Con el apoyo de la bancada de PAN y PRI, el gobernador de Veracruz Javier Duarte logró que el pleno del Congreso aprobara con el mínimo de votos requeridos la iniciativa de ley que protege la vida desde la concepción, conocida como “ley antiaborto”.
Con su aprobación, Duarte cede a las presiones de la arquidiócesis de Xalapa, que el domingo pasado, en su homilía, reprochó a través del arzobispo Hipólito Reyes el que el gobierno fallara en su promesa de modificar el artículo cuarto constitucional para defender la vida desde el momento de la concepción. Cinco días después, el dictamen final fue presentado por la mesa directiva del Congreso local con el resultado exigido por la Iglesia.
En su segunda etapa, para alcanzar el rango constitucional, el pleno aprobó con 34 votos a favor esta ley –de diputados de PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza– que contempla sanciones para mujeres que se practiquen legrados o abortos, salvo excepciones en la ley, como pueden ser violaciones y malformaciones congénitas, entre otras. Sólo nueve diputados de distintas fracciones políticas votaron en contra.
La votación favorable a la polémica iniciativa se dio tras un ríspido debate entre los asistentes a la última sesión del sexto periodo ordinario, pues del lado de la Iglesia la arquidiócesis de Xalapa dispuso del acarreo de monjas del seminario menor y mayor, así como de la Casa Azul –monasterio católico— aparte de fieles católicos de colonias marginales.
En contraste, colectivos como Akelarre, por el Derecho a Decidir, simpatizantes del Morena y activistas en contra de criminalizar el aborto acudieron con lonas y cartulinas para exigir al Congreso el respeto al “Estado laico” y plantear que la decisión de abortar pertenece única y exclusivamente a la mujer que se encuentra en esa coyuntura.
En ambos casos ninguno de estos sectores respetó la investidura de los diputados, pues tanto católicos como activistas lanzaron insultos contra los legisladores que subían a tribuna.
“¡Ardida!”, le gritaron a la diputada Mónica Robles por votar en contra de la ley que protege la vida desde la concepción.
“¡No te hagas, mujeres como tú abortan en Estados Unidos!”, lanzaron a la diputada priista Ana Belem Fernández por asegurar que ella votaba a favor de la vida porque no era “una asesina”.
Al diputado panista Hugo Fernández le reprocharon apoyar la ley antiaborto porque “no cuenta con un útero”; el legislador de derecha reviró: “No tengo útero, pero vengo de uno”.
La perredista Ana María Condado acusó que esta iniciativa enviada por Duarte contenía el lenguaje más “agresivo” y “denigrante” de la Iglesia católica, postura que desató las mentadas de madre de los simpatizantes católicos.
El decreto unió a los diputados del Partido Verde, Mónica Robles y Juan Cruz Elvira; del PRD, Ana María Condado Escamilla y Jesús Velázquez, así como al legislador del PRI Marco Antonio del Ángel, quienes votaron en contra de dicha iniciativa y recriminaron a sus compañeros de partido el favor otorgado a la Iglesia católica.
Mónica Robles repudió la presencia de religiosas en el recinto legislativo, pues su manifestación fue vista como una intromisión al Estado laico.
“Los abortos deben verse como un problema de salud pública y no como una situación moral. Veracruz ocupa el tercer lugar nacional en muertes maternas; diariamente en la entidad hay 73 casos de abortos clandestinos, las mujeres que se practican un aborto oscilan en edades de 14 a 25 años, por ello debe ponerse atención en este tema”, argumentó Robles.
El panista Hugo Fernández refrendó que su partido está a favor de la vida, aunque acotó que “en muchas ocasiones es mejor dar en adopción a los hijos no deseados, dado que muchas familias buscan esto”.
El artículo de la Constitución Política local quedó de la siguiente manera: “El Estado garantizará el derecho a la vida del ser humano, desde el momento de la concepción hasta la muerte natural, como valor primordial que sustenta el ejercicio de los demás derechos, salvo las excepciones previstas por ley”.
Ante la polarización del debate, dos de los legisladores panistas más críticos de Duarte, Alejandro Zairick y Julen Rementería, optaron por ausentarse –sin justificación alguna– de la sesión y quedar mal con la feligresía católica, antes que aprobar un dictamen propuesto por el priista Duarte.
En la exposición de motivos de la iniciativa se justifica que el embrión constituido por la unión de un óvulo y un espermatozoide es un ser “único e irrepetible” distinto a la madre, en donde incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nación ya emitió la jurisprudencia que establece el principio de igualdad en todos los individuos, donde nadie podrá ser privado de los derechos a la vida.
Este dictamen, emitido por la Comisión Permanente de Justicia y Puntos Constitucionales y derivado de la iniciativa que envió el Ejecutivo del estado, hace mención a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, que señala que todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad de su persona.