La Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) y el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno de Reino Unido (CHCQ) hackearon los códigos de encriptación del fabricante Gemalto, que produce alrededor de 2 millones de tarjetas SIM al año para 450 proveedores.
Con los códigos, grabados, en las tarjetas, resultó más fácil escuchar conversaciones telefónicas sin contar con el conocimiento ni aprobación de las autoridades ni de los proveedores.
Al parecer, consiguieron interceptar los códigos durante el trayecto entre el fabricante de tarjetas y los operadores de redes. En esto, habría jugado un papel importante la vigilancia de las comunicaciones de empleados de Gemalto.
Sin embargo, las cifras totales del robo de datos no han quedado claras, aunque se sabe que fueron millones de claves sustraídas en un periodo de tres meses en el 2010.
La empresa, que tiene sede en Holanda y fábricas en todo el mundo, se mostró muy preocupada por las informaciones. “Lo más importante ahora para nosotros es comprender el grado de espionaje y de filtración de datos”, dijo su vicepresidente ejecutivo, Paul Beverly.
Esta revelación se dio a conocer por medio de la web de filtraciones The Intercept.
Según la filtración, también otros fabricantes de tarjetas SIM estuvieron en el punto de mira de los servicios secretos aunque no se llega a saber si en esos casos se logró sustraer datos. Entre ellos estaría el fabricante alemán Giesecke & Devrient.
“The Intercept” evalúa y publica los documentos de la NSA que Edward Snowden filtró en 2013 a un grupo de periodistas entre los que se encontraba Gleen Greenwald. (AP)
