“¡Gracias Cuau! Siempre volarás con nosotros”, fue la frase que apareció en las pantallas del Azteca mientras Cuauhtémoc Blanco culminaba una breve, pero emotiva vuelta olímpica.
Después de disputar 37 minutos, enviar un tiro al travesaño y ver desde la banca cómo el América se iba arriba sobre Morelia, el “Temo” vivió en el medio tiempo instantes que fueron solo suyos.
Ya había anticipado Oribe Peralta la celebración, porque tras marcar el 1-0 al 43′ fue a la banca local para hacerle reverencias a Blanco, quien tras el silbatazo final del primer tiempo recibió una placa conmemorativa y la camiseta enmarcada con el 100 en la espalda de parte de José Romano y Ricardo Peláez, directivos del club.
Tras ello, inició sonriente una vuelta alrededor de la cancha, al tiempo que se escuchaba un estruendoso “¡oe, oe, oe, Temo, Temo!”. En el centro campo lo esperaba su familia y su madre fue quien se adelantó a darle un abrazo.
Después de fotografiarse con sus hijos, se separó del grupo, hincó una pierna en el manchón del círculo central y realizó una “Temoseñal”, con la mano izquierda al frente y la derecha recogida, que fue ovacionada de manera unánime.
Así se despidió Blanco ante prácticamente el lleno en Santa Úrsula. Acostumbrado a extender su carrera hasta la última gota, Cuauhtémoc volvió a la banca para el segundo tiempo, sin la posibilidad de entrar, pero para vivir de la única manera posible sus últimos instantes como futbolista. [MEDIOTIEMPO]
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