Se radicalizan protestas en Salud

Se radicalizan protestas en Salud

 

 

manifestantes
Paros escalonados y plantones interrumpen el servicio médico en el estado.

 

 

Esa noche a José le tocó guardia en el hospital. Es médico general y como cada noche en cualquier nosocomio de Sinaloa, todo puede suceder. Un baleado, hombres armados arribando al lugar para dar el tiro de gracia o amagando a los trabajadores, lo que sea. Con un salario de 7 mil pesos mensuales, esas son sus condiciones.

 

Junto a José, son alrededor de 2 mil trabajadores de la Secretaría de Salud que laboran en condición de precariedad entre empleados de contrato y suplentes, esto es, con el mínimo salario posible, sin prestaciones ni previsiones salariales, y que desde el miércoles 11 se han estado manifestando.

 

“Nosotros no estamos pidiendo migajas ni nada. Uno tiene estudios, vocación, trabaja y ayuda a la gente, a veces hasta poniendo de nuestro propio dinero, es por eso que estamos haciendo esto”, explica.

 

La principal demanda es tener una base y acceso a servicios de salud y previsión social, algo irónico siendo trabajadores de la Secretaría de Salud, quienes desde 2014 pugnan por el proceso de formalización.

 

Para ello, ese mismo 2014 a través de la Federación se asignaron 144 millones de pesos para el proceso y la Secretaría de Salud y sólo utilizó 39 de ellos; en 2015 se le otorgaron 101 y fueron usados 29.9; para 2016 se le asignaron 73 y se utilizaron 16 millones de pesos, y para este año 2017, se asignaron 71.2 millones de pesos y la Secretaría de Salud no utilizó ese recurso para formalización, aun cuando venga etiquetado en el anexo 30.

 

“Es lo que te digo, no tenemos nada y así trabajamos. No podemos quedarnos sin este sustento, pero tampoco podemos trabajar así, y no somos nada más los médicos, hay químicos, psicólogos, odontólogos y otros profesionales que tienen claves muy bajas”, añade José.

 

En el tabulador de salarios de la Secretaría de Salud está estipulado el pago de 7 mil 500 pesos mensuales a médicos especialistas y de 7 mil a médicos generales, mientras que uno de base o formalizado gana 22 mil y 16 mil 776 pesos mensuales, respectivamente.

 

“Nos tienen con el agua hasta el cuello, por eso aquí estamos manifestándonos, qué esperanzas que anduviera yo en la grilla pero pues ya no aguanto”, explica José.

 

Médico general desde hace 10 años en la Secretaría de Salud, él ha sido uno de los “chivos brincados” a la hora de otorgar las bases, y junto a él, otros trabajadores se han quejado de que directivos de la dependencia los han amenazado hasta con correrlos de la institución.

 

“Somos principalmente trabajadores del Hospital General de Culiacán, de Navolato y de Guasave y del Hospital de la Mujer, pero en general somos casi todos, es un hartazgo general”, dice.

 

Como comparativo, un médico general en el IMSS gana mensualmente 9 mil pesos con jornada laboral de 8 horas y sus prestaciones, y dependiendo de la antigüedad, el salario se dispara entre 19 y 25 mil pesos.

 

Carlos es otro de los médicos que ha acusado acoso laboral por las manifestaciones. Apenas lleva seis años como trabajador de contrato pero está en la causa, se identifica. Cada mañana debe trasladarse de Culiacán al Hospital de Navolato, donde por 7 mil pesos mensuales labora.

planton

 

 

Explica que tanto administrativos como otros compañeros, le advierten que su conducta lo puede perjudicar, que se deje de cosas.

 

“Eso me dicen, que me deje de cosas, o sea, somos víctimas de violencia emocional al decirnos esas cosas, cuando uno tiene que aguantar hasta cinco meses sin salarios y ahí andamos pidiendo prestado entre los mismos compañeros, y algunos hasta a la Coppel”, explica.

 

Carlos comparte el caso de unas enfermeras de Guasave. Con salario de 6 mil pesos mensuales, según el tabulador, tienen que mantener a su familia y su padre enfermo con pie diabético, necesita recibir diálisis regularmente.

 

“Es el colmo de los colmos, no nos pagan, y cuando nos pagan lo hacen nomás dos o tres meses y te quedan debiendo otros cuatro y así se la llevan, y aparte sin seguridad social ni prestaciones”, añade.

 

Los trabajadores administrativos perciben salario de 4 mil pesos al mes con jornada laboral de 8 horas, y según explica Karen, a diferencia del personal médico, ellos pueden ser reemplazados fácilmente.

 

Apenas lleva seis años también como trabajadora de contrato. Antes de ello realizó algunas suplencias y así fue como se hizo de un trabajo “más seguro”.

 

“Nos dedicamos a lo administrativo y si levantamos la voz nos hacen a un lado lueguito, y yo apoyo a los manifestantes pero hasta ahí, no me quiero meter mucho porque batallé mucho para acomodarme”, comenta.

 

Los trabajadores suplentes, a diferencia de los de contrato, no cuentan con absolutamente ninguna prestación. Únicamente perciben su salario de manera mensual y un aguinaldo en caso de estar laborando, nada más.

 

Y tanto José, Carlos y Karen tienen como común denominador sus condiciones de precariedad y la falta de previsiones salariales. Son tres nombres de los casi 2 mil trabajadores de la Secretaría de Salud tiene laborando en esas condiciones.

 

La manifestación, a pesar de amenazas por parte de autoridades continuará, y a partir del lunes 16 podrían tomar medidas más radicales en caso de no recibir una resolución favorable a sus demandas.

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