El viernes 11 del presente mes convocado por la Comisión de Turismo tomó

lugar en uno de los salones del Congreso del Estado de Sinaloa, el primer Foro que

históricamente realiza el Legislativo sobre el tema, con miras a actualizar la Ley

General de Turismo del Estado la cual data de casi 3 décadas y los entornos actuales han

evolucionado por lo que dicha Ley hoy se encuentra desfasada.

Con amplia asistencia y participación de representantes de los 12 de los 18

municipios, se pudo constatar de las carencias y rezagos que existen en la materia, de la

concentración de los esfuerzos por parte del Gobierno estatal (por obvias razones) hacia

el municipio de Mazatlán y que despiertan el celo de la mayoría del resto de los

Ayuntamientos y algunas diferencias entre los organismos empresariales principalmente

entre las Asociaciones de Hoteles, Canirac y Canaco. Los primeros, solicitando más

recursos para promoción (100 millones de pesos anuales por cinco años) y

argumentando que no es necesario contar con una nueva ley de Turismo; el segundo

acusando falta de transparencia en el uso de los recursos del impuesto al hospedaje y

pidiendo participación en las decisiones para el manejo de dicho impuesto, aduciendo

que la representación legal del sector turismo por mandato de ley tiene Canaco derivado

de la Ley de Cámaras y sus Confederaciones, y el tercero, pidiendo capacitación y sí

una modificación legal, pero a la Ley de Alcoholes.

El turismo debe ser “La fuerza que nos une” y lo anterior es muestra de que no

En todo país, Estado y municipios deben existir reglas de convivencia claras y

precisas y eso, nos lo dan las diferentes leyes y reglamentos, de otra forma seríamos una

sociedad sin ley y sin progreso o rezagos, como lo señaló la representante de la

Asociación de hoteles y empresas turísticas de Mazatlán en el Foro, hecho admitido a

pesar de estar diciendo todo lo contrario los últimos tres años.

En el turismo tenemos una de las más grandes y prometedoras alternativas de

desarrollo. Es por ello la nueva Ley de Turismo debe proponer revertir las inercias que

han limitado el potencial de este sector en el Estado como factores de cambio,

transformación y progreso y cuyo propósito debe ser el de convertir a nuestro Estado en

líder en la actividad turística haciendo de esta una palanca de desarrollo social.

Las fortalezas y capacidades deben enfocarse hacia la obtención de resultados

muy bien definidos y no solo hacer un recuento de ellos. Lo anterior hace necesario

desarrollar sistemas de información objetiva, oportuna confiable e “independiente”,  que

permita mediciones no solo sobre los totales, sino también sobre el impacto del turismo

en las diferentes regiones y segmentos del turismo que nos permita ir programando al

sector hasta alcanzar una mejor y más justa distribución del ingreso.

A nuestro juicio la pretendida nueva Ley debe entre otras cosas, considerar el

entorno (diagnostico integral de las condiciones socioeconómicas del Estado), definir la

visión, misión y objetivos sectoriales, con un sistema de planeación participativa a

través de los Consejos de Turismo Estatal y municipales que emanan de la Ley General

de Turismo Federal.

Para dicha ley quisiera destacar tres considerandos:

1.- Factores estratégicos de competitividad.

2.- Ámbitos de responsabilidad para un desarrollo turístico a largo plazo de los

agentes estratégicos para el desarrollo turístico del Estado a largo plazo, (Autoridades,

empresarios, inversionistas, prestadores de servicios públicos y privados, comunidad

receptora y población en general).

3.- Políticas públicas concurrentes: Infraestructura, comunicaciones y

transportes, promoción de inversiones, educación capacitación y empleo, medio

ambiente y recursos naturales, migración, política hacendaria y seguridad y salud

pública.

No olvidemos que el turismo debe ser la fuerza que nos une hacia una agenda de

prosperidad compartida.