Amenazados, marginados y asesinados

El peligro de ser homosexual o travesti en Culiacán se había manifestado hasta hace algunos años, en abusos sexuales, amenazas, lesiones y extorsiones de parte de civiles y de las corporaciones policiacas. Ahora es la muerte violenta, a balazos, lo que se une a la marginación que padecen dentro de la comunidad gay.

Apenas en dos semanas, tres jóvenes travestis fueron asesinados a balazos en Culiacán. Dos de ellos, de acuerdo con reportes de la Policía Ministerial del Estado, tenían su domicilio en Villa Juárez, y el tercero en esta ciudad capital. Al parecer, los tres laboraban en bares y prostíbulos ubicados por el bulevar Leyva Solano, a dos cuadras de la llamada Caseta Cuatro, y habrían estado implicados en un robo.

Los datos de las organizaciones de homosexuales y de integrantes de esta comunidad —que incluye travestis y transexuales— indican que en los cinco años recientes, entre seis y ocho hombres con esta preferencia sexual han sido asesinados en Culiacán y cuatro más en Mazatlán, y ninguno de los casos ha sido esclarecido.

Las agresiones de otro tipo, incluso extorsiones de agentes de las diversas corporaciones policiacas, suman tres veces más que los homicidios en el estado. Los actos violentos se suman a la estigmatización social que sufren y la marginación de quienes conforman esta comunidad.

Tres casos

En menos de tres semanas tres travestis fueron asesinados en Culiacán y las autoridades que investigan estos homicidios señalan que al menos dos de estos crímenes están relacionados, aunque versiones extraoficiales indican que los tres se conocían.

Uno de los cadáveres fue encontrado el 20 de septiembre en el fraccionamiento StanzaFlorenza; en el lugar había dos casquillos calibre .45. La otra víctima fue localizada el 26 de septiembre, en Valle del Agua, y también fue asesinada a tiros. El 11 de octubre fue encontrado el tercer cadáver, identificado como Efraín Martínez Flores, de 20 años, en Colinas del Sur.

“Muchas veces se dan estos casos de asesinatos o agresiones, por robos a clientes.Se meten a prostituirse porque a los travestis no les dan trabajo en ningún lugar, pero antes los rapaban, abusaban sexualmente. Ahora los matan”, manifestó un integrante de la comunidad gay.

Varias veces víctimas

En el primer círculo, el de amistades y agremiados a la comunidad gay, los marginan: son los travestis, las vestidas, las otras. No hay empleo para ellas —o ellos— y lo único que encuentran, en muchos de los casos, es la prostitución o emplearse como meseros en algún antro.

“Nosotras mismos las estigmatizamos y si no son profesionistas o aun siéndolo, no encuentran trabajo y terminan como prostitutas. Pero es cierto que en la misma comunidad gay los marginamos y el gobierno no se toma en serio estos asesinatos ni las investigaciones. Al contrario, nos dicen ‘son gays, se lo merecen’, y uno se calla, no dice nada”.

En las agresiones, añadió, hay una constante: los victimarios son conocidos, tienen vínculos con la droga y las bebidas embriagantes, se dan en la calle cuando se topan con desconocidos, y de la policía lo que obtienen son intentos de extorsión, no seguridad ni protección.

¿Cartilla?

Algunos homosexuales y activistas acudieron al Congreso del Estado, al acto de presentación de la Cartilla de derechos de las víctimas de discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género. Ahí estaban los mismos legisladores que se opusieron al matrimonio gay y quienes los han criticado por sus preferencias.

“Que empiecen por ellos, por el gobierno. Por áreas como salud, la policía, la educación, porque ahí nos marginan, nos etiquetan. El buen juez por su casa empieza”, manifestó uno de ellos, quien pidió mantener el anonimato.

Tiago Ventura, del Comité por la Diversidad —que en otros momentos ha organizado las marchas de la diversidad y para exigir respeto a los homosexuales, travestis y transexuales—, manifestó que son muchas las agresiones y asesinatos, y que es tan común que se den como que el gobierno no las resuelva y que prevalezcan impunes.

“Tiene mucho que ver el ambiente en que uno se desenvuelve, en bares, esos trabajos de noche, en la calle… son ambientes en los que te topas con gente drogada, locos, tomados y con armas de fuego. Ahí somos más vulnerables y si uno acude con el gobierno, pues no pasa nada. Por eso decimos que con esto de la cartilla, deben ellos hacer algo dentro, en el servicio público”, sostuvo.

Dijo que de parte del gobierno se burlan de estas agresiones y asesinatos. Para ellos esto es un chiste.

Ten mucho cuidado

Su madre le dijo, desde otra ciudad y a través del teléfono: ten mucho cuidado, están matando travestis en Culiacán. Él no lo es, pero sí homosexual. No dijo ‘ni al caso’, porque eso respondió uno que era amigo de dos que mataron recientemente y se convirtió en el tercer homicidio.

Le habían advertido que se cuidara, que las cosas andaban mal en la capital sinaloense. A los dos días vio las noticias: el tercer asesinado era ese que había desdeñado los riesgos.

Entre ellos se cuentan historias. De todo. Como cuando uno de estos travestis había accedido a irse con un hombre, en una camioneta. El desconocido sacó un arma de fuego y le dijo que lo iba a matar, mientras le apuntaba. El hombre, que iba borracho, terminó chocando, lo que aprovechó el travesti para huir.

Otros cuentan que la policía les pide dinero. Cualquier pretexto es bueno, hasta las acusaciones de trata de personas. Frente al Sams Club, hace alrededor de un mes, así fue en un retén de la Municipal: el conductor iba sobrio y en sus cinco sentidos, y el resto de los ocupantes del carro iban travestidos.

Les pidieron dinero a cambio de dejarlos ir, pero bastó con que uno de ellos le dijera al policía que lo conocía y también a sus jefes, y que si quería molestarlos iba a acusarlo con ellos. Suficiente para que los dejaran ir.

“Son como etapas. Hace varios años hubo una cacería de travestis. Ahora sentimos lo mismo. Nos están cazando, nos marginan. Es un peligro ser homosexual pero más ser travesti. Más ahorita”.