hasta Ponce, en Eldorado.

En julio, en el ejido Las Flores, participaron en otro hecho, en el que se ponchó la Suburban blanca del Quillo que le regaló Dámaso, pero huyó y elementos de la Marina detuvieron a uno de los sicarios que se quedó reparando el vehículo.

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El detenido ubicó puntos donde escondían armas y vehículos y estos fueron asegurados por elementos de la marina, lo que hizo que el Quillo perdiera poder, según el testigo.

El testigo declaró que una semana después del homicidio de Javier, el Quillo formó un convoy de siete vehículos, entre los que iba el Koala y pusieron un retén en el entronque de la autopista Culiacán-Mazatlán con la carretera 20 que conduce a Villa Juárez, con la intención de levantar “contras” que pasaran por el lugar.

En el retén detenían a todos los vehículos que pasaba para revisar si eran del grupo rival.

Un grupo de militares se acercó a la zona y fueron recibidos a balazos por lo que se inició un tiroteo que dejó como saldo un militar herido y un presunto delincuente muerto y cinco detenidos.

ENFRENTAMIENTO EN TACUICHAMONA. Con la participación del Diablo.

En el lugar aseguraron armas, entre ellas un AK 47 chapado en oro que Dámaso le había reglado al Quillo.

Los detenidos salieron en libertad bajo fianza y con ayuda de la Liebre, primo del Mini Lic.

En uno de los vehículos asegurados, los soldados encontraron a un “halcón” del grupo contrario que habían levantado.

En febrero de 2017 detuvieron a un sicario de Dámaso identificado como Javi pero el Quillo y su grupo, entre ellos el Koala, fueron a rescatarlo.

El testigo aseguró que el Quillo les decía “o bajan las armas o aquí nos morimos todos, los militares bajaron sus armas” y las fuerzas federales cedieron y los delincuentes se retiraron con el Javi.

Después del rescate hubo un tiroteo en Pueblos Unidos entre sicarios del Tanque y fuerzas federales en el que hubo un muerto y un herido.

Cuando se supo del tiroteo, abundó, el Quillo acudió como refuerzo logrando desarmar a los federales.

“Humillando a los del gobierno y quitándole sus armas, mandó tapar la carretera para que no pudiera llegar apoyo del gobierno, y poder hacer lo que él quiera”, narró el testigo.

El herido lo trasladaron a un hospital y al fallecido en las inmediaciones de Eldorado.

El año pasado, abundó, en Sánchez Célis, Eldorado hallaron una fosa con dos cuerpos, presuntamente asesinados por el Quillo.

LUIS IDELFONSO SÁNCHEZ. El Diablo.

 

La muerte del Diablo

Después del homicidio de Javier, Luis Idelfonso Sánchez Romero y el Quillo se pelearon.

Según el testigo, el Diablo engañó al Quillo con la venta de una camioneta.

Un tío del Diablo lo ayudó para que se fuera del estado.

El Diablo estuvo detenido en el penal de Aguaruto por el asesinato de Arturo Fragoso Sarabia, de 33 años, en la colonia Revolución en febrero de 2010.

En junio de ese año fue capturado por elementos de la Unidad Especializada en Aprehensiones.

Tras cumplir una condena de siete años, el Diablo salió de prisión y se reintegró a las filas del crimen organizado.

El Diablo, según las investigaciones, tuvo un papel preponderante en el asesinato del periodista, pues es la persona que viajaba como copiloto en el automóvil Versa.

Luis Idelfonso desciende del auto y le exige a Javier a que se baje del vehículo y dispara contra él con una pistola calibre 9 milímetros.

Después del asesinato, se subió al vehículo de Javier, hasta la avenida Aquiles Serdán donde chocó y se bajó para huir en el Versa con los dos cómplices.

El 29 de septiembre del año pasado, los restos de Sánchez Romero fueron encontrados en la colonia Moctezuma, en San Luis Río Colorado, Sonora.

De acuerdo con la información de medios locales, el Diablo fue asesinado junto a Ricardo Romero Landeros y sus cuerpos incinerados dentro de un vehículo.

Al quedar los cuerpos irreconocibles, familiares que acudieron a identificar los restos solicitaron a la fiscalía estatal que se hicieran pruebas de ADN, cuyos resultados fueron presentados en febrero de este año y confirmaron la identidad.

Los restos fueron trasladados a Sinaloa por sus familiares para sepultarlos.

El Fiscal Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, Ricardo Sánchez, dijo que tienen conocimiento de estos hechos y que la probabilidad de que Sánchez Romero haya sido asesinado es “muy alta”.

Mencionó que esto no afectará el curso de las investigaciones del homicidio de Javier.

EL DIABLO. Asesinado en Sonora.

Violaron sus derechos: defensores

Durante la audiencia inicial, los defensores del Koala, señalaron que en la detención se violaron los derechos del imputado por el tiempo que tardaron en ponerlo a disposición del Juez y pidieron que se calificara de ilegal la detención.

Uno los fiscales dijo que la orden de aprehensión fue librada el 3 de abril pasado y a las 16:30 horas del lunes 23, agentes de la Policía Federal la ejecutaron, en una casa ubicada en la calle Benito Juárez, de la colonia Pedregal de Santa Julia, en Tijuana.

De acuerdo con los Fiscales, la PGR envió un avión para trasladarlo a Culiacán pero tuvo que hacer escala en el aeropuerto de Ciudad Obregón, Sonora, para cargar combustible.

La aeronave despegó rumbo a Tijuana a donde llegaría a las 3:00 horas pero debido a que había neblina no pudo aterrizar por lo que se dirigió hacia el aeropuerto de Hermosillo.

DÁMASO LÓPEZ. El ‘Licenciado’.

Por la mañana, arribó a Tijuana y las 10:48 horas despegó rumbo a Culiacán a donde llegó a las 13:45 horas; y a las 14:33 horas el detenido fue puesto a disposición del juez de Control.

La defensa alegó que hubo dilación prolongada e injustificada ya que tardaron casi 24 horas en presentarlo ante el Juez y que pudieron hacerlo en menos tiempo pues la PGR tiene aeronaves de las que puede disponer en cualquier momento.

Los fiscales defendieron que pudieron haber trasladado al detenido en un vuelo comercial, pero pondrían en riesgo a los otros pasajeros y la aeronave oficial tardó en llegar por las condiciones de clima en Tijuana.

El Juez dio la razón a los fiscales y calificó de legal la detención.

La continuación de la audiencia inicial fue programada para el domingo, en la que el Juez definirá si dicta auto de vinculación a proceso o lo deja en libertad.

Artículo publicado el 29 de abril de 2018 en la edición 796 del semanario Ríodoce.

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