Punto de nostalgia: Colonia Tierra blanca

 

 

   Los violentos y la violencia, nunca han hecho falta   en Culiacán, ni en ninguna otra parte

 

Solo nombrar este barrio implica un compromiso, un riesgo y un cúmulo de nostalgias que provoca ebullición cerebral. De todos los sectores de Culiacán, este es, por muchas razones, el más emblemático, porque es un distintivo infranqueable de nuestra ciudad, e incluso del mismo Estado, por su colusión sinaloense.

Este barrio no puede estar desligado de las colonias Burócrata, Leyva, Chapule, 6 de enero, Lombardo Toledano, Cucas y Lomas de Rodriguera. Mucho que ver con Santiago de los Caballeros, Badiraguato, ranchos y poblados de grandes extensiones de la sierra de Chihuahua y Durango. Su influencia impacta en la vida nacional, y su eco resuena hasta  Medellín y Cali, Colombia.

Este asentamientose liga a personajes como don Eduardo Fernández Lerma, don Lalo, el mayor Martín Elenes, Jesús Caro Quintero y Pedro Avilés, allá por las lejas décadas del siglo XX, hombres que se arriesgaron para dar impulso al progreso.

La historia los registra  de ascendencia revolucionaria, visionarios que se atrevieron a incursionar en la siembra e industrialización de la amapola y marihuana, siempre soportados por el fuero oficial, tanto en México como en los Estados Unidos.

La historia empezó a gestar un vuelco al tomar posesión como presidente de México, José López Portillo (1976-82), porque un año después de su protesta, habría de aceptar la incursión de la “Operación Cóndor”, una de las guerras más cruentas que haya desatado el terrible “Tío Sam” en todo el hemisferio sur de América.

Aquella guerra vino a imponer un nuevo sistema, y las llamadas “familias”, cuyo jefe era un padrino, se transformaron en Cárteles. Los Padrinos eran hombres que respetaban la palabra y la familia. Los Cárteles sólo respetan el poder y el dinero: caiga quien caiga.

Uno de los tantos padrinos sacrificados fuedon Pedro Avilés;en la noche del 15 de septiembre de 1978, en la ahora famosa “Y” que bifurca los caminos hacia Tepuche y Palos blancos, fue la tragedia; la metralla militar lo sorprendió por tierra y aire, dos helicópteros artillados reforzaron la masacre de la pequeña caravana: dos camionetas y una doble rodado, llena de mujeres, jóvenes, niños y algunos hombres, entre ellos el padrino de la boda que habían celebrado, este era don Pedro Avilés.

Los soldados fueron comandados por el general José Hernández Tolero, sí, el mismo que recibió el primer balazo en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco aquella fatídica noche de 1968. Esta vez, tampoco falló; todavía están las huellas de la matanza en aquel lugar.

Desde entonces todo fue distinto. Las matanzas se repitieron por toda la región del Noroeste.Familias enteras escaparon de Sinaloa para irse a refugiar a distintos lugares del país. Muchos se asentaron en Jalisco, pero los más fueron a dar al panteón dejando enlutadas a cientos de mujeres en la colonia Tierra blanca y sus alrededores.En las escuelas se notaba la ausencia del padre de familia, la asistencia a las juntas era sólo de mujeres viudas, y las iglesias, nomás un manto negro se miraba en las misas de domingo.

Tierra blanca se encuentra muy triste,

ya sus calles están desoladas, no se miran las trocas del año,

ni se escucha el rugir de metralla, las mansiones que fueron de reyes,

hoy se encuentran  muy abandonadas.

Todo cambió, y la galopante miseria arreció por los malos manejos del Presidente seductor. El JOLOPO se la pasaba de pachanga en pachanga, presumiendo a su amada amante; y su mujer, con suséquito por Europa, exhibía su facha al frente de la Sinfónica Nacional como lo máximo de la cultura mexicana.

El sustituto, Miguel de la Madrid Hurtado, nadó de muertito, navegando sin dar soluciones para que el barco se enderezara.Vino a componer la triada presi-dantesca el más nefasto de todos: Carlos Salinas de Gortari; empezó robándose la presidencia con uno de los más escandalosos fraudes electorales que registra la historia, y para que no se le escapara su tajada del pastel del narco, puso a su hermano Raúl—el Quince, era su apodo—, porque ese era el porcentaje que cobraba por toda tranza; la historia y el pópulo así lo tiene registrado.

La colonia Tierra blanca dejó de ser el bastión señalado. En la década de los 70, la intensa actividad de “la coca”, vino a atomizar la actividad de las drogas, de tal forma, que ya no era aquella colonia la señalada, ahora era toda la ciudad. Y en las siguientes décadas, Culiacán cobró la fama de ser el centro del potente universo del narco, imponiendo modas y estilos.Si quieres hacerdinero, acércate a Culiacán, frase acuñada por algún culichique le dio la vuelta al mundo y fue motivo de cuentos, ensayos, novelas, series de cine y televisión.

La iglesia del Seminario de la colonia Tierra blanca, aquel domingo estaba a reventar; el olor de las lociones se revuelve con el natural de las flores, las veladoras y el incienso. Extraño, pero había también muchos hombres y mujeres con sus niños. Atentos miran al Párroco que empezó su sermón:“Ya viene la pizca de la manzana (he aquí el motivo de la presencia de hombres, iban a despedirse) los que se enrolen deben tener cuidado, las cosas no son como antes. Ustedes deben saber, y sé que lo saben: no se dejen, y pongan mucho cuidado. Antes se respetaba la palabra, ahora no. Que nos les vaya a pasar lo que a otros, allá se han quedado… para siempre. Y ustedes mujeres. Ahora que se quedan solas guarden respeto, no anden de pizpiretas; eso también es motivo de muerte: cuidado, mucho cuidado”.

La historia es intensa, y no basta una novela. Tierra blanca sigue siendo un venero de motivos. Esperemos que sean más benévolos. La legalización oficial es una alternativa. China, Afganistán, Marruecos, Turquía, Uruguay y Estados Unidos lo están demostrando. México, ¿qué espera? Miles, tal vez millones de desplazados de la Sierra Madre Occidental reclaman justicia. La legalización de siembra e industrialización de amapola y marihuana, dicen los expertos,es la solución.

leonidasalfarobedolla.com

 

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