El Mayito Gordo viajará a EU

Lo pide la justicia de EU y aprueban su extradición

 

 

El 25 de julio de 2014, un juez federal de Estados Unidos accedió a una petición hecha por fiscales estadunidenses para desclasificar una serie de documentos que, aunque intocables, eran necesarios para iniciar la cacería de Ismael Zambada Imperial, el Mayito Gordo; Ismael Zambada Sicarios, el Mayito Flaco; Ismael el Mayo Zambada, e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, quienes según la DEA, se movían entre Culiacán y el valle de San Lorenzo, en Sinaloa.

Fue así que fuentes de inteligencia de la Armada de México guiados por informantes de la DEA,  ubicaron primero al Mayito Gordo el 12 de noviembre del año pasado en un rancho cercano a la sindicatura de El Salado,  municipio de Culiacán, donde lo detuvieron, y según el USDOJ, además estuvieron a punto de arrestar al padre.

Al día siguiente de la detención, Zambada Imperial fue recluido en una cárcel de mediana seguridad en Jalisco, donde se le dictó auto de formal prisión, y a los pocos días inició un proceso penal por tráfico de drogas y delincuencia organizada.

Simultáneamente, el Departamento de Estado de Estados Unidos inició todo el papeleo para iniciar la petición de extradición, y con ello continuar su colección de Zambadas a los que ha puesto en sus cortes y con los cuales ha logrado acuerdos.

Contrario a Joaquín Guzmán Loera, a quién México nunca se comprometió a extraditar, con el Mayito Gordo ocurrió lo contrario, porque únicamente se necesitaron cuatro meses para que un juez federal mexicano aprobara su extradición. Ahora es cuestión de días para que Zambada Imperial sea trasladado a la ciudad de San Diego, California, donde la justicia estadunidense lo espera.

La incógnita que hoy se levanta es qué arreglos hará el clan Zambada con el gobierno de Estados Unidos para salvar al Mayito Gordo, cuando el USDOJ ya negoció con Reynaldo Zambada García, con Serafín Zambada Ortiz y Vicente Zambada Niebla, todos ellos en poder del gobierno estadunidense, y todos comprometidos a carearse y declarar contra otros integrantes del Cártel de Sinaloa, incluyendo el Mayito Gordo.

La moneda parece estar en el aire, porque aunque el USDOJ ha dicho que ya no negociará con integrantes del Cártel de Sinaloa, Ismael Zambada Imperial representa una pieza muy importante del rompecabezas Zambada que el Tío Sam tendría en su poder, con el fin de echarle guante a la pieza mayor en todo el organigrama: Ismael Zambada García, el Mayo.

 

Desde las sombras

Algo sabía Laura Duffy, Procuradora del Distrito Sur de California, cuando el 25 de julio de 2014, hizo una petición especial a la jueza Dana Sabraw, para que desclasificara unos documentos que contenían la información para iniciar el proceso de búsqueda contra el Mayo Zambada, del Mayito Gordo, el Mayito Flaco, e Iván Archivaldo Guzmán.

Curiosamente la desclasificación de esos documentos se hizo tres meses después de que Vicente Zambada Niebla se declarara culpable en una corte de Distrito del Norte de Illinois, y al Mayito Gordo lo detuvieron cuatro meses después de iniciarse la cacería, aunque el objetivo principal no era propiamente él, a quien agentes de la DEA identifican como “The Good Guy” (el Muchacho Bueno), sino Ismael Zambada, su padre.

Según el expediente 3:14-cr-00658-DMS, radicado en el Distrito Sur de California, el gobierno de Estados Unidos había identificado el modus operandi de esos narcotraficantes y cómo los cuatro conspiraban para introducir grandes cantidades de cocaína, mariguana, y metanfetaminas, razón de sobra para iniciar su búsqueda y su eventual arresto.

