Despojan delincuentes de 217 mil pesos a tres beneficiarias del fideicomiso de jubilación en estacionamiento de Vicerrectoría
“Para que no tuvieran que ir hasta Culiacán, los cheques se los mandaron y yo se los entregué, salieron de aquí y se fueron a cobrar y regresaron del Bancomer y cuando estaban estacionadas aquí a espaldas de la Vicerrectoría, llegaron cuatro asaltantes y les dijeron: ‘¡el dinero!’”, relata Miguel Ángel Astorga Armenta, Coordinador de Asuntos Jurídicos de la UAS en Mazatlán.
“Con pistola en mano, (los delincuentes) cortaron cartucho, eran cinco señoras, a tres les quitaron el dinero a dos no; a una de ellas le quitaron 84 mil pesos, a otra 75 mil, y a la otra 58 mil pesos”, agrega Astorga Armenta.
A ciudad universitaria, tanto de día como de noche, los delincuentes armados tomaron como territorio para robar motocicletas, carros y asaltar a los universitarios, saliendo con toda impunidad por las mismas barreras de seguridad que desde el martes 25 de octubre, se confirmó, sólo están de lujo.
No es la primera vez que los vigilantes impotentes y sus “plumas” ocupan un lugar decorativo en el campo universitario, pues es un secreto a voces que uno de los empleados se quejó ante un superior que un pistolero entraba en carro.
“Oiga, un hombre entra en carro y cuando sale y le pido la tarjeta me enseña su metralleta”, informó el empleado, para luego preguntar impotente: “¿Qué hago?”.
“No hagas nada”, respondió categórico su acalambrado interlocutor.
“Modus operandi”
A la tragedia de las tres señoras asaltadas siguieron las conjeturas sobre el “modus operandi”, con el que los delincuentes habrían perpetrado el asalto.
“Como que las señoras ya traían ‘cola’, desde el Bancomer”, sostiene uno de los estudiantes que presenció el asalto a mano armada.
“A esas mujeres, las ‘pusieron’ para que las asaltaran’, opinaron algunos policías dentro de la tropa de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, en Mazatlán, cuando se enteraron de que cuatro hombres armados habían obtenido un botín de 217 mil pesos, como fruto de un asalto perpetrado contra tres mujeres en el estacionamiento de la Vicerrectoría de la UAS.
La hipótesis de un funcionario universitario, es que los delincuentes habrían ubicado a las señoras, en Bancomer, donde las afectadas habían cobrado los cheques, como beneficiarias del fideicomiso de jubilación de sus esposos.
Una vez identificadas dentro de la institución bancaria, agrega, los malandrines las habrían seguido hasta el estacionamiento de las oficinas universitarias donde les habían entregado sus respectivos cheques y que ya convertidos en dinero en efectivo, les fue arrebatado a punta de pistola por los asaltantes.
Hasta el momento, no se sabe a ciencia cierta cómo se concatenan los hechos, lo que sí está confirmado es la vulnerabilidad en la que se encuentran tanto los estudiantes como personal académico y administrativo de la casa rosalina.
Eran las 12:10, aproximadamente, cuando los transeúntes universitarios vieron el forcejeo de unas personas en una camioneta Siena, color blanco, en el estacionamiento de la Unidad Regional Sur de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y pensaron que era una de las típicas discusiones, que se suscitan por cuestiones políticas e ideológicas entre los adeptos del PAS y sus adversarios.
En ese momento a ningún observador le pasó por la cabeza que no se trataba de algún diferendo político ni académico, sino de un asalto a mano armada.
Después que los delincuentes salieron en la camioneta Siena, propiedad de un empleado de Vicerrectoría, por la caseta ubicada en avenida de los Deportes, dejando con la mano estirada al vigilante que levantó la barrera de seguridad y le pedía la tarjeta de entrada, se desataron las lamentaciones.
Había una camioneta con elementos de La Marina, enfrente del lugar de los hechos, y nadie gritó pidiendo auxilio pues se estaba cometiendo un asalto a mano armada en el campo universitario, lamentan los universitarios.
Sostienen que las señoras llegaron al estacionamiento en la camioneta Siena, color blanco, como se acababan de bajar, tenía las puertas laterales, abiertas, y los malandrines aprovecharon para subirse y escapar en el mismo vehículo.
“¿Tú levantaste la pluma (barrera de seguridad, a los fugitivos)?”, pregunta un “damnificado colateral” al vigilante.
“Sí yo la levanté, pero no me dieron nada (de tarjeta), porque venían huyendo”, responde abrumado el empleado.
“A los diez minutos cuando ya estaban reportando la camioneta, avisaron que el vehículo Siena había sido abandonado cerca de la Secundaria Federal”, cuentan los testigos de los hechos.
En el video que se tomó en el departamento de mantenimiento de la UAS, se ve que un carro transita despacio delante de la camioneta Siena, donde se sospecha que viajaban los cómplices de los asaltantes de las señoras.
El jueves 27, por los pasillos de Vicerrectoría trascendió que los policías municipales habían detenido a un supuesto implicado en el asalto, y llamaron a las personas afectadas para que lo identificaran, pero éstas aseguraron que las características del “infractor” no correspondían a ninguno de los asaltantes.
Hechos consumados
-Febrero 2016. En territorio de la Vicerrectoría de la UAS, dos hombres armados despojaron de su camioneta Toyota, Tacoma, a catedrático de la casa de estudios. Los delincuentes se lo llevaron como rehén hasta las inmediaciones de aeropuerto internacional donde lo liberaron con la advertencia de que si denunciaba inmediatamente, regresarían para matarlo.
-Octubre. Cuatro hombres armados despojan de 217 mil pesos a cuatro beneficiarias del fideicomiso de jubilación de sus respectivos esposos. Los hechos ocurrieron en el estacionamiento de la Vicerrectoría. Los delincuentes salieron impunemente por las barreras de seguridad de la UAS.
