OAXACA, Oax. (apro).- La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) emitió medidas cautelares para los periodistas Gonzalo Domínguez, director del diario El Imparcial del Istmo, y Jesús Hiram Moreno, del semanario Evidencias.
Las medidas de protección aplican a partir de este jueves, con el objetivo de garantizar la seguridad física de los periodistas en el desempeño de su trabajo.
De acuerdo con la DDHPO, la Policía Estatal se comprometió a proporcionar acompañamiento policiaco a los dos comunicadores, ya que se encuentran bajo amenaza después de que fueron agredidos por publicar un trabajo de investigación periodística.
Detalló que Hiram Moreno, también corresponsal del diario estatal Tiempo, fue golpeado el 24 de marzo, y Gonzalo Domínguez fue secuestrado al día siguiente, ambos en el puerto de Salina Cruz.
En los últimos días, agregó, han sido amenazados en represalia por publicar en distintos medios información que implica a diversos actores políticos locales.
El ombudsman Arturo Peimbert calificó como una tragedia social la necesidad de brindar medidas especiales de protección para salvaguardar el trabajo de las y los comunicadores, con serias repercusiones en los ámbitos familiar y personal.
Consideró que es de vital importancia proteger el aporte democrático del trabajo que realizan los periodistas, pues es una invaluable vía para que el resto de la sociedad tenga acceso a información sobre la vida pública, prerrequisito para que todas las personas puedan ejercer plenamente otros derechos humanos.
“El agravio a una o un periodista con el fin de obstaculizar su trabajo informativo o de opinión no sólo afecta a la o el profesional, sino a la sociedad en su conjunto, pues priva a ésta de elementos que orienten su criterio y sus acciones para fortalecer la convivencia democrática en el marco de las leyes”, destacó.
Por ello, añadió, los gobiernos tienen responsabilidades especiales para la protección de la labor periodística.
Desde 2012 Hiram Moreno, excorresponsal del diario La Jornada, ha recibido agresiones por su trabajo periodístico, y en julio de 2014 denunció amenazas de muerte.
Años antes, en octubre de 2007, tres colaboradores del diario El Imparcial del Istmo fueron asesinados en una emboscada.