En el rincón de una bodega un vistoso aparato está guardado. Según su factura, tiene un precio de casi medio millón de dólares y desde hace poco más de seis años está ahí. Jamás fue usado y nadie precisa el por qué. Se trata de un sistema de tomografía computada “brightspeed” de la marca General Electric.
Aún con sus plásticos puestos, guardado en un rincón al interior de una bodega de los Servicios de Salud de Sinaloa (SSS), el aparato tiene como función recrear una imagen “en rebanadas” de los diferentes tejidos u órganos para el diagnóstico de cáncer, patologías cardiovasculares, infecciosas y traumatismos, así como patologías osteo-articulares.
Pero la Secretaría de Salud jamás lo utilizó. Con fecha del 3 de mayo de 2011, a través de la SSS se recibió de regalo el sistema de tomografía, con precio de factura de 429 mil 780 dólares por parte de la Fundación Gonzalo Río Arronte IAP.
La Fundación destinó en total 52.5 millones de pesos para el equipamiento de los hospitales de Los Mochis, Guasave, Culiacán, Mazatlán y el Centro de Rehabilitación Especial del Estado (CREE), perteneciente al Sistema DIF.
El convenio, llevado a cabo como contrato de donación, fue suscrito por Ernesto Echeverría Aispuro, ex secretario de salud durante el sexenio de Mario López Valdez y que a la fecha enfrenta proceso penal por cargos de ejercicio indebido del servicio público y desempeño irregular de la función pública.
Estos cargos fueron producto del resultado de la auditoría que realizó la Auditoría Superior del Estado (ASE) a la administración de Echeverría Aispuro, misma que dio como resultado la posible lesión al erario por la adjudicación directa por servicios de imagenología en 2016.
Del contrato fungieron como testigos de honor el mismo ex gobernador Mario López Valdez y el entonces director de centros y hospitales de especialidades de la SSS, Iván Aguilar Enríquez.
La imagenología o imagen médica, se utiliza para revelar, diagnosticar y examinar enfermedades o para estudiar la anatomía y las funciones del cuerpo. La radiología, la termografía médica, la endoscopia, la microscopía y la fotografía médica forman parte de estas técnicas.
Y la tomografía es particularmente útil porque puede mostrar diferentes tipos de tejidos como los pulmones, tejidos blandos y vasos sanguíneos, y la Secretaría de Salud, a pesar de tener en su poder un aparato de casi medio millón de pesos embodegado y en desuso, prefirió contratar los servicios con empresas externas.
En su justificación por adjudicar de manera directa los servicios de imagenología, la Secretaría de Salud señaló que era mejor invertir 18 millones de pesos con la empresa Herramientas Médicas SA de CV a través de la comercializadora HIKAJUBA SA de CV.
El argumento esgrimido es que dicha empresa ya había brindado los servicios de imagenología a la SSS en 2015, por lo que cotizar un nuevo servicio no era lo más adecuado, según el oficio presentado por Jaime Otáñez García para adjudicar el contrato SSS/20/2016, signado en enero de 2016.
Pero echar a andar el artefacto donado por la Fundación Gonzalo Río Arronte no figuró nunca como una opción. Aún sin utilizar, fuentes la interior de la Secretaría señalan que lo ocultaron deliberadamente.
Otros revelan que el aparato tuvo un desperfecto que se corrige con una tarjeta y con eso podría funcionar como es debido.
Otáñez García también fue vinculado en el mismo proceso que Ernesto Echeverría el pasado 1 de diciembre, y recientemente, el jueves 20, María Alejandra Gil Álvarez, quien fuera directora administrativa del gabinete de Echeverría, también.
Y a casi un año de culminado el contrato de imagenología con Herramientas Médicas SA de CV, la administración de Alfredo Román Messina, actual secretario de salud, tampoco ha hecho algo por “desempolvar” el artefacto de casi medio millón de dólares.
Guardado en la esquina de una bodega, sigue lleno de polvo.
Reportaje publicado el 24 de diciembre de 2017 en la edición 778 del semanario Ríodoce.