Francisco Frías y Mario López Valdez rompieron su relación política al definirse la candidatura del PRI a la diputación federal en el distrito 02 de Ahome, a principios de este año. Era ya la segunda vez que dejaban fuera a Frías Castro y en ambas ocasiones fue Malova determinante en la decisión. El PRI le dio ese privilegio partiendo de la lógica de que Ahome es coto del gobernador —en la elección de 2013 y 2010 también el PAN le dio el poder de poner candidato.

La primera fisura de la relación Frías-Malova se dio en 2013, cuando el gobernador se decidió por el joven Arturo Duarte, subsecretario en su gabinete. Y cuando le hicieron lo mismo una segunda vez, Frías se calentó. En 2015 se decidieron por el hijo de un amigo del gobernador, Bernardino Antelo Vilches.

Frías hizo honor al apellido y sin rabietas esperó unos meses para dejar el gobierno y el partido del que fue todo: dirigente estatal, legislador local y federal, secretario de gobierno, de educación y rector de la U de O.

Al decidirse Malova por el hijo de su amigo Bernardino Antelo Vilches —del mismo nombre el hijo— y cerrarle el paso a su Secretario de Educación Pública, le demostraba a Frías Castro que no había deudas por saldar. Pero el gobernador se excedió llamándolo a sacar los cadáveres debajo de la cama antes de irse, porque una parte de los recursos públicos educativos no pasan por las manos del Secretario de Educación sino por las del amigo de Malova, Bernardino Antelo padre, que es el director del Instituto Sinaloense de Infraestructura Física Educativa, ISIFE.

El gobernador con los Antelo acomodó a la perfección su propia frase: “ni cuates ni cuotas”. Aquí fue paquete completo, el cuate y la cuota.

En la Auditoría Federal de 2012, el organismo de Antelo padre se llevó el mayor número de observaciones entre las obras inconclusas o suspendidas que detectó la ASF: Fueron en total 46 obras, y 31 de ellas eran del Instituto Sinaloense de infraestructura Física Educativa; las otras 15 de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas.

También es cierto que Francisco Frías Castro no se encuentra en la mejor forma política, pues ya pasó por la cúspide de su carrera política. Hace diez años, justamente, siendo diputado federal se encargó de la Comisión Instructora para el desafuero de Andrés Manuel López Obrador. Y hace 20 años fue Secretario de Gobierno con Renato Vega. Por otro lado, Malova no fue el único culpable de que perdiera dos veces las candidaturas; con él estuvo el propio PRI que entregó esa plaza, y un grupo político de respaldo que ya no lo apoyó.

Margen de error

(Un país que no llega a la quincena) La frase no es proclama, ni presagio, menos una crítica, es un dato. Es concreto, es exacto. La frase no se encontrará en el Tercer Informe de Enrique Peña y menos en el mensaje para sus 1500 invitados en Palacio Nacional:

“Literalmente, en diferentes estratos y con distintas intensidades, este es un país que no llega a la quincena, que no alcanza a cubrir sus necesidades al final de la jornada.” La frase es de otro informe, Retrato de un país desfigurado, un cuadernillo del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, publicado una semana antes del informe.

La devastadora frase ni siquiera es una conclusión, es una condición porque ha sido una permanencia de este país: En un cuarto de siglo, México ha tenido a la mitad de su población en pobreza y a una tercera parte gravitando alrededor de la pobreza, a veces saliendo y continuamente volviendo a esa condición.

Hoy, “los mexicanos que trabajan están recibiendo menos dinero que hace cinco y que hace veintitrés años”. Sí, el ingreso mensual per cápita de 1992 —3 mil 322 pesos— era mayor al de 2014 —3 mil 015 pesos—.

Si Vicente Fox requería de un traductor, alguien que decía lo que el presidente quiso decir, con Enrique Peña se necesita tener en una columna sus palabras y a un lado lo que realmente pasa.

Veamos, primero lo que dijo Peña y abajo lo que dice el cuadernillo Retrato de un país desfigurado.

• La Medición de la Pobreza en México en 2014, del CONEVAL, reportó que —no obstante el adverso contexto internacional— 100 mil mexicanos superaron la Pobreza Extrema. (Peña)
• “Cada día se agregaron 2 mil 470 personas al mundo de la pobreza en los primeros dos años de este sexenio; dos millones de pobres adicionales a cambio de 87 mil pobres extremos menos.” (Cuadernillo)

Aquí Peña Nieto redondeó de 87 mil a 100 mil, pero eso no es tanto lo grave aunque sacara en el discurso a 13 mil mexicanos en pobreza extrema solo en el papel; el punto grave está en que defendió una política de asistencia y rescate de la pobreza que demuestra no funcionar.

• Estamos transformando la política social para focalizar sus acciones hacia quienes más lo necesitan; evolucionando de una política meramente asistencialista, a otra que combate la pobreza a partir de un impulso a la productividad. Hoy, México respalda con decisión a quienes viven en condiciones de mayor pobreza. (Peña)
• Hace 23 años 53.1 por ciento del total de la población en México tenía ingresos por debajo de la línea de bienestar, eran pobres… en 2014, la proporción seguía igual, 53.2 por ciento son pobres.(Cuadernillo)

Peña nunca mencionó en casi dos horas de discurso la palabra pobre, aunque sí pobreza —la dijo 15 veces. En un cuarto de siglo, con Solidaridad, Progresa, Prospera, miles de millones de pesos para rescatar pobres mantienen el porcentaje de pobres exactamente en el mismo sitio que la primera vez que se midieron.

La conclusión del Retrato de un país desfigurado, el cuadernillo del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, tiene una conclusión que vale repetir sobre el enorme grupo de mexicanos que no logra llegar a la quincena:

“Este es el tipo de sociedad que ha emergido de la crisis y de las respuestas a las crisis; una sociedad acostumbrada al estancamiento, insegura ante los riesgos de la vida, extremadamente desigual, con salarios artificialmente deprimidos, que no ha visto una reducción de la pobreza relativa luego de décadas y decenas de cambios estructurales en la economía.” (PUNTO)