Chicago continuará con los fondos federales retenidos, hasta que deje de ser una ciudad santuario, pese a la demanda interpuesta contra el Departamento de Justicia, anunció el Fiscal general de EU, Jeff Sessions.
Dicha institución considera ciudades “santuario” a aquellas que se niegan a colaborar con las autoridades federales para deportar a los indocumentados y a los inmigrantes que han cometido algún crimen.
“El dinero de los contribuyentes federales no ayudará a una ciudad que se niega a ayudar a sus propios ciudadanos”, dijo Sessions en un comunicado en respuesta a la demanda que interpuso hoy la ciudad.
De acuerdo a Sin Embargo, Sessions acusó a Chicago de haber optado “con orgullo” por “obstruir el sistema legal de inmigración” a unos “niveles sin par” en otras instituciones y aseguró que sus autoridades locales “han mostrado hostilidad” a hacer cumplir leyes diseñadas a “reducir el crimen”.
“Asombra dado el aumento sin precedentes del crimen en Chicago, con el número de asesinatos en 2016 superando al de Nueva York y Los Ángeles juntos. Los líderes de la ciudad no pueden seguir unas leyes e ignorar otras y esperar que esta horrible situación mejore”, dijo Sessions.
El fiscal general invitó al Alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, a llevar a cabo un “reordenamiento de la práctica de la ley” que “reduzca la cultura anárquica que ha sitiado la ciudad”.
“Es simple: Cumplir con la ley o renunciar a los dólares de los contribuyentes”, concluyó.
Chicago demandó hoy ante un tribunal federal al Departamento de Justicia por retener 3.2 millones de dólares destinados a equipar a sus policías, algo que según las autoridades locales pone a la población en riesgo y es inconstitucional.
Emanuel manifestó que la ciudad no se dejará “sobornar” por Sessions, quien ha amenazado a Chicago y a otras “ciudades santuario” con negarles un fondo federal llamado Edward Byrne Memorial Justice Assistance Grant, que está dirigido a combatir la violencia.