Según la acusación que, mientras el Mayo Zambada era quien cerraba las negociaciones con los productores de cocaína en Colombia, y trataba directamente con compradores en Estados Unidos, Asia y Europa, era el Mayito Gordo quien coordinaba que la droga llegara primero a México, y de aquí fuera movida a Estados Unidos y otras partes del mundo.

Pero la familia Zambada no únicamente estaba involucrada en el trasiego de cocaína, mariguana y goma de opio, sino que además tenía grandes intereses en los laboratorios de metanfetaminas, para lo cual tenían al Mayito Flaco, quien era el delegado para no sólo ver de qué manera se transportaban grandes cantidades de metanfetaminas de Asia a México, sino que debía asegurar su eventual tráfico a Estados Unidos, además de ver de qué forma traía a México las ganancias producto de la venta de la droga.

El encargado de mover mariguana, dice el documento, era Iván Archivaldo Guzmán, quien mandaba comprar la hierba a la sierra de Sinaloa, para posteriormente exportarla a Estados Unidos.

“Todos ellos compartían desde mensajeros y redes subterráneas y aéreas hasta compradores, todo para lograr su objetivo de traficar drogas a Estados Unidos, ya fuera por medio de aviones, botes de alta velocidad, submarinos, veleros, camiones, tráileres, y hasta servicios de mensajería comercial”, explica el documento.

Para llevar a cabo sus objetivos, agrega, los hermanos Zambada e Iván Archivaldo, y toda la gente que trabajaba con ellos, mantenían una infraestructura de comunicación que incluía teléfonos satelitales, celulares, computadores, aplicaciones para mensajes instantáneos, para lo cual usaban un sistema de códigos o palabras que para ellos tenían un significado preciso, y eran utilizados para confundir a sus enemigos y a las autoridades.

 

A la luz de todos

Al Mayito Gordo todo mundo lo conocía. Al menos, todos los que estaban involucrados en el mundo del narcotráfico. Por consiguiente todos lo respetaban. Sabían que era hijo del capo más poderoso de Sinaloa y sólo su apellido imponía respeto.

Lo mismo se le veía en alguna fiesta de Tierra Blanca, que en un convivio en la “Chapule”, o en una boda de algún salón de fiesta en Culiacán… en algún restaurante. Quienes lo conocían recuerdan que era un tipo tranquilo, que no hacía mucho alarde, y era sobre todo muy atento.

Por eso cuando lo arrestaron, mucha gente se sorprendió. Pero más se sorprendieron cuando la petición de extradición fue aprobada por México apenas el jueves pasado.

Ríodoce intentó obtener una reacción por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos, para conocer el motivo de esa petición de extradición, y la respuesta fue muy parca: para que enfrente la justicia en Estados Unidos.

Pero cuando se les cuestionó que los ex narcotraficantes Jesús Reynaldo Zambada, Vicente Zambada y Serafín Zambada nunca habían enfrentado realmente a la justicia, sino que habían logrado acuerdos con el gobierno estadunidense, voceros del USDOJ dijeron que no comentarían nada sobre ello.

Lo cierto es que, una vez extraditado el Mayito Gordo, Estados Unidos tendrá en su poder a cuatro Zambadas, y sólo quedarían pendientes el Mayito Flaco pero, sobre todo, el jefe de ellos: Ismael Zambada García.

 

Los misterios del Tío Sam

La pregunta fue hecha directamente a los distritos Sur de California, al Este de Nueva York, y al Norte de Illinois, que es donde se acusó a Serafín Zambada, al Rey Zambada, y Vicente Zambada, respectivamente.

La respuesta en las tres cortes de distrito fue idéntica: no podemos dar información. El BOP dijo que ellos simplemente no los tenía recluidos. Los US Marshals enfatizaron que ellos no podían dar información.

Ríodoce recurrió a la Freedom of Information Act (FOIA), una instancia legal para exigir información de interés público a Estados Unidos, pero la negativa una vez más fue hecha.

El caso del Rey Zambada fue más hermético, porque nunca se reveló si alguna vez fue presentado ante un Juez, o si al menos se declaró inocente o culpable.

 

 

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