Llegar a la Presidencia Municipal de Mazatlán fue siempre una obsesión de Carlos Felton. Por eso no tuvo empacho en nadar a favor de la corriente cuando llegó al congreso local investido de diputado. Era un paso vital y lo aprovechó. Siempre manso ante la línea que se dictaba desde el tercer piso, sabía que era una vía sin dificultades para lograr la candidatura y apoyos para librar la campaña. Conocía la fraternal relación de Alejandro Higuera con el gobernador, y que sería siempre un escollo que pasar. Y lo haría con base en el servilismo.
Pero si aparte de los votos se ocupan padrinos para llegar a un cargo de elección popular, ninguno de éstos es garantía de que se hará un buen papel. Con frecuencia, ya desde el poder, a los padrinos se les traiciona y al pueblo se le pisotea. Malova no fue un padrino para Felton pero con que no se opusiera le bastaba. Le bastó.
No son muy distintos aunque uno sea panista de cepa y el otro un forastero en los partidos que lo llevaron al poder y también en el PRI de sus amores. Frívolos, han hecho del poder una carpa, donde parece que el fin es hacer reír a la concurrencia a pesar del drama que asoma todos los días en una tierra azotada por la violencia, lacerada por la pobreza de cientos de miles de sinaloenses, desdichados destinatarios de cobijas y despensas regaladas por políticos anacrónicos, que parecen más bien sacados de una película de Luis Estrada.
¿Para eso se quiere el poder? ¿Para eso la obsesión de llegar al cargo? Con más o menos observaciones, las auditorías realizadas a los gastos municipales de Mazatlán demuestran que Carlos Felton no ha hecho más que repetir lo que hicieron ya y hacen sus símiles en otros ayuntamientos, cuando las obras —tubo por el que se va la mayor parte de los recursos con que se maneja la comuna— son otorgadas al mejor postor, contraviniendo protocolos y ordenamientos legales.
¿Cuál es la diferencia entre un alcalde panista y otro del PRI? Sustancialmente ninguna. Los dos se rigen por el principio de que hay que quedar bien con los cuates y de paso engordar los bolsillos. Allá está Navolato, pagando por las trapacerías hechas en la administración pasada por Evelio Plata.
Y la misma actitud ha asumido Felton ante los problemas de violencia: negar que existe aunque la sangre le llegue a los zapatos. En El Tecomate de la Noria desparecen seis pobladores y el señor dice que en el municipio de Mazatlán se vive con tranquilidad; se encuentran a tres o cuatro personas enterradas y la respuesta es la misma. Matan a tres o cuatro sobre la carretera y eso no cambia las cosas. Y lo mismo dijo cuando asesinaron al ex juez Javier Sámano Bazúa en febrero de 2014: “Son hechos aislados”.
El primer año de la administración Felton ha sido un desastre si se parte de las expectativas que levantó una candidatura que pretendió diferenciarse no solo del PRI, sino de su compañero de filas, Alejandro Higuera Osuna.
Carlos Felton se subió al ladrillo y empequeñeció. Quiere verse grande llenando un foro donde caben 8 mil asistentes, aunque tenga que pagar los costos del acarreo y la mitad se le vaya antes de iniciar el discurso. Mazatleco chistosito, chulea a una reportera y termina sacrificando a su jefe de prensa porque no puede evitar el escarnio público.
Edgar López era un cero a la izquierda en el lugar en que estaba, pero no el responsable de la mediocridad de un político que pudo haberle hecho honor a su apellido actuando con más sencillez y probidad. Lástima.
Bola y cadena
PERO ES LA CLASE POLÍTICA QUE TENEMOS, véase si no el desparpajado caso de Evelio Plata Inzunza, ex presidente municipal de Navolato, quien ahora pretende ser diputado federal por el PRI… con el apoyo de Malova. Lea el lector el reportaje de Miriam Ramírez en esta misma edición y pregúntese ¿hasta cuándo toleraremos a estos políticos? ¿No es hora ya de poner un hasta aquí?
Sentido contrario
SI NO HAY ÉTICA POR LO MENOS debiera mostrarse algo de estética. Pero aquí ni una cosa ni la otra. En medio de esa ola de protestas que ha levantado la pretensión del gobierno estatal para sacar adelante la construcción de dos hospitales, a pesar de que ni sus impulsores tienen claros muchos aspectos de los proyectos técnicos y financieros, el jefe del Ejecutivo festeja su cumpleaños en la casa del jefe del Legislativo. Los que fueron o no es lo menos importante. Si Juan Millán no estuvo en Las Lichis y acá sí; si Francisco Labastida desairó la invitación, eso es irrelevante, pasto de los que viven de esas comidillas que genera el poder. En el fondo esto debe verse más bien como un acto de burla de uno y otro poder para los sinaloenses.
Humo negro
EL BOOM TURÍSTICO DE MAZATLÁN parece estar teniendo también efectos en la política, no solo en una de las actividades económicas centrales de esa ciudad. La fuerza de los empresarios del ramo parece estarse imponiendo al impulsar la candidatura de Quirino Ordaz Coppel por el Distrito 08. Iría por la alianza PRI-PVEM. No todo está dicho y en estos menesteres nada es seguro. Quirino es hijo de quien fue presidente municipal de Mazatlán, Quirino Ordaz Luna, en el sexenio de Antonio Toledo Corro, su compadre. Un hombre de política, pero también de negocios… y de negocios a través de la política. Ordaz Coppel fue subsecretario de Administración y luego titular de la misma dependencia con Jesús Aguilar Padilla en la segunda mitad del sexenio. La contienda no sería para el empresario como sazonar un zarandeado, pues en las dos más recientes elecciones federales ese distrito lo ha perdido el PRI. Y aunque vaya en alianza con el Partido Verde, éste no aporta muchos votos.
