La sorpresa no llegó y la tenista estadounidense Serena Williams, número uno del mundo, confirmó su superioridad sobre la rusa Maria Sharapova al ganar el Abierto de Australia y seguir haciendo historia.

La rusa, segunda mejor raqueta del orbe, no pudo romper el maleficio y perdió con pizarra de 6-3 y 7-6 (7-5) en la Rod Laver Arena, en una clara diferencia entre ambas jugadoras que encabezan el ranking de la Asociación Femenil de Tenis (WTA, por sus siglas en inglés).

La menor de las Williams apostó por su poderío en el saque para dominar a placer a su oponente, quien a pesar de intentar voleas y dejadas para acercar a la red a la norteamericana, la táctica no le funcionó.

Una hora con 51 minutos invirtió Serena, quien consiguió 18 aces, 65 por ciento de efectividad en su servicio, 38 winners y 25 errores no forzados que poco le afectaron en el encuentro si al final se quedó con el trofeo Daphne Akhurst.

Entre sus potentes saques perfectos, consiguió uno de 203 kilómetros por hora, por lo que es catalogada la mejor sacadora en la actualidad y tal vez de la historia, sin duda sacó provecho de su físico y también de su calidad.

La lluvia se hizo presente en el compromiso, pero eso sólo detuvo las acciones unos instantes, ya que la cancha principal del Melbourne Park cuenta con techo, momento que aprovechó la de Michigan para toser y recuperarse. El primer capítulo lo cerró con dos “aces” al reanudarse el cotejo después de 13 minutos.

Serena Williams se alzó con su sexto título en el Abierto de Australia, que significó su Grand Slam número 19 en su trayectoria, para ser una jugadora histórica del tenis. En este rubro sólo es superada por la alemana Steffi Graf, quien cuenta con 22.

La norteamericana sumó su triunfo 17 sobre “Masha”, quien sólo ha derrotado dos veces a su “coco”, la última vez que lo hizo fue en 2004. (Notimex)