Retomo en este artículo, una pequeña parte del libro titulado Cárdenas por Cárdenas, cuyo autor es Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien relata el encuentro que tuvieron Rafael Buelna Tenorio y Lázaro Cárdenas del Río. Como es sabido, el general sinaloense, nacido en Mocorito, abandonó las aulas rosalinas para incorporarse en la Revolución Mexicana.
El 28 de mazo de 1915, al frente de 400 hombres de los Regimientos 22 y 23 entró Lázaro Cárdenas del Río a Agua Prieta, Sonora, para quedar bajo el mando directo de Plutarco Elías Calles. Esa decisión y esa relación fueron decisivas en su vida y determinantes de su futuro militar y político. La llegada del 22 Regimiento a Agua Prieta representó un importante respaldo a las fuerzas sitiadas del general Calles. Los contendientes permanecían en relativa inactividad: el general Calles cercado en Agua Prieta; Maytorena manteniendo el sitio, titubeante, sin decidirse a atacar y controlando casi todo el resto del Estado.
Lázaro Cárdenas se encontraba en Sonora en la campaña contra Maytorena y Villa, y desde hacía dos meses antes de la muerte de su mamá, le avisaron que había entrado en agonía y pedía verlo. No pudo ir. En esos días organizaba la “Columna Expedicionaria de Sonora”, para marchar al frente de ella a Michoacán, a la campaña contra el rebelde Inés Chávez García, que asolaba la región limítrofe de los Estados de Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Cárdenas le pidió al general Calles que le solicitara del señor Carranza que lo comisionara en Michoacán para cooperar en la campaña contra los rebeldes; la solicitud fue aceptada.
El 23 de abril se lanzó el Plan de Agua Prieta, como plan orgánico del Movimiento Reivindicador de la Democracia y de la Ley, por el que se desconocía a Venustiano Carranza como jefe del Ejecutivo, se adhieren al plan del Ejército Liberal Constitucionalista y se designaba como jefe supremo de éste, con carácter interino, al gobernador de Sonora Adolfo de la Huerta.
Dentro de los militares partidarios de la candidatura de Obregón se contaba Lázaro Cárdenas. Desde que se incorporó con el general Calles en Agua Prieta, en 1915, había formado parte del cuerpo del Ejército del Noroeste, cuyo comandante era Álvaro Obregón.
Hechas estas consideraciones, el general Estrada, por sugerencia del general Salvador Alvarado, puso al general Rafael Buelna Tenorio al frente de la fuerza que atacaría a Cárdenas. Éste, por su parte, después de pasar por la oficina de Telégrafos de Tamazula, se dirigió a Teocuitatlán, Jalisco, donde acampaba su gente.
El combate empezó a la una de la tarde del día 26 de diciembre de 1923; a las 4 de la tarde estando el general Cárdenas sentado sobre una cerca de piedra observando y dirigiendo las maniobras de combate, fue alcanzado por un proyectil que se incrustó en el tórax del lado derecho. Lo empezó a atender aquel practicante de medicina que se había hecho prisionero en Contla, Jalisco.
Cárdenas, herido y tomado prisionero, fue llevado ante el general Buelna, quien de inmediato dispuso su traslado a Guadalajara, donde fue internado en el hospital del doctor Carlos Barriere. Ahí fue atendido y convaleciente, días después, fue llevado a Colima, donde estuvo en calidad de prisionero en la casa de huéspedes que administraba la Güera Plaza. Ahí, mientras se recuperaba de sus heridas, recibió atenciones también de la señora Benita Aguilar de De la Madrid. Durante su forzada estancia en Colima, por única vez a lo largo de su vida, fumó, puro en este caso.
La nobleza del mocoritense Rafael Buelna no tiene lugar a dudas, lo común en esos tiempos y en esas circunstancias era que los prisioneros fueran fusilados inmediatamente. Rafael Buelna no era un asesino.
La información de este artículo fue tomada del libro Cárdenas por Cárdenas, cuyo autor el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
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