La Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocida como La Lomita, es uno de los símbolos de Culiacán que atrae durante todo el año  a cientos de visitantes.

Y no es para menos, este hermoso sitio turístico es uno de los más visitados por su ubicación pues cuenta con una de las mejores vistas que se tienen de la ciudad.

Famosa por su celebración del 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, “La Lomita” se convierte ese día en una fiesta de color y religiosidad para la comunidad católica.

“La Lomita”, fue construida en un cerro, donde algunos creen que estuvo un centro ceremonial Prehispánico. Se presume que el santuario original fue realizado por el arquitecto Luis F. Molina a principios del siglo XX, sin embargo en los apuntes biográficos que publicó Héctor R. Olea, no hay mención de la edificación.

Años más tarde fue demolida la primera construcción y sustituido por la que se conoce en la actualidad, a cargo de la compañía constructora Casas y Obras.

El proyecto fue realizado por el arquitecto Jorge Molina Montes, que estudió en Nueva York y anteriormente trabajó con Félix Candela, un arquitecto de origen español que se caracterizaba por utilizar cascarones de concreto en las obras que realizaba, como la iglesia de La Medalla Milagrosa, en la capital del país.

La obra se empezó en el año de 1958 pero sería hasta 1967 cuando se terminó. El templo cuenta con una estructura paraboloide hiperbólica, sin apoyos intermedios, cuenta con una capacidad para mil personas sentadas.

Tiene una escalinata con 144 niveles, la leyenda que gira en torno a esto dice que se deben al general Ramon F. Iturbe, para realizar el pago a una promesa de amor el día de su boda.

Otra leyenda urbana gira en torno a que se trata de una manda que ofreció el general Iturbe a la virgen de Guadalupe al ser herido gravemente en un combate.

El cronista de Culiacán, Herberto Sinagawa, dice que lo que más se acerca a la realidad es que las mando construir para enamorar a Mercedes Acosta, una mujer cosalteca con quien se casó en 1914.

En libros de historia regional consta que desde las colinas cercanas al templo, se planeó la estrategia a seguir, en 1913, en la toma revolucionaría de Culiacán, por parte del ejército Constitucionalista que comandaba Álvaro Obregón.

El templo tiene tres entradas, dos laterales y una central. Cuenta con cinco vitrales, cuatro de ellos muestran pasajes sobre la Virgen de Guadalupe. El quinto vitral que es el central, se llama “Encuentro con la fe” y representa la evangelización del pueblo de México.

En enero del año pasado el Obispo Jonás Guerrero Corona, inauguró la Cruz Monumental, campanario del templo. Tiene una altura de 33.40 metros y los brazos de la cruz miden 14 metros.

Afuera del templo hay una tienda donde se pueden encontrar una gran variedad de artículos religiosos.

El ambiente que se vive en el atrio de La Lomita es familiar, por las tardes se dejan ver los corredores que aprovechan los alrededores para hacer ejercicio.

También hay quienes gozan de la tranquilidad y la belleza de la vista disfrutando de algún antojito de los que venden, como elotes asados, con queso y crema, salchichas asadas o un raspado.

El templo de Nuestra Señora de Guadalupe es sin duda un lugar que hay que visitar, conocer su historia, gran belleza y disfrutar en familia de su tranquilidad.