Sin esclarecer el caso de los cuatro jóvenes desaparecidos luego de ser detenidos por la Policía de Ahome
 
Desde hace más de un mes, Sergio Ceballos López, Francisco Antonio Ceballos Jiménez, Jesús Antonio Ceballos López y Carlos Omar Pérez Rodríguez están desaparecidos y sus familiares acusan que el Director General de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Ahome, Gerardo Amarillas Gastélum, sabe su paradero.
Los cuatro jóvenes salieron de Culiacán hacia Los Mochis la madrugada del 22 de diciembre, para recoger a la novia de Sergio, y desde entonces sus familiares no saben nada de ellos, solo que estuvieron detenidos en las celdas de la policía municipal “por borrachos y escandalosos”.
Patricia López, madre de Sergio, asegura que el jefe policial sabe dónde están.
Funda sus acusaciones en situaciones que considera irregulares, como que la firma de los muchachos en la boleta de ingreso a las celdas es diferente a la que plasmaron cuando salieron, a que supuestamente los dejaron salir sin pagar la multa completa y les entregaron el carro sin presentar los documentos y a que el jefe policial le pidió que no buscara ayuda, pues él la iba a ayudar.
“Todas mis sospechas van contra Gerardo Amarillas, todas mis sospechas”, expresa.
El 26 de diciembre, Patricia recibió una llamada anónima en la que una persona le decía que Amarillas tenía a su hijo y a los otros tres muchachos, incluso le proporcionó el número de celular del comandante.
“Me dicen, mire éste es el número de Gerardo Amarillas, el que detuvo a los muchachos, el que tiene a los muchachos y que todavía los tiene ahí, diríjase a él y va ver que él le va ayudar”.
Entonces, agregó, “le hablo a Gerardo Amarillas y ciertamente sí era su número, pero él me dijo que eso no se trataba por teléfono, que tenía que ir y fui y lo miré allá y todo, me dijo que no buscara ayuda por otro lado, que él me iba ayudar y todo y le marcara después, y me contesta otra gente, me dicen que me van a regresar la llamada”.
Por la desaparición, presentaron denuncia en la Procuraduría General de Justicia del Estado pero asegura que no han prestado atención al caso y lo peor de todo es que, no se quieren dar cuenta que los jóvenes desaparecieron de ahí, de la policía municipal.
“Por más que busca uno parece que habla con la pared, que investiguen bien, que no se tapen los ojos, que miren de dónde viene el problema, porque para mí ellos no tienen otro problema más que haber entrado ahí en la municipal, ese es el problema de ellos haber llegado a la municipal y que no los soltaron de ahí nunca”.
Al gobernador del estado, añadió, le pidió “que se quiten la venda y que miren lo que es Gerardo Amarillas, que vean lo que es él, que lo investiguen”.
 
Policía Municipal, la última parada
 
Desde el 22 de diciembre, Patricia ha vivido en la angustia por no saber el paradero de los jóvenes.
Los primeros minutos de ese día, los cuatro partieron hacia la ciudad de Los Mochis, iban por la novia de Sergio para traerla a Culiacán, pero nunca llegaron con la muchacha.
Desde Culiacán, Patricia marcaba al celular de su hijo debido a que no tenía noticias de él, pero no contestaba y tampoco sus sobrinos.
En un mensaje de texto, le preguntó a su hijo dónde estaba y a las 11:19 horas recibió una respuesta: “Jajaja estoy ocupado traigo un bisne”.
Con la respuesta, dice Patricia, supo que no era Sergio quien lo había escrito, y entonces sospechó que algo les había pasado y decidió ir a Los Mochis.
Alrededor de las 15:30 horas llegó a la Policía Municipal, donde le confirmaron que habían estado detenidos, pero que minutos antes habían sido puestos en libertad tras pagar una multa.
Confiada en que ya estaban de regreso a Culiacán, se fue a la central camionera mientras insistía con las llamadas a los celulares que seguían sin responder y ahí estuvo hasta que calculó que ya podían haber llegado a su casa, pero no regresaron; entonces esperó hasta el día siguiente para ir otra vez a la corporación.
“Me dijeron que estuvieron aquí por ebrios y escandalosos y ¿quién pago la multa?, les dije yo; no, dijeron ellos, solos completaron 300 pesos cada uno y los dimos libres y le dije yo ¿y el carro? ¿Quién pagó?, no el carro no se fue a la pensión, dijeron, se quedó en patios y les hicimos el favor de dárselos”.
Dijo que le enseñaron las boletas y las firmas no están como son: uno solo recibió las pertenencias de todos, Francisco Antonio, y la firma de él está con letra despegada y en el papel de la multa se usó letra cursiva, y “nosotros nos encontramos un papel de él aquí con la firma de una tarjeta que le dieron y está muy diferente a las dos firmas”.
Ahí en la base de la corporación localizó al jefe del grupo que detuvo a los muchachos y reconoció haberlos llevado a barandilla, pero desconoce su nombre, ya que el policía le dijo que se llamaba Nicolás Galaviz, pero a esa persona la asesinaron en 2013.
“Yo le pregunté que si él había agarrado a los muchachos y dijo que sí, yo los agarré por ebrios y escandalosos y vine y los dejé aquí, ¿a qué hora los dejó usted aquí?, dice ‘los dejé como a las 6 de la mañana y salí de turno a las 7, ya no supe de ellos, ahí se quedaron’”.
 
Solo queda rezar a Dios y a la Virgen
En la Policía Municipal insisten en que sus hijos salieron de ahí, pero Patricia se niega a creer esa versión.
En la corporación se comprometieron a mostrarle un video donde supuestamente se observa a los cuatro jóvenes abordar el vehículo y salir de las instalaciones y después resultó que las cámaras de vigilancia no servían.
En su casa colocó un altar con la imagen de la Virgen de Guadalupe y las fotos de los cuatro jóvenes. Ahí es donde todos los días reza para que su hijo y los otros tres muchachos aparezcan.