Hasta enero de este año, México ocupaba el primer lugar en el mundo con mayor índice de obesidad, sin duda un asunto nada sencillo de tratar ni solucionar, pero mucho menos algo fácil de padecer, de ahí lo oportuno de Paraíso (México/2013), dirigida, escrita y editada por Mariana Chenillo, basada en Paraíso y otros cuentos de Julieta Arévalo Contreras.
Si los datos, de acuerdo a Noticieros Televisa son de inicios del 2015, lo cierto es que el país lleva años, lamentablemente, sobresaliendo entre los que más padecen esta problemática, que ataca por igual a niños y adultos.
Carmen (Daniela Rincón) y Alfredo (Andrés Almeida) son una pareja que se llevan muy bien, se tratan con respeto, disfrutan estar juntos la mayor parte del tiempo y realizar todas las actividades que estén a su alcance.
Los esposos comparten, además, la característica de tener sobrepeso, por lo que no tienen problemas en acordar qué comer, hasta que cansada de las burlas de la gente, Carmen decide inscribirse en un programa para adelgazar, e invita a su marido a hacer lo mismo, y aunque a éste no le agrada mucho la idea, accede con tal de apoyar a su esposa.
El cambio de alimentos y el hacer ejercicio no será nada fácil para los dos, pero contrario a la posición que cada uno mostró al inicio, Carmen pierde el interés y Alfredo se entusiasma cada vez más, tanto que no se da cuenta que ella, a pesar de que la báscula dice que tiene menos kilos, no se le nota.
Si bien el comprensible esposo intenta que su compañera continúe con el plan, ella considera que él ha cambiado para mal desde que adelgazó y luce atractivo, más cuando se da cuenta que una tercera persona quiere interponerse en su relación.
Lo que un principio parecía algo positivo en lo personal y en su matrimonio, con el paso de los meses se volverá en la razón que puede llevarlos a separarse, por lo que Carmen y Alfredo tendrán que pensar muy bien lo que quieren para los dos.
Hay dos aspectos importantes en Paraíso: trata el tema de la obesidad con seriedad y deja claro que bajar de peso no es nada sencillo, sino al contrario, requiere de disciplina, dedicación, tiempo y asimilar que es un cambio de hábitos no sólo por el lapso que se lleve un plan, sino que se vuelve una forma de vida.
Es de reconocerse que Almeida subió de peso para interpretar su papel, y en el proceso de la película bajo los kilos que recuperó, en función de darle mayor realismo a su personaje, que es el que más en serio se toma la idea de adelgazar: el entusiasmo con el que lo hace y el apoyo que le da a su esposa, es de lo más convincente.
Aunque el objetivo del personaje de Rincón no se cumple, la forma en la que vive el sometimiento a una dieta, la inseguridad que le causa el no tener trabajo y estar todo el día en su casa, su sobrepeso, y cómo al ver que su marido sí lo logra y eso afecta su relación, lo desarrolla de una manera muy creíble.
En función de una comedia romántica, con algunas situaciones divertidas, la cinta que está disponible en Netflix se mueve, también, en el melodrama, pero no de televisión barata, sino muy realista. Desafortunadamente, aun con la agradable presencia de Anabel Ferreira, el ritmo cae por un momento, pero se repone y termina con un buen sabor de boca. No deje de verla… bajo su propia responsabilidad, como siempre.
