Guillermo Bojórquez
Marinela Pingüinos
Los festejos, invariablemente, se asocian con la glotonería. Basta con que alguien cumpla años para que se arme la fiesta y, como de costumbre, se parta el pastel después de la tradicional travesura de la mordida. Entre las felicidades y los que cumplas muchos más, desfilan los platitos con irregulares rebanadas de pastel y los diminutos vasos fiesteros con refresco. Un pecadito; no pasa nada. Y es cierto, la vida es una fiesta y hay que bailar en ella. Y comer; siempre y cuando los desajustes de la fiesta no se conviertan en el diario alimentarse.
Pingüinos Marinela es el pastel de cumpleaños de la austeridad o, por lo menos, en nuestros tiempos escolares así lo era. Nunca tuvimos mayor alcance que ese. Unos pingüinos con una pequeña vela clavada eran un buen detalle para quien se festejaba. Y es que ese abrazo a la vida que brindamos al desear muchos años más y un cúmulo de buenas esperanzas rodeando un pastel, es totalmente válido.
Lo verdaderamente trágico es que nos alimentemos frecuentemente de esto, que nos empaquemos veinte kilos de azúcar, harina y aditivos al año y, que con esto, la vela de los buenos deseos se apague y la realidad se vea transformada en la sentencia voluntaria de un que cumplas muchos menos.
México: un gordo pastelero
Según datos de la agencia de investigación de mercados Euromonitor Internacional, México es el principal consumidor de pastelitos empacados en el mundo, con un total de 19.9 kilos al año. Con esto supera categóricamente a sus principales seguidores que son Bélgica con 11.8 y a Grecia con 10.9 kilos per cápita.
Estudios de la misma agencia revelan que Grupo Bimbo es el líder de ventas de este tipo de productos con el 24 por ciento del mercado mexicano; unos 4.8 kilos de los 19.9 que aseguran se consumen en promedio en nuestro país, provienen de la panificadora del osito, la mayoría a través de su marca Marinela.
Empaque
El color azul marino metálico es la base de la envoltura. Dentro de ésta destacan la ilustración del producto donde nos muestra un par de pastelitos; uno partido a la mitad dejando, de esta forma, observar el relleno blanco del mismo; el otro, que aparece en primer plano, está recibiendo un baño de cobertura de chocolate, el principal sabor del producto.
A un costado de los pastelitos se encuentra un segundo dibujo. Se trata de un pingüino (animal) muy cool portando una sudadera, gorro de nieve y un par de audífonos con un semblante sumamente alegre.
El producto cuenta en este momento con una promoción. Se trata de un tatuaje de Toonix, de la marca Cartoon Network. Este tipo de regalos son estrategias de mercado que solo buscan atraer mayor atención de sus principales consumidores: niños y jóvenes y, de esta forma, incrementar sus ventas.
Ingredientes
La cobertura de este pastelito está conformada por 20 ingredientes. Una cobertura de esta calidad en la pastelería tradicional difícilmente tendría más de cinco. La mezcla que es sólo para cubrir el panecillo contiene 13 aditivos.
El resto del producto cuenta con 31 ingredientes más, de los cuales 10 corresponden a un pastel con relleno de este tipo, es decir 21 son aditivos. Un ingrediente que destaca, no solo en éste, sino en la mayoría de los productos industrializados es el de Vitaminas y minerales que desglosados son 12 en total.
La adición de los mismos obedece a una estrategia comercial más que a una responsabilidad social. Los motivos para adicionar nutrientes principalmente son dos: el de reponer los nutrientes que se perdieron durante el proceso de elaboración y/o el de dar valor agregado al producto con un bajo costo. De no contar con nutrientes no se podrían comercializar como alimentos.
Contenido nocivo
Además de la gran cantidad de aditivos de dudosa inocuidad, este producto contiene azúcar y jarabe de maíz de alta fructosa, éste último, asociado directamente con la formación de hígado graso en casos de consumo frecuente. Además contiene el 10 por ciento del máximo de sodio recomendado; curiosamente es un producto totalmente dulce, lo que hace obvio que el sodio que contiene se emplea para que no se vuelva un bocado empalagoso.
El abuso del consumo de estos productos va directamente ligado a problemas de salud como sobrepeso, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares, hígado graso, caries dentales, entre otros.