Héctor Melesio Cuen Ojeda se debatió en un dilema antes de definirse con qué partido iría en coalición. Tenía todo para aliarse con el PRI: una buena relación con el Ejecutivo estatal, mucha fuerza en el congreso local, un respaldo en votos en la elección pasada que colocó al Partido Sinaloense como segunda fuerza política y una estructura que le asegura, al menos, mantener los niveles de control que ahora tiene.
Fragmento de la columna publicada el 21 de enero de 2018 en la edición 782 del semanario Ríodoce.