Búsqueda en “zona caliente”

 
Rastreadoras Culiacan
Autoridades piden a familiares de desaparecidos suspender la exploración, ante el riesgo de encontrar fosas clandestinas y “calentar” el territorio del sur
“Por cuestiones de seguridad, se suspende la búsqueda en El Rosario”. Fue la sugerencia que llegó directamente de la Subprocuraduría General de Justicia del estado de Sinaloa; no presentarse en el Rancho Las Palmas, porque en esos momentos el hallazgo de una fosa clandestina habría “calentado” la zona y el ambiente de inseguridad no brindaba las mejores condiciones para que las mujeres realizaran una exploración.
“Según todo ese lado de la zona sur es peligrosa, nosotros entendemos y sabemos que todas las zonas son peligrosas tratándose de personas desaparecidas, y a ninguna organización le conviene que nosotras andemos haciendo eso, pero como siempre lo hemos dicho, lo que nosotros buscamos es encontrar a nuestros familiares, no buscamos culpables ni los estamos buscando a ellos”, precisó Alma Rosa Rojas, integrante del Colectivo Voces Unidas por la Vida “Sabuesos de Sinaloa”.
Alma Rosa indica que saben los riesgos a los que se exponen, y que ni ella ni el resto de las familias que buscan a personas desaparecidas son delincuentes, sólo son seres humanos con la necesidad de encontrar los restos de sus seres queridos que un día no volvieron a ver.
El martes 19 de junio pasado, luego del reporte de unos vecinos de El Rosario, las autoridades hallaron restos óseos de una persona. Las buscadoras de este colectivo, según comenta la señora Alma Rosa, ya habían acordado con las autoridades de la Procuraduría General de Justicia (PGJE) que irían, pero a través del defensor social Oscar Loza Ochoa, les hicieron saber que no era pertinente su visita.
Fue el subprocurador de Justicia del Estado de Sinaloa, Martín Robles Armenta, quien sugirió a las buscadoras no hacer la visita, expuso.
“Entonces no vamos, pero luego sabemos que sí mandaron al Ministerio Público al lugar a donde íbamos a ir nosotros, el lugar que ya teníamos ubicado gracias a información de familiares de allá que estaban buscando a una persona desaparecida, que tenían localizados los restos óseos de tres personas, ahí a espaldas del Rancho Las Palmas, que es el lugar a donde íbamos a ir”, dijo.
Aunque era un hecho su viaje desde Culiacán a ese punto ubicado al sur de Sinaloa, unos dos kilómetros antes de llegar a la cabecera municipal de El Rosario, optaron por atender la advertencia respecto a la inseguridad que prevalecía.
Los hombres y mujeres que integran este colectivo recibieron información de que en este sitio, conocido también como Microondas, podría haber más de 40 cuerpos arrojados de manera clandestina a fosas o a ras del suelo.
Obedeciendo a los protocolos de seguridad y tratamiento de los restos que dictan las leyes, se abstuvieron. En cambio, sí estuvieron en Mazatlán siguiendo la pista que les hicieron llegar personas que están en la misma condición de búsqueda. Pero la experiencia en el puerto fue la peor que han vivido hasta la fecha, desde el día que iniciaron el rastreo de cuerpos.
Aunque, admite, a veces, en el desespero, se arriesgan y en otras ocasiones la piensan y en otras tantas sospechan que las autoridades les están poniendo trabas.
En el caso de El Rosario, los familiares valoraron el reciente hecho en el que fueron cercenados los cuerpos de siete hombres en las inmediaciones de Picachos, ubicado en la sierra de este municipio.
“Pero de antemano nos ponemos en las manos de Dios”, aseguró, “no buscamos a un solo familiar, yo no busco nada más a mi hermano, yo los busco a todos”.
En el sur, el peor trato
La búsqueda en el sur de Sinaloa fue productiva al encontrar un cuerpo en Ceuta. Las buscadoras fueron resguardadas por elementos de la policía Ministerial de Mazatlán hasta el momento en el que brotó de la tierra un miembro humano.
Cansadas, pero satisfechas por el resultado, relató Alma Rosa, fueron a comprar comida para el grupo y para los policías que en todo momento permanecieron a la expectativa de las labores. Pero al regresar al sitio, éste ya estaba acordonado y les fue negado el acceso.
“Nos llevamos una decepción muy grande por parte del personal Ministerial de allá de Mazatlán porque la verdad la perito se portó muy mal con una de ellas, muy prepotente, no nos dejó acercarnos”, lamentó.
Alma Rosa pidió permiso a la perito para ingresar, y como respuesta obtuvo el silencio y la “invitación” a abandonar el lugar.
“¿Cómo vamos a contaminar nosotros el lugar si nosotros somos las que los encontramos?, acepto y respeto los protocolos, pero no acepto la forma como nos trataron, me mandó sacar”, dijo.
Ellos llegan sin herramienta, sin una pala, explica, pensaban que el grupo de búsqueda ya les tenía el cuerpo afuera de la fosa, pero no fue así.
“La actitud de nosotros, cuando encontramos un cuerpo, cuando destapamos un brazo o cualquier parte del cuerpo, es dejarlo para que el perito haga su trabajo y no contaminar el área, por lo que así lo dejamos, pero vimos que no llevaban herramienta”, indicó.
El trato grosero de los Ministeriales que iban a cargo de un comandante de apellido Bejarano, dijo, dejó mucho que desear.
Sin duda, agregó, el peor trato que han recibido a lo largo de meses de búsqueda por Sinaloa, ha sido de los Ministeriales de Mazatlán que les fueron asignados para resguardar su seguridad durante la exploración en Ceuta.
Aun y con la mala experiencia por el trato de las autoridades del sur de la entidad, las mujeres no descartan regresar a las funerarias de Mazatlán donde están depositados los cuerpos encontrados, para recabar información e indicios que les permita identificarlos, porque las familias están con la inquietud de ver los restos, la ropa o cualquier característica que les indique si se trata de sus familiares o no.
De igual manera, dijo Alma Rosa, quieren ir al lugar donde fueron hallados, pues tienen la esperanza de no sólo encontrar uno sino muchos cuerpos.
La aclaración
Desestimó la mala interpretación que causó la publicación en algunos medios impresos al ser señaladas como “Rastreadoras”, situación que provocó que el grupo de Rastreadoras de El Fuerte se sintiera usurpado por el “Colectivo Voces Unidas por la Vida Sabuesos de Sinaloa”.
No hay ninguna intención de querer hacernos notar más que otros grupo, a este no lo mueve el interés económico, ni una posición alta, sólo el de encontrar a nuestros familiares desaparecidos, aseguró.
“Nunca hemos dicho que somos las “Rastreadoras”, somos Voces Unidas por la Vida, con el registro de “Sabuesos de Sinaloa”, que nos pidieron como requisito durante nuestra visita a Veracruz”, explicó.
No deben sentirse aludidas ni usurpadas, consideró, porque es un mismo dolor, la misma lucha y el mismo objetivo: encontrar a los desaparecidos.

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