Los Mochis, Sinaloa.- En el discurso, las dirigencias formales de las diversas asociaciones de periodistas condenaron la ola criminal que afecta al gremio, y hasta condenaron el asesinato del periodista y escritor, cofundador de Ríodoce y corresponsal de La Jornada, Javier Valdez Cárdenas, perpetrado a principios de mayo en Culiacán, pero en la práctica fue una fiesta, que incluso sirvió para tomarse selfies con los gobernantes en turno.
En la fiesta disfrazada de duelo, la autoridad municipal prometió no involucrarse y hasta anunció la cancelación del tradicional desayuno que por el “Día de la Libertad de Expresión” se ofrece a comunicadores, pero en la práctica, el alcalde, Álvaro Ruelas Echave asistió a la misa que desde hace más de 20 años se oficia en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, patrocinó una corona fúnebre que había de colocarse como ofrenda reporteril a los redactores idos, y encabezó los discursos. Incluso, la presentadora oficial anunció como anfitriona del acto a la esposa del presidente municipal, Ana del Carmen Osuna de Ruelas. Todos los actos fúnebres fueron aprovechados para la selfie de ocasión.
Trinidad Valdez, dijo que el sacrificio de Javier (Valdez Cárdenas) provoque un frente social contra la violencia.
Afirmó que el modelo político y de seguridad es ineficiente en la entidad.
Edgardo Vázquez, también condenó el asesinato de Valdez Cárdenas, y sostuvo que poderes facticos amenazas a un gremio.
Julio César Martínez se preguntó ¿por qué tanto escándalo por la muerte de Javier Valdez? Y se pronunció por proteger a los periodistas vivos.
Todos coincidieron en que en la fecha actual no hay porqué festejar el “Día de la Libertad de Expresión”, y agradecieron al alcalde, Ruelas Echave, el mantener la seguridad pública para que el gremio periodístico pueda realizar la labor cotidiana.
Ramiro Cazares, dirigente de una naciente agrupación periodística fue invitado a presidir el acto, pero no se le dio uso de la voz.
Los miembros de la Asociación de Periodistas “Aarón Flores Heredia” manifestaron su rechazo a la ola criminal contra el gremio y fueron los únicos que plasmaron en una manta de seis metros de largo colgada en el monumento a la Libertad de Expresión la demanda de justicia. Sus miembros fueron los únicos que no aceptaron invitación a convivios, y mantuvieron el duelo por el asesinato de Valdez Cárdenas.