Cristian Díaz

Yesenia Armenta Graciano, quien fue acusada como la autora intelectual del homicidio de su esposo Alfredo Cuen Ojeda, podría quedar en libertad si el argumento principal de su caso se basa en las pruebas que resultaron inválidas, tras el fallo de la Jueza Tercero de lo Penal, que determinó se obtuvieron a base de tortura por parte de elementos ministeriales.

Ríodoce publicó el 11 de mayo pasado, cómo expertos documentaron la agresión policial contra Yesenia Armenta. Estrés postraumático, depresión severa, rotura del tímpano izquierdo y disminución de la audición en el mismo oído, fueron las secuelas de tortura constatadas.

El Gobernador del estado, Mario López Valdez, dijo que se abrirá una investigación a la Policía Ministerial del Estado por el caso de tortura hacia Armenta Graciano. Y añadió que “…si hay algún error que se haya cometido en el proceso, pues tendrán que pagar por su error”.

Por su parte, el procurador Marco Antonio Higuera Gómez dijo, sobre el fallo judicial, que “mientras esa resolución no quede firme yo no tengo que atender nada de lo que la juez me dice”.

El procurador explicó que la sentencia no ha quedado firme, pues todavía admite recursos de revisión, por lo que la procuraduría trabaja en eso para inconformarse en contra.

José Antonio García Becerra, Presidente del Supremo Tribunal de Justicia, declaró que si esa resolución de amparo establece lineamientos para el poder judicial, éstos deberán ser acatados puntualmente.

García Becerra explicó que si el amparo concedido fue en contra del auto de formal prisión, y éste se basó en aquellas pruebas que el juez de distrito está diciendo que se deben invalidar, entonces queda sin fundamento el auto de formal prisión, emitiendo un auto de libertad por falta de elementos para procesar.

Sin embargo, aclaró que en este caso no tienen todavía la notificación del amparo y no han podido acceder a la resolución, ya que todavía no está conformada la versión pública que es a la cual tienen acceso, y la Juez que emitió dicha resolución se encuentra de vacaciones hasta el día 19 de este mes.

Como ya había sido publicado por este semanario, Yesenia fue privada de su libertad el 10 de julio del 2012, ocho días después del asesinato de su esposo Alfredo (hermano del diputado local Héctor Melesio Cuen Ojeda); luego se supo que quienes se la habían llevado eran policías ministeriales.

La nota de Ríodoce, edición 536, resume:
“Esposada, desnuda y con los ojos vendados, la mujer fue insultada, amenazada, humillada, golpeada, asfixiada y agredida sexualmente.
En repetidas ocasiones la amenazaron con descuartizar a sus hijos y a su hermana si no confesaba el homicidio de su esposo.

Los hombres desconocidos golpearon su cabeza y los oídos con las manos abiertas, pisaron los dedos de sus pies, le pegaron en la espalda con un trapo, colocaron bolsas de plástico en su rostro que le impedían respirar. Todo se repetía una y otra vez.

Hubo un momento de silencio en el que pensó que la tortura había terminado pero entonces fue subida a un vehículo y llevaba a otro lugar, a través de caminos de terracería.

Ahí, en el segundo lugar desconocido para ella, le quitaron las esposas y la obligaron a desvestirse.

Una vez desnuda, fue esposada de nuevo, le ordenaron tirarse al piso y la envolvieron en una cobija, amarraron sus pies con una cinta y comenzaron a golpearla en el abdomen, en el pecho, en los costados y en las piernas.

Todavía desnuda, a Yesenia le arrojaron agua en la cara hasta provocarle la asfixia, se desmayaba y luego la despertaban a golpes, el acto se repitió en varias ocasiones.

Como si el tormento pareciera no tener fin, a Yesenia la colgaron de los pies, apretaron sus pezones y le introdujeron los dedos en la vagina, abrieron sus muslos y le metieron un objeto por el ano.

Pasaron algunos minutos sin agredirla, le regresaron su ropa y entonces le explicaron cada uno de los detalles que después tendría que declarar”.

El diputado Héctor Melesio Cuen Ojeda mencionó que dudaba que se hayan usado métodos de tortura para lograr la declaración de Yesenia Armenta, presunta asesina intelectual de su hermano. Señaló ser respetuoso de las autoridades pero que había intereses de por medio para llevar el caso a la impunidad.

“Siempre en asesinatos donde hay interés para que una persona quede libre, lo mediático cuenta mucho, porque presionan hasta a las propias autoridades, yo confío en que los jueces no se van a dejar presionar por cuestiones mediáticas”, dijo el diputado.