Dos familias, dos tragedias

Operativo militar culiacán (4)

 

 

 

La noche del 21 de agosto del 2015 agarró desprevenidas a dos familias que transitaban en sus vehículos por una de las calles en la colonia Lomas de Guadalupe. Se encontraron con un retén de elementos de la Marina Armada de México que al parecer realizaba un cateo a un par de cuadras del lugar. También fue la última noche con vida para Carlos Eduardo Gaytán Ramírez, miembro de una de las familias que iba  a bordo de una camioneta Tahoe.

Hasta el cierre de esta edición no había una versión clara de los hechos sucedidos esa noche, pero familiares de las víctimas señalaron que los elementos de la armada dispararon, luego de que la camioneta Tahoe transitaba a exceso de velocidad por la calle, donde el automóvil Chevy ya había hecho el alto indicado por los elementos de la Secretaría de Marina (Semar).

Las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) señalaron que la camioneta no cumplió con la petición del alto, pero familiares de las víctimas, entrevistados por este semanario, indicaron que no escucharon los señalamientos de alto de los uniformados.

Tres medios hermanos de apellido Solórzano iban a bordo de un automóvil Chevy Monza de color rojo,  cuando agentes de la Semar, apostados por la calle Aldama esquina con calle Cerro de las Cumbres en el fraccionamiento Lomas de Guadalupe, les hicieron el alto.

De inmediato el hermano que venía manejando detuvo el automóvil, ahí empezó la tragedia que terminó con la vida de un joven de 20 años, y dejó tres personas heridas por arma de fuego.

Minutos después de que los hermanos Solórzano fueron detenidos por el retén federal, vieron que una camioneta Tahoe, donde se transportaba la familia Gaytán,  venía a exceso de velocidad por la misma calle.

“¡Ahí vienen!, ¡Ahí vienen!”, fueron los gritos que se escucharon de los marinos, cuando los disparos confundieron a todos.

“Dice mi hermano que los marinos fueron los que dispararon cuando vieron que la camioneta venía bajando”, señaló la hermana de una de los lesionados.

Los tres heridos fueron Jesús Roberto Solórzano Sandoval, de 47 años, que fue dado de alta del hospital el día viernes; Manuel Solórzano Ortiz, de 54, que por solo tener un rozón de bala no necesito hospitalizarse; ambos viajaban a bordo del automóvil Chevy  Monza.

De los que iban en  la camioneta Tahoe resultaron heridos Alejandro Cruz Beltrán de 26 años, que hasta el cierre de esta edición se encontraba hospitalizado; y Carlos Eduardo Gaytán Ramírez, de 20, que luego de ser trasladado a la Cruz Roja, murió al parecer de un disparo que recibió afectándole arteria aorta.

Derivado del operativo de la Semar, los elementos realizaron un cateo en una casa marcada con el número 805 de la calle Albert Einstein, de la colonia Lomas de Guadalupe, a unas calles de donde ocurrió el hecho que dejó un muerto y tres heridos.

La versión inicial de la PGJE

Marco Antonio Higuera Gómez, procurador de Justicia del estado de Sinaloa, dio una rueda de prensa el pasado viernes al medio día, donde informó los escasos avances en el supuesto ataque perpetrado por elementos de la marina, contra civiles.

El procurador explicó que en la madrugada del viernes, personal de guardia de la Agencia Especializada de Homicidios Dolosos “tuvo conocimiento de que en la Cruz Roja se encontraba una persona sin vida, por lo cual se inició la averiguación previa 112/2015”.

“Debo señalarles que con respecto a dos declaraciones que se recabaron se alude a un vehículo (refiriéndose concretamente a la Tahoe) que circulaba a velocidad inmoderada y no atiende un círculo de protección o de seguridad que refiere a los testigos que tenían elementos de marina; al emparejarse al vehículo Chevy escuchan disparos de arma de fuego”, dijo el Procurador.

La PGJE aseguró la camioneta, sin embargo no dieron más detalles, apelando a que recabarían las “diligencias necesarias” y esperarían “los dictámenes periciales de necropsia encomendadas por el ministerio público.

—Procurador ¿los civiles llevaban armas? —se le cuestionó.

—Estamos en espera que nos lleguen los dictámenes oficiales, ya que una vez que completemos y pongamos a disposición de la PGR les complementaríamos la información, quisimos en este momento darles los avances de lo que tenemos.

No respondió si había indicios de armas que trajeran los civiles, o si levantaron indicios como casquillos y a qué tipo de arma pertenecen.

—Nosotros no localizamos casquillos en el lugar, el único vehículo que se aseguró fue la Tahoe, en el lugar de los hechos no encontramos, no se aseguró ningún casquillo, ningún arma de fuego, en el vehículo Chevy se trasladaron a llevar al lesionado al seguro social, pero ya no fue localizado.

Algunos reporteros le señalaron al Procurador que en el lugar de los hechos todavía hasta el mediodía del viernes, había casquillos tirados en la calle, y manchas de sangre.

“Debo decirles que el personal trabajó, había un acordonamiento de marina y el ministerio público en el lugar hasta donde trabajó con el vehículo, yo le digo que en el vehículo no encontramos ninguna evidencia”.

—Procurador, ¿hubo plena libertad para el ministerio público para hacer los levantamientos?

—Llegaron ellos, trabajan hasta un círculo de protección, extraoficialmente sabemos, pero  el juez va a decir que no puedo yo referirlo extraoficial, tengo que decir lo que hay en una averiguación.

“En relación al vehículo estuvo trabajando el ministerio público y muy diferente si esos están en un lugar cercano al punto donde estaban realizando el cateo, pues es muy diferente porque hasta ahí no llego el personal”.

Higuera Gómez indico que la PGJE pusó a disposición de la PGR la averiguación del caso por incompetencia estatal, apegado al artículo 50 del poder de la ley orgánica de la federación inciso F, que señala “que los jueces federales conocerán  los delitos cometidos por un servidor público o empleado federal en ejercicio de sus funciones o en motivo de ellas”.

 

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