Con la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) de las zonas rurales, se ha desatado una anarquía criminal con la expansión de grupos paramilitares en terrenos dejados por los insurgentes, lo que ha provocado que varias familias se mantengan en riesgo, aseveró el director de la Fundación Paz y Reconciliación, León Valencia.
En una entrevista para el programa Paz por Lozano, transmitido por teleSUR, Valencia expresó este lunes que el avance en la paz de Colombia tiene “cosas buenas, cosas regulares y cosas que van por mal camino”.
Valencia resaltó entre los mayores problemas la impunidad que ocupa el 70 por ciento del sistema judicial, el incumplimiento de los indultos prometidos y la debilidad en la seguridad personal de los familiares de los insurgentes que dejaron sus armas.
Asimismo, otro punto regular del proceso de paz son los asesinatos de líderes sociales, los cuales “son sistemáticos porque le disputan el poder a los grupos criminales”, señaló Valencia sobre las muertes de líderes que trabajan por la paz en territorios claves, que ya llegan a 55 casos para la fecha.
Entre las cosas buenas, enfatizó que el cese bilateral de hostilidades por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno colombiano es uno de los puntos del Acuerdo de Paz que se ha cumplido completamente. Además, la entrega de 89 niños al Gobierno colombiano.
“Hubo reducción de los índices de violencia en Colombia gracias al proceso. De 15.170 se redujeron a 12.000, tres mil personas muertas menos”, aseguró al referirse a estas cifras como “victorias tempranas de la paz”.