Agua que dejan correr

Presa 1
BAJO EL AGUA. El puente de la presa Miguel Hidalgo.

 

 

El desfogue de las presas aisló comunidades, dañó carreteras, sistemas de agua y sitios turísticos

 

 

En una semana, el Comité Técnico Operador de Obras Hidráulicas de la Comisión Nacional del Agua tiró al mar 400 millones de metros cúbicos de agua embalsada sobre el río Fuerte.

La medida fue adornada con parafernalia mediática, incluyendo recorridos guiados por la apertura de compuertas, fotografía, filmación, entrevista y, además, birria de desayuno.

La medida de extraer agua al sistema de presas de manera apresurada y generando temor en la población civil fue considerada extrema y a destiempo.

“Se paniquearon en México”, consideró Jesús Andrés Valdez Conde, veterano administrador de la Red del Valle del Fuerte que ha capoteado las dos mayores emergencias por almacenamiento de agua en las presas, el 13 y 14 de septiembre del 2008 cuando se extrajeron mil 428 metros cúbicos por segundo, y en septiembre del 2015, con 750 metros cúbicos por segundo; mientras que Horacio Álvarez, ex síndico de San Miguel Zapotitlán, calificó: “La Conagua siempre con sus chingaderas de última hora, afecta siempre a los jodidos, a los habitantes”.

El volumen que no tuvo provecho alguno, era suficiente para regar 40 mil hectáreas sembradas de cultivos libres, un tercio de la superficie del Distrito de Riego 075, durante nueve meses, o bien para lavar 30 mil hectáreas salitrosas y de baja producción, consideró el veterano gerente de la Red del Valle del Fuerte Jesús Andrés Valdez Conde. Ninguna de las dos opciones se realizó.

El paso libre del agua sobre el río Fuerte incomunicó 26 comunidades en el municipio de El Fuerte, dañó infraestructura carretera y urbana, colapsó 22 sistemas de potabilización de agua y siniestró lugares turísticos, todo con un valor de 300 millones de pesos, contabilizó el alcalde Marco Vinicio Galaviz Serrano.

Este se vio forzado a desplegar brigadas de ayuda social en las comunidades marginales Las Higueras de los Natoches, Jahuara I, Carricito, El Ranchito y Nuevo Carricito de Jahuara, y en las sindicaturas de Mochicahui, San Blas (Sufragio, Macoyahui y Sibajahui) ubicadas aguas abajo de la derivadora la Bocatoma.

Ahí se entregaron despensas a 800 familias, dio a conocer el Secretario del Ayuntamiento, quien dijo que hasta el momento no ha sido necesario evacuar a familias pues los desfogues han sido controlados por la Conagua, aunque señaló que existen comunidades muy pequeñas totalmente aisladas como es el caso de Buenos Aires, El Opochi y Nuevo Carricito.

“Todavía hay varias comunidades sin agua, reporta la Junta Municipal de Agua Potable que cuando menos son ocho comunidades que no tienen el servicio de agua potable porque los equipos hubo que resguardarlos, no se puede dar el servicio hasta que no baje el nivel del agua, son más de siete mil habitantes a los que se les tiene que suministrar el vital líquido en pipas”.

La señora Rosalbina Herrera Almeida, damnificada de Las Higueras de los Natoches, denunció que la emergencia provocó la especulación en alimentos, que fueron encarecidos por comerciantes locales.

“Los que tienen carro oiga, van a dar la vuelta hasta San Miguel, y los que no tenemos, ahí estamos en las tienditas sacando carísimo. Los que no tenemos carro nos aguantamos”.

La infraestructura turística de obras aún sin entregar, como La Galera y el Malecón, donde se invierten 32 millones de pesos, acusa deterioro, luego de estar cinco días bajo el agua, reveló  Javier Ceballos Oláis, Director de Desarrollo Urbano, Obras y Servicios Públicos del Ayuntamiento.

En el parque turístico La Galera, las fuertes corrientes de agua dañaron los andadores de adoquín, la madera con la que se construyó la tirolesa ya presenta evidentes muestras del deterioro y se requiere hacer una revisión completa de los módulos, así como de los atracaderos de madera”.

En el Malecón se considera dañado el adoquín y se tendrá que revisar la estructura de la fuente de sodas Mirador, que es el edificio de más volumen de esa obra, así como el trabajo de terracería para evitar hundimiento.

Además, las obras de pavimentación con concreto hidráulico de tres calles en La Constancia y tres más en  Charay acusan retraso, además de intransitables los caminos de acceso a 30 comunidades situadas en ambas márgenes de la rivera del rio.

