Ex obreros del ingenio mendigan liquidación

Por segundo año, ex obreros de la Compañía Azucarera de Los Mochis, mejor conocida como “el ingenio”, marcharon en dos ocasiones por las calles de la ciudad mendigando ayuda al gobernador Mario López Valdez, para no pasar una Navidad en penurias.

Los ex trabajadores salieron a la calle con sus familias. Caminaban abuelos, trabajadores, esposas de éstos, hijos y nietos. Todos llevaban pancartas con reclamos al gobernador Malova y al secretario general de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, quienes se habían ofrecido como gestores para un préstamo emergente de 20 millones de pesos, dejando en garantía maquinaria y terrenos embargados por los empleados a los propietarios de la industria.

Desviar el presupuesto a particulares relacionados con la industria azucarera no era una maniobra gubernamental nueva, porque antes, los empresarios azucareros Alejandro Elizondo Macías y Rodolfo de la Vega Valladolid habían recibido pagos millonarios por vender al Estado activos de la compañía Azucarera de Los Mochis (Calmsa), pese a que los terrenos tenían gravamen por un pleito mercantil con el tercer empresario, Luis Puente, quien aducía que tales ventas eran fraudulentas porque los predios no estaban totalmente libres y por ello no eran enajenables.

Y justo cuando estaban por comenzar la tercera caminata, el gobernador López Valdez llamó al secretario general de la Sección 12 del Sindicato Nacional Azucarero, Gabriel Lizárraga, ofreciéndole 10 millones de pesos como préstamo máximo a cuenta de remate de la maquinaria y terrenos.

El Gobernador fue calificado de cicatero por los obreros, pues escatimó la oferta inicial.

Los ex obreros aceptaron el dinero y declinaron su tercera protesta. No obstante, antes de hacerlo recriminaron al presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, Fausto Rubén Ibarra Celis, de retrasar el remate de bienes embargados.

En respuesta, el funcionario estatal dijo que la representación del sindicato tiene que litigar el procedimiento de remate y apegarse a los plazos que la propia ley establece para ello: “La junta no puede ejecutar el procedimiento en favor de una de las partes ni subsanar los errores en que incurre el sindicato. No debemos ser parte y juez en un conflicto, de allí la inconformidad”.

La primera caminata la realizaron los obreros el domingo 13. El lunes 14 retomaron la protesta y ese mismo día amenazaron con tomar las calles el jueves 17. No lo hicieron, pues el telefonazo gubernamental se los evitó.

Los ex obreros terminaron agradecidos del gobierno que por enésima ocasión los socorre en sus emergencias económicas.

Ya antes, éstos habían recibido despensas para saciar su hambre, e incluso se les ofreció capacitación para aprender un nuevo oficio y financiamiento para instalar su pequeña empresa, pero todo fue una farsa.

Préstamo, una mentira vil

El diputado local por el Partido Acción Nacional, Miguel Ángel Camacho, dijo que la versión de un préstamo de 20 millones a los ex trabajadores del ingenio Mochis dejando como garantía la maquinaria y terrenos embargados a la empresa fue una farsa corriente promovida por los dos principales políticos del estado: el gobernador Mario López y el secretario general de gobierno, Gerardo Vargas, para engatusar al Congreso y etiquetarlo como los malos de la saga en que se convirtió el conflicto azucarero.

“Todos fueron engañados, desde el dirigente Gabriel Lizárraga hasta el obrero de más bajo escalafón”, indicó.

El engaño oficial fue descubierto cuando Gabriel Lizárraga envió el oficio al Congreso del Estado solicitando el préstamo de 20 millones de pesos, y le fue negado.

“Claro que le fue rechazado, porque el Congreso no presta a particulares. No tenemos dinero. No somos bancos, ni prestamistas. El procedimiento normal es que el Gobernador solicite aprobar el préstamo del presupuesto, y éste sabrá cómo lo recupera, o qué hace con él. Engañaron a Gabriel, y él se dejó utilizar. ¿Con qué intensión? Sólo él lo sabe”.