Ahome, la foto para el feis

Hasta ahora, en Ahome, municipio costero, los daños a la infraestructura fueron mínimos, porque esta vez los módulos de riego acataron las órdenes del Comité Municipal de Protección Civil y, no sin antes chistar, construyeron casi un kilómetro de bordos de contención del río Fuerte para proteger a la población civil de El Añil y Zaragoza, en la sindicatura Higuera de Zaragoza, Las Grullas Margen Izquierda y el Porvenir, en Ahome, y en San Miguel Zapotitlán.

En 2008, los módulos de riego se negaron a robustecer los bordos, pero ahora sí actuaron.

“Debo reconocer que no pusieron trabas, que actuaron rápido, y ayudaron a evitar daños a muchas familias”, reconoció Sergio Liera Gil, coordinador de Protección Civil.

La situación de emergencia por el nivel del río Fuerte obligó al alcalde Arturo Duarte García a realizar un recorrido nocturno, montado en la caja de una patrulla y después encaramado en una camioneta de Protección Civil.

Ahí, el alcalde escuchó bromas pesadas de la población que acusaba una supervisión populista y de “foto pál feis”, pero sin intención real de ayuda.

“Dinos la verdad, Arturo”, reclamaba la población.

Sinaloa municipio en emergencia

En un 85 por ciento de su territorio, este municipio también fue afectado por el temporal de la tercera semana de septiembre del 2015, y enlutó a dos familias. Aquí, los arroyos y el río Sinaloa aumentó el caudal y obligó a la apertura de la derivadora “El Tapo” para extraer  400 metros cúbicos por segundo de agua, situación histórica que no se presentaba desde el ciclón “Paúl”, en 1985.

El coordinador de protección Civil, Marcial Álvarez, dijo que las víctimas fueron arrastradas por las corrientes.

El presidente municipal, Aarón Verduzco Lugo, dijo que se encuentra afectado el 85 por ciento de su territorio por las lluvias, por lo cual “buscamos que se declare como zona de emergencia. Tenemos daño en caminos rurales, carreteras, vivienda, infraestructura y los accesos a las comunidades se encuentran deshechos por la fuerza de la lluvia”.

Contabilizó que  30 comunidades quedaron incomunicadas (San José de Gracia, Bacubirito, San José de las Delicias, El Palmar de los Sepúlveda, Llano Grande, Cortínez 1, Ocoroni, El Opochi, Santa Magdalena, La Bocatoma, Las Quintas, Tecumena, Coronado, Porohui, Burahui, Las Lajas, Jayna, Güera, Pueblo Viejo, Matapán, Matapancito, Máripa, Baburía, entre muchas más), hay destrozo de caminos, deslaves de cerros y los grandes caudales de arroyos.

Las actividades primarias como agricultura y ganadería de subsistencia fueron arrasadas. El ajonjolí y forrajes se siniestró. Cerdos, gallinas y hasta los perros fueron arrastrados por la corriente.

Guasave, malecón bajo el agua

Aquí la emergencia por lluvias regulares y el desfogue de las presas apenas rasgó la tranquilidad urbana. Un reducido grupo de familias fue desalojado, para evitar tragedias.

De acuerdo con el alcalde Armando Leyson, apenas el domingo por la mañana llegó un volumen aproximado de 700 metros cúbicos al río Sinaloa producto del desfogue de la presa en Sinaloa de Leyva, lo cual ocasionó la salida del agua inundando parte del malecón “María del Rosario Espinoza” y parte de la ribera.

No dio mayores detalles, salvo que la situación ya estaba controlada y sin sobresaltos.

Consideró que tales hechos se resolverían con el dragado del río, pero no hay recursos federales para realizar la obra.

Presas rebasan capacidad de acopio

El secretario general de gobierno, Gerardo Octavio Vargas Landeros, no consideró la situación del norte de Sinaloa como una emergencia ni de alarma, aunque sí “de cierta prevención”.

Y para ello exhortó a todos los habitantes en las márgenes de los ríos Fuerte, Sinaloa y Mocorito, mantenerse alertas y acatar el llamado de las autoridades en caso de que haya necesidad de evacuar sus comunidades.

Según las cuentas del secretario al momento de las extracciones, el sistema de presas sobre el río Fuerte estaba al 101 por ciento de su capacidad de conservación: Luis Donaldo Colosio “Huites” con embalse del  99 por ciento, con 2 mil 872 millones de metros cúbicos; la Miguel Hidalgo, con 2 mil 954 millones de metros cúbicos al 101 por ciento de su nivel de conservación, en tanto la Josefa Ortiz de Domínguez, con 614 millones de metros cúbicos está al 109 por ciento.

En total, hasta este 21 de septiembre, ese sistema de presas tenía un almacenamiento de 6 mil 442 millones de metros cúbicos de agua, contabilizó.

Ante esta situación, se ordenaron desfogues en el sistema de presas por 600 mil metros cúbicos de agua en lugar de 900 mil metros cúbicos, para mantener bajo control esos niveles y evitar riesgos a la población.

 